Historia de la Objeción de Conciencia en Grecia

El servicio militar obligatorio fue introducido en Grecia por la Constitución de 1911. Un año después Grecia se vio envuelta en guerras consecutivas (dos guerras de los Balcanes, la Primera Guerra Mundial y la Campaña en Asia Menor), que duraron una década. Durante el los últimos dos años de esta década hubo un gran movimiento de desertores del Ejército Griego, debido esencialmente al largo periodo de conscripción (hubo soldados conscriptos que fueron llamados a filas en 1911 y no se licenciaron hasta 1923). En este momento no hubo casos conocidos de deserción por razones ideológicas.

Durante los siguientes sesenta años nadie, exceptuando a los Testigos de Jehová, cuestionó el servicio militar. El Tribunal Militar condenaba a estos objetores de conciencia a penas extremadamente largas, era normal que un Testigo de Jehová se pasara entre 10 y quince años en una prisión militar. Durante la Guerra Civil (1946.1949) algunos de ellos fueron condenados a pena de muerte y fusilados (Ioannis Tsoukaris el once febrero de 1949 y Gerorgeios Orfanidis el dos de marzo de 1949). El último objetor de conciencia que fue condenado a muerte fue otro Hristos Kazanis (1966), pero debido a la presión internacional su pena se redujo a cuatro años de cárcel. Otro Téstigo de Jehová, Vasileios Karafatsas fue asesinado el 23 de junio de 1971, cuando estaba siendo transferido de una prisión militar a otra.

El servicio militar obligatorio y la preponderancia del ejército en la sociedad griega han sido cuestionados a principios de 1980. Tres años antes (en septiembre de 1977), una presión continua por parte del Consejo de Europa obligó al gobierno griego a votar una ley para los Testigos de Jehová, disponiendo que estos deberían o bien servir cuatro años en un servicio militar sin armas o ser condenados a cuatro años de prisión. El movimiento por los derechos humanos y libertades civiles de los conscriptos precedió a los primeros debates sobre el derecho a desobedecer al servicio militar. Los partidos de izquierda fueron bastantes suspicaces con la objetción de conciencia, pero el joven movimiento ecologista, una parte del movimiento anarquista y algunos de los miles de jóvenes prófugos que vivían en el extranjero iniciaron una seria discusión sobre el asunto. Durante una década, la "Oikologiki Efimerida" (Periódico Ecologísta) y la revista "Arnoume" (Desobedezco) llegaron a ser los principales contribuidores al debate sobre la objeción de conciencia y la cultura antimilitarista.

En diciembre de 1986, Michalis Marangakis se declaro públicamente como objetor de conciencia por motivos ideológicos. Su declaración, un manifestación real de antimilitarismo, fue el punto de arranque para el movimiento de objeción de conciencia en Grecia. Él fue arrestado tres meses después y condenado a cuatro años de cárcel, después reducidos 26 meses. Poco después, Thanassis Malkris, sufrió idéntico destino, fue condenado a cinco años de prisión, reducidos a dieciocho meses tras apelar. Ambos fuero puestos en libertad después de haber cumplido dos terceras partes de sus respectivas condenas.

Las detenciones de Michalis Marangakis y de Thanasis Makris y su lucha por el respeto del derecho de la objeción de conciencia provocó un movimiento de solidaridad internacional sin precedentes. Ambos llevaron a cabo una serie de largas huelgas de hambre (Marangakis llevó a cabo tres de 71, 50 y 20 días respectivamente y Makris hizo dos .de 55 y 35 días) cuyo resultado fue la rendición del gobierno y su puesta en libertad.

Durante este periodo de tres años, el Ministerio de Defensa y Asuntos Exteriores recibió cientos de cartas del extranjero cada día, demandado el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia y pidiendo la puesta en libertad de Marangakis y Makris. Incluso el Presidente de la República de Grecia confesó durante una reunión con representantes de la Asociación de Objetores de Conciencia en febrero de 1990 que durante 1988, el Ministro de Asuntos Exteriores había recibido 600 cartas por día.. Esta campaña fue el resultado de los esfuerzos combinados de Amnistía Internacional, la Oficina Europea por la Objeción de Conciencia y la Internacional de Resistentes a la Guerra.

En Grecia el Comité de Solidaridad con Objetores de Conciencia organizó cientos de charlas así como algunas manifestaciones por todo el país. En un año más de 20 personas se declararon objetores de conciencia por motivos políticos. Gracias a las acciones de Marangakis y Makris vencimos el miedo a ser encarcelados y forzamos al gobierno y a los partidos políticos en incluso a la sociedad a encarar la realidad de la objeción de conciencia.

La consiguiente solidaridad internacional mostrada a los objetores de conciencia griegos forzó al gobierno a extender la posibilidad de un servicio militar sin armas para todos los objetores de conciencia (febrero 1988) y algunos meses más tarde, a presentar una propuesta de ley a reconocer el derecho a la objeción de conciencia e introducir un servicio civil alternativo, cuya duración sería el doble de la del servicio militar. De todos modos, esta propuesta nunca se presentó en el Parlamento.

Durante la década de los 90, el miedo a una intensa campaña internacional hizo al gobierno griego reticente a arrestar a los objetores de conciencia ideológicos (aunque los Testigos de Jehová que se presentaron en unidades militares y se negaron a llevar uniforme fueron sentenciados regularmente a cuatro años de prisión). De todos modos, las órdenes de arresto estaban pendientes y, bajo la presión de la policía, la mayoría de los objetores vivían clandestinamente. Ellos no tenían (y tampoco tienen todavía) derecho a pasaporte y tenían (y tienen todavía) que cambiar de domicilio para evitar ser arrestados. Los oficiales de policía visitan regularmente las casas de sus padres y les amenazan. Entre 1990 y 1997, sólo tres objetores de conciencia ideológicos fueron detenidos: Nicos Maziotis y Pavlos Nathanail (ambos anarquistas) en 1991 y Nicos Karanicas en 1995. Aunque sus juicios tuvieron lugar durante el periodo de paranoia nacionalista y ambos ahbían rechazado cualquier tipo de servicio civil, ellos sólo recibieron condenas de un año de cárcel. Algunos meses después, Nicos Maziotis fue arrestado de nuevo, pero después de una huelga de hambre de cincuenta días fue puesto en libertad. Nicos Karanicas fue condenado a cinco años de cárcel, pero en la apelación se redujo a un año.

El seis de junio de 1997 el Parlamento griego votó la ley 210/97 que introducía una prestación sustitutoria 18 meses más larga que el servicio militar. Este fue el principio de una nueva era, con objetores de conciencia luchando por el respeto a sus derechos y por la reducción de la duración del servicio civil. Las siguientes persecuciones contra Lazaros Petromelidis son consecuencia de esta lucha.

Yannis Chryssoverghis

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