Cambio climático, seguridad energética y comercio de armas

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Por Mark Akkerman

Mientras cada día está más claro que el cambio climático es un proceso irreversible que golpeará duramente a la gente y al medio ambiente, la industria armamentística ve en ello nuevas oportunidades para hacer ganancias. “Creo que el cambio climático es una verdadera oportunidad para la industria aeroespacial y la armamentística”, dijo Lord Drayson, ex-ministro de Estado para Reforma Estratégica de Adquisición de Defensa, en 2009. Nuevos mercados están apareciendo.

Los beneficios de la industria militar

Las consecuencias del cambio climático y los cambios asociados en las fuerzas armadas son buenas noticias para la industria armamentística: se incrementará la demanda de armas en el contexto de asegurar accesos al petroleo, y también la demanda de armas “verdes”, pues las empresas armamentísticas están entrando en los nuevos mercados de energía y medio ambiente, en primer lugar con las tecnologías del ámbito militar.

¿Ejércitos más verdes?

Mientras el ejército cada vez reconoce más la seriedad del cambio climático, percibe este fenómeno solamente como un tema de seguridad – no como un problema del medio ambiente. En este contexto, todos los cambios “verdes” hechos por el ejército son estimulados por motivos de seguridad y no tienen nada que ver con la preocupación por el medio ambiente o por la gente que sufre los impactos del cambio climático. Esto se traslada a una zona específica de 'ecologización' del ejército: el aumento en el uso de los combustibles alternativos en aparatos militares con consumo de petroleo muy alto.

“Las fuerzas armadas reconocen que su dependencia energética es una vulnerabilidad estratégica y operacional que se tiene que solucionar.”, escribieron el contraalmirante británico Neil Morisetti, el enviado británico para seguridad climática y energética, y Amanda Dory, Sub-Asistente para estrategia del Secretario de Defensa de Estados Unidos, en DefenceNews en marzo 2010.

Armas 'verdes'

En 2006, BAE Systems fue uno de los primeros grandes productores de armas que presentó todo un nuevo rango de armas “amistosas con el medio ambiente”, incluyendo balas con menos plomo, misiles con menos tóxicos y vehículos armados con menos emisiones de CO2. Otras empresas siguieron, enfocándose en el uso de la energía alternativa. Boeing desarrollo un avión-caza que utiliza bio-combustible – el 'Green Hornet' – y General Dynamics diseñó un jet 'verde'. Mientras tanto, Raytheon está trabajando conjuntamente con Cyclone Power Technologies para crear un motor que pueda funcionar con combustible de algas y petroleo de desechos. EADS presentó un avión que utiliza combustible de algas. En este momento, hay una carrera para desarrollar aviones no-tripulados que puedan funcionar con energía solar u otros combustibles alternativos.

Petroleo como un lubricante de venta de armas

Si bien no va a haber una transición hacía una dependencia menor de petroleo, aparecerán cada vez más conflictos para acceder al petroleo o gestionar la escasez de su abastecimiento. La presencia de petroleo, pero también la amenaza de la escasez, es un lubricante excelente para negocio de armas. Un ejemplo excelente para eso son las exportaciones chinas de armas-por-petroleo, donde las armas son directamente intercambiadas por el petroleo con los países de América Latina y África. El ejemplo de Sudán es notorio: Sudán estuvo recibiendo armas chinas durante la guerra de Darfur, acompañando de exportaciones crecientes de petroleo sudanés a China.

La venta armamentística más grande del Reino Unido también fue pagada con petroleo. Es la llamada 'venta de armas Al-Yamamah', que empezó en 1985, del Reino Unido al autocrático régimen de la Arabia Saudí, principalmente consistiendo en aviones y misiles. A cambio, Arabia Saudí entregó hasta 600.000 barriles de crudo al día al gobierno británico. El contratista principal, BEA Systems, ganó decenas de miles de millones de libras con estas ventas que fueron rodeadas de sospechas de fraude.

Muchos países ricos en petroleo sufren conflictos internos (Nigeria, Sudán, Yemen, Chechenia, Angola) y/o regímenes no-democráticos (Arabia Saudí, Yemen, Kazajstán, Emiratos Árabes Unidos). Generalmente, es posible obtener armas en estos países, incluso con los países que tienen una política bastante estricta de exportación de armas. Mantener buenas relaciones con exportadores del petroleo y el hecho de que estos estados normalmente tienen grandes cantidades de petroleo para intercambiar por armas, deja los objetivos políticos y éticos en un segundo plano. La combinación de conflictos internos, que crean mercados prósperos para la venta de armas, así como grandes presupuestos militares, son los factores principales detrás de las carreras armamentísticas.

