"No eres olvidado"

Cuando el 14 de Octubre de 1996, Osman (Ossi) Murat Ülke comenzó a cumplir su sentencia en la prisión militar de Mamak en Ankara, empezaron pronto a llegar una oleada de protestas y cartas de solidaridad. Su caso demuestra lo efectivas que pueden llegar a ser las cartas a los Presos para la Paz. Se esperaba el encarcelamiento de Ossi, por lo tanto, las organizaciones asociadas en la Europa occidental, (algunas secciones de la Internacional de Resistentes a la Guerra entre ellas), y en Turquía, estaban preparadas.

Durante sus primeros días en prisión, Ossi recibió hasta 100 cartas al día. Sentía que los muros de la prisión se desplomaban. Estaba en una celda y sin embargo, estaba en contacto con muchas personas a nivel nacional e internacional. "Esto me motivaba muchísimo. Trataba de responder a todas las cartas y me pasaba todo el día en la celda escribiendo cartas. Afortunadamente sabía por mis abogados y por las respuestas que recibía, que mis cartas llegaban a su destino".

Mucha gente me enviaba cortas postales o tarjetas de saludo. En una postal de Navidad había una frase muy alentadora "Conocemos tu sino y te deseamos fortaleza". Ossi comenta, "Es curioso que viviendo en un país Islámico y siendo anarquista y ateo, haya recibido tantas postales de Navidad. Pero cada postal indica que alguien ha pensado en mí y eso da energía".

Las cartas más motivadoras son en las que la gente te cuenta su propia historia. ¿Y que piensan de los motivos por los que estoy en prisión?

¿Cual es su opinión sobre la objeción de conciencia, sobre la guerra, sobre la desobediencia civil y tópicos semejantes? Sus opiniones estimulan mi pensamiento y me dan una gran satisfacción.

"Lo mejor de todo es, por supuesto, cuando una persona te escribe regularmente e incluso si te envía paquetes. Había una profesora de inglés holandesa que vivía en Francia que me envió siete u ocho paquetes. Su hijo también se había negado a portar armas y por eso ella me apoyaba con toda su comprensión. Me enviaba chocolate, libros y periódicos".

Por supuesto, los gobiernos conocen muy bien el apoyo resistente del correo de la solidaridad, y prefieren que tales cartas no siempre lleguen al prisionero. Durante el primer mes, Ossi recibió al menos 30 cartas y postales cada día, pero después su correo fue interceptado y parado por las autoridades. Por eso, la Asociación de Resistentes a la Guerra de Izmir que había coordinado la acción del correo, pidió a los amigos que enviasen las cartas y postales a la dirección de la Asociación. Gracias a esto, bastantes cartas pudieron pasar los muros de la prisión junto con los papeles de su abogado.

Pero incluso si el correo no llega a la celda del prisionero, la mera existencia de estas cartas es un aviso al gobierno en el sentido de que no pueden actuar como les plazca. Cada carta levanta la "barrera" contra la tortura un poco más alta, cada carta significa un poco de protección para la persona que está tras los barrotes. "Solamente podemos hacer conjeturas sobre la influencia de estas cartas de protesta o de las delegaciones de observadores internacionales sobre las sentencias

impuestas, por ejemplo lo tuvimos que ver desalentadoramente en el caso de (Parlamentaria Kurda) Leyla Zana cuando ni siquiera la llamativa solidaridad internacional fue capaz de influir en el sistema de justicia criminal Turco para que tratase a sus propios ciudadanos de acuerdo con las reglas de la ley", dice la abogada Hülya Ücpinar, Jefa del Centro de Derechos Humanos e Investigación Jurídica de Izmir.

Cuando me trasladaron a la prisión militar de Eskehir, por supuesto el director sabía quien era yo, y por eso se me permitió mantener algunos derechos que había ganado a través de mi huelga de hambre en Mamak : Se me permitió recibir libros y periódicos. Y mi "influencia" se notó en otras ocasiones: un día me llevaron a la sala de estar de los guardias.

Allí siete u ocho soldados estaban sentados alrededor de una mesa sobre la que había un montón de correo solidario -los soldados lo estaban leyendo y leían en voz alta trozos del mismo para divertirse. ¿Quien puede decir si esta actividad no ha tenido una influencia inesperada sobre ellos? relata Ossi.
Osman Murta Ülke fue liberado de la prisión el 8 de Marzo del 2000; de acuerdo con las leyes militares turcas, se le considera todavía un desertor pero no ha sido vuelto a arrestar.

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