Mujeres en guerra - mujeres en paz. Encuentro de mujeres del Cáucaso.

en
es

Ellen Elster

El
Cáucaso es una región de la antigua Unión
Soviética, situada entre el mar Negro y el mar Caspio. Tras la
disolución de la Unión Soviética, estallaron conflictos en
esto área , algunas veces con manifestaciones muy crueles. En algunos de
estos conflictos las mujeres han rebasado los límites en la
búsqueda de medios pacíficos de reconciliación. En este
artículo, algunas de estas mujeres cuentan sus experiencias.

La disolución de la Unión Soviética a principios de la
década de los noventa, dio esperanzas de un cambio a la gente de esta
región. Pero esta esperanza desapareció rápidamente, a
medida que la vida diaria se fue tornando más cruel que nunca. Mucha
gente está luchando por encontrar su lugar en una sociedad en la que
abundan los conflictos y la economía está arruinada.

Sin Paz en el Cáucaso.

No habrá paz si
las raíces del conflicto persisten.

Natella comenta sobre la guerra que Abkshia mantuvo contra Georgia en los
años 1.992 y 1.993. Dicho conflicto trajo consigo un gran problema con
los refugiados. Ella representa a una pequeña población de cerca
de 100 habitantes - aunque subraya que Abkshia representa el 17 % de la
población del vecino estado de Georgia -. Natella dice "desde el
principio de la historia, nuestra gente ha estado en peligro de ser erradicada
mediante la deportación
". Ella comenta, describiendo la
situación hoy en día, como el odio es muy grande y como los
Abkshianos están cometiendo actos crueles de venganza con la gente
georgianas.

Zoila de la parte norte del Cáucaso, dice que hay líderes rusos
que quieren ver Chechenia aplastada de una vez por todas. "La guerra
podría volver a estallar otra vez en cualquier momento. Todavía
hay enfrentamientos por el petróleo en las fronteras".
Varios grupos
étnicos están viviendo en la región y aislarlos es la
mejor forma que tienen los rusos para mantenerse en el poder.

Un modelo de guerra.

Arzu, de Acerbaian nos da un
ejemplo de lo que está ocurriendo: "se crea y se transmite por los
medios de comunicación propaganda a gran escala en forma de
imágenes malvadas del enemigo, que sirve para inquietar a la
población de ambos lados de la frontera. Se extienden rumores de
incursiones con historias y acusaciones terribles. La histeria bélica
aumenta, empezando por las regiones más aisladas para paulatinamente
extenderse a las grandes ciudades. Psicólogos y Sociólogos,
refuerzan las diferencias del conflicto. De esta forma el conflicto se
autoperpetúa".

A menudo, una tercera facción se encarga de alimentar el conflicto. En
el Cáucaso esa tercera parte es Rusia. La presencia de armas ayuda a
hacer la guerra inevitable.

Verónica de Georgia, dice que el modelo de Arzu se ajusta a la
situación de Georgia, donde los líderes políticos han
establecido una política de división y fuerte
reglamentación. La tercera parte (otra vez Rusia) juega un papel muy
activo aportando información manipulada. Una política de
aislamiento, cortar el contacto entre la gente de diferentes partes de la
frontera. Los medios de comunicación provocaron y encendieron las llamas
de la histeria y así es como el conflicto creció, los grupos
étnicos más pequeños fueron perseguidos hasta ser
expulsados fuera de Abkshia.

Rusia como la tercera parte interesada.

Hay razones
históricas para explicar el papel de Rusia como tercera parte interesada
en estas regiones en conflicto. Básicamente, las regiones del
Cáucaso son las cabezas de turco tradicionales de Rusia.
Frecuentemente, se apunta como culpable al crimen organizado -el caso de
Chechenia, por ejemplo, ha cobrado dimensiones míticas como pretexto
para justificar la guerra de Rusia en Chechenia. Estadísticamente, otros
muchos grupos cometen más crímenes que los chechenos.

Desde las conquistas del zar de Rusia en el último siglo, los
caucásicos fueron estigmatizados como "guerreros salvajes". El
régimen quiso extender su territorio, pero los caucásicos se
opusieron al sometimiento. (Su oposición al zar fue quizás la
más eficaz de su tiempo.) Desde entonces, el estereotipo ha continuado
entre la población rusa, siendo utilizado frecuentemente por
líderes y políticos rusos. Además, historiadores y
escritores han contribuido a mantener los estereotipos superficiales,
escribiendo sobre gentes que son "guerreros, de bellos ojos negros con
tradiciones exóticas y una magnífica naturaleza".

