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Pasé el fin de semana en la grata compañía del personal de la Oficina Europea para la Objeción de Conciencia (OEOC), una organización paraguas que lucha por los derechos de los objetores de conciencia. En sus más de treinta años de historia, la OEOC nunca se había reunido antes en Gran Bretaña. Esta vez decidieron hacerlo a invitación del Foro por la Paz de la I Guerra Mundial, un colectivo de grupos pacifistas británicos que trabajan para aportar una perspectiva alternativa y antimilitarista a las celebraciones del Centenario de la I Guerra Mundial, que en Gran Bretaña han servido de pretexto para ensalzar el patriotismo y el militarismo.

Hoy es el Día Internacional de la Objeción de Conciencia –una fecha para celebrar a quienes han resistido la guerra –y a quienes siguen haciéndolo– sobre todo negándose a ser parte de estructuras militares.

Nick Buxton

Para cualquier persona relacionada con el militarismo, las noticias de los ataques terroristas de Bruselas supusieron una sensación familiar de terror. Sufrimos al escuchar historias de más vidas inocentes perdidas, y sentimos aprensión al saber que los atentados predeciblemente alimenten nuevos ciclos de violencia y horror en comunidades seleccionadas tanto aquí como en el extranjero. Todo esto crea el mundo binario que tanto los neoconservadores como los terroristas buscan: una era de guerra permanente en la que toda nuestra atención y recursos son absorbidos y se ignoran las verdaderas crisis, las de la pobreza, desigualdad, desempleo, marginación social y crisis climática.

Una delegación internacional visitó Diyarbakir y Cizre

Fuente

El pasado 22 de Marzo del 2016 el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) Boliviano, rechazó el derecho a la objeción de conciencia como alternativa a la prestación del servicio militar obligatorio. Esto, en el marco de un amparo constitucional interpuesto por el objetor Ignacio Orías Calvo, de 18 años, quien se acogió a este derecho fundamental basado en sus creencias religiosas. 

HASTA 12.000 EUROS DE MULTA Y LA POSIBILIDAD DE VARIOS AÑOS DE CÁRCEL POR EL BLOQUEO EN EL PUERTO DE SAGUNTO CONTRA LAS MANIOBRAS DE LA OTAN

El grupo de antimilitaristas que paralizó el transporte de blindados hacia las maniobras de la OTAN “Trident Juncture” el pasado octubre se enfrenta a acusaciones de “desobediencia grave”, “desórdenes públicos” y multas por “intrusión”

El pasado 16 de octubre, seis activistas de antimilitaristes-moc se introdujeron en la explanada del puerto de Sagunto, que estaba siendo usada esas semanas para preparar los transportes de vehículos militares hacia los escenarios principales de las maniobras de la OTAN “Trident Juncture”, los mayores entrenamientos de guerra de la Alianza en los últimos diez años. A pesar de llevar puestos monos blancos y chalecos reflectantes de color rosa, portar un par de pancartas con los lemas “WAR STOPS HERE” y “DISCULPEN LAS MOLESTIAS: OBSTACULIZANDO LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA”, y entrar en compañía de dos periodistas, la presencia del grupo pasó inadvertida para la vigilancia durante los pocos minutos que necesitó para buscar los vehículos militares más llamativos de entre las decenas que se encontraban allí estacionados: los carros de combate Leopard 2E pertenecientes al ejército danés que estaban listos para ser transportados al campo de maniobras de Chinchilla (Albacete).

Organizaciones internacionales de paz, incluida War Resisters' International, están solicitando a la Unión Europea que no pierdan de vista la situación en Turquía. La renovada guerra en el sudeste de Turquía está ocurriendo en gran parte lejos de la atención del público internacional: en cambio, los ataques terroristas, la guerra en Siria y el asunto de los refugiados dominan la agenda. Pero ante la violencia y violaciones de derechos humanos en la guerra entre el gobierno turco y regiones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), pedimos que los políticos europeos no esquiven la mirada. Con ese fin, hemos creado una petición dirigida a la Alta Representante para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini. 

Únete a nuestra solicitud aquí.

Tara Tabassi (Liga de Resistentes a la Guerra) y Andrew Dey (Internacional de Resistentes a la Guerra)

Members of Indonesia's

Como activistas antimilitaristas estamos bien posicionados para ver el poder que ejerce la policía en industrias de armamento y agendas militaristas tan amplias. La comprensión de este poder policial en los distintos contextos del mundo es clave para que los activistas que luchan contra la militarización puedan mantener el control sobre el poder policial en nuestras comunidades. Las fuerzas policiales suelen actuar para mantener una distribución del poder statu quo injusta en la sociedad y tienden hacia enfoques hegemónicos donde unos tienen el poder sobre otros, en especial cuando la percepción de amenaza es alta – la policía es una forma de control social y la militarización aumenta su poder. La militarización significa fusiles, tanques armados y drones, pero también es un estado de ánimo. Las mentalidades militarizadas han impregnado muchas fuerzas policiales y han aumentado radicalmente la fuerza de la violencia policial contra nuestras comunidades.

 

Este miércoles 16 de marzo, organizaciones de toda américa latina y el caribe hacen lanzamiento internacional de la revista Rompiendo Filas, de la Red Antimilitarista de América latina y el Caribe, Ramalc

QUÉ:  Rompiendo Filas es el llamado y nombre de la publicación que la Red Antimilitarista de América latina y el Caribe, lanzará internacionalmente en su primer número esta semana. La publicación responde al desafío de vincular reflexión, experiencia y posibilidad de cambio, y para ello hace dialogar lugares y voces comprometidas con el antimilitarismo en América Latina. La publicación es semestral y está conformada por escritos narrativos, ensayos y artículos que reflejan cotidianidades y puntos en común de la resistencia al militarismo en la región.