La energía y el mercado medioambiental

Las exportaciones de armas a regiones con conflictos provocadas por el cambio climático, o el desarrollo de nuevas armas 'más verdes', podrían no ser las oportunidades más lucrativas para la industria armamentística causadas por el cambio climático. Es el nuevo 'mercado medioambiental' donde la industria armamentística quiere moverse, con la perspectiva de las áreas de beneficio que no se ven hasta ahora.

En la segunda conferencia Energía, Medio ambiente, Defensa y Seguridad (E2DS) en 2011 fue anunciado claramente que: “El mercado armamentístico mundial tiene un valor de un trillón (millón de millones) de dolares anuales. El mercado energético y medioambiental vale al menos ocho veces más que esto. [...] Lejos de ser excluido de estas oportunidades, el sector aeroespacial, armamentístico y de seguridad está acelerando para responder a lo que parece que será su mercado adyacente más importante desde la fuerte emergencia del negocio de seguridad civil o interna ya hace casi una década.”

La conferencia fue patrocinada por grandes empresas productoras de armas como Raytheon, Lockheed Martin, Saab, Finmeccanica, EADS, Thales y Northrop Grumman. No es necesario decir que ellos no hicieron estas declaraciones por consideraciones medioambientales o humanitarias. ¡Cambio climático significa negocio!

Posiblemente el nuevo mercado que promete más para las empresas armamentísticas son observaciones (con satélites): monitoreo y colección y análisis de datos. Un ejemplo de esto es el proyecto Copernicus de la Unión Europea (anteriormente conocido como GMES). El satélite fue puesto en marcha en 1998, oficialmente para monitorear la tierra y proporcionar datos para preparar la legislación sobre temas medioambientales. Poco tiempo después, su misión principal fue extendida a incluir temas de seguridad como vigilancia marítima y control de fronteras. El proyecto Copernicus es un ejemplo claro de cómo el uso de ciertas tecnologías, fundadas y financiadas por objetivos medioambientales, son redefinidos debajo de la máscara de la definición más amplia de seguridad.

Una “joint venture” de empresas armamentísticas Finmeccanica y Thales, Thales Alenia Space, es “profundamente involucrada en [...] GMES”. A través de sus proyectos relacionados con seguridad GMES ha dado trabajo a muchas otras empresas como Astrium, ATOS Origin, GMV Aerospace and Defence, QinetiC, la sueca Defense Research Agency y la holandesa Organisation for Applied Scientific Research (TNO).

'Greenwashing'

La industria armamentística utiliza el desarrollo de armas 'verdes' y el potencial uso civil medioambiental de los recursos militares como una parte de la campaña exhaustiva de 'greenwashing'. Desgraciadamente, algunas organizaciones para la conservación de la naturaleza y medioambientales les ayudan en esta tarea (sea por motivo de recibir grandes cantidades de dinero o no). Un ejemplo es la relación estrecha entre Northrop Grumman y la organización estadounidense Conservation International. Juntas, ellas invitaron a la industria armamentística y a las organizaciones para la conservación a juntar los esfuerzos para tomar acción contra las consecuencias del cambio climático. Juntas, ellas tendrían “las herramientas adecuadas” para pasarlas a las “manos adecuadas”. Un buen argumento de venta para esas “herramientas adecuadas” serían sistemas de monitoreo y colección de datos, que la industria armamentística tiene en venta.

Soluciones

Para parar el cambio climático, es necesario que haya un acercamiento integrado, basado en eficiencia energética y que haya un cambio a las energías alternativas. Todas las mesuras necesarias (técnicas) ya están disponibles, pero el pensamiento contemporáneo de crecimiento económico no permite un cambio real. Como dijo el presidente de Bolivia Evo Morales durante la conferencia sobre el cambio climático en Copenhague en 2009: “La causa verdadera del cambio climático es es sistema capitalista. Si queremos salvar el mundo, tenemos que acabar con este modelo económico”.

La defensa y la industria armamentística y de seguridad no pueden solucionar el problema del clima. Más bien, ellos hacen que, especialmente los países ricos, ignoren los problemas durante mucho tiempo, mientras los países más pobres ya están sufriendo las consecuencias.

Mark Akkerman – Dutch Campaign Against Arms Trade. Este texto está basado en un capitulo de un libro sobre el cambio climático y seguridad del Instituto Transnacional (TNI, por sus silabas en inglés) que será publicado en breve.

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