Además, los habitantes del Cáucaso son musulmanes (mientras que
los rusos son predominantemente cristianos).

Tanto durante el período estalinista como al finalizar éste, la
imagen que se mantuvo durante mucho tiempo: una sociedad civil sin libertad de
expresión, combinada con una gigantesca maquinaria de propaganda del
gobierno que adoctrinó a la gente rusa para pensar en base a
estereotipos.

Un modelo de paz.

Arzu además, presenta un
modelo de paz como reverso del modelo bélico: acceder a los medios de
comunicación es vital, así como hacer posible la
contrainformación. Los convenios existentes sobre viajes podrían
hacerlo posible en el sentido de que la gente de ambos lados de la frontera
puedan ser objeto de contactos pacíficos. Ella dice: "ellos deben
entender que la guerra no es un buen camino para resolver los conflictos.
Nosotros invitamos a los armenios a estar con nosotros y los hicimos de modo
visible".

Durante el conflicto de Nagorno - Karabach, Arzú trabajó con
Annait de Armenia. Ambas cruzaron los límites en la búsqueda de
un lenguaje común. Anait dice que "fue importante que Azu y yo
trabajásemos juntas, y que nuestro trabajo fuera visible en el momento
en el que la gente de Armenia y Azerbijan no se atrevía a decir que
tenía amigos en el otro lado de la frontera"...,
Nosotras viajamos a
cada una de las ciudades en conflicto y celebramos reuniones públicas.
Además, asistimos a casos prácticos, tales como el intercambio de
prisioneros de guerra. Intentamos abrir los ojos de la gente sobre como se
sentían en el otro lado. Utilizamos los medios de comunicación
para mostrar el trabajo positivo que gentes del otro lado estaban haciendo.

Las mujeres cruzan las líneas.

Las mujeres
jugaron un papel muy activo e importante durante y después de las
guerras del Cáucaso. Zoia dice que este no es su rol usual. En
términos generales, las mujeres tienen un estatus muy bajo en las
sociedades rusa y caucásica. De ellas se espera que cuiden de sus
familias y no de la sociedad. El trabajo fuera del ámbito familiar ha
sido objeto de suspicacias. Otros factores que contribuyen al aislamiento de
las mujeres son la economía y las largas colas de la comida, que obligan
a algunas mujeres a permanecer en sus casas. Sin embargo, en situaciones
extremas tales como guerras o desastres naturales, las mujeres se han
involucrado, de forma muy activa, tanto en la paz como en el trabajo de
reconstrucción.

Zoia destaca dos tendencias recientes que ella ha percibido en su trabajo: la
primera, que las mujeres están regresando al hogar y la segunda, las
divisiones entre ONGs. Parece que la guerra mantiene a estos grupos unidos,
pero cuando el conflicto se acaba las contradicciones empiezan a aflorar. Por
esta razón Zoia siente que es extremadamente importante mantener los
contactos a través de las fronteras.

Hay muchos retos en el Cáucaso. Pobreza, desempleo y crimen están
presentes en la vida cotidiana de las familias donde las mujeres ocupan un
lugar central. La sociedad necesita una reconstrucción -
económica, psicológica y democrática -. La sociedad es
más vulnerable ahora que durante la guerra.

Annait apunta que este es el tercer año sin guerra y por tanto una fase
crucial. Ellas dependen del apoyo exterior para contribuir a prevenir un
reinicio del conflicto. Más concretamente, necesitan ayuda para
encontrar medios para la reconciliación y soluciones a planteaminetos
enfrentados - así como una senda hacia la democracia. Natella dice que
ellas tienen la reconciliación en sus programas, pero no saben por donde
empezar.

Tanto Natella como Arzu destacan la importancia de ONGs en el proceso.
Arzú apunta el hecho de que incluso si las autoridades les asustan o
intentan ignorarles, consiguen un gran respeto de la gente, especialmente de la
gente del oeste. En este sentido, los grupos pueden funcionar como nexo de
unión entre la sociedad civil y las autoridades.

Natella dice que normalmente, las negociaciones transcurren sólo entre
líderes políticos y sobre sus propuestas. A menudo, ignoran el
conocimiento y las experiencias de ONGs - especialmente en lo tocante a la
reconciliación. Verónica añade que el papel de las mujeres
debe ser tenido en cuenta. Después de todo, ellas han contribuido mucho
a la paz y están preparadas para contribuir más.

Traducción: Sébastien Théus.

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