La guerra empieza aquí

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Campamento Antimilitarista Internacional del 12 al 17 de septiembre del 2012 en GÜZ Altmark / Alemania.

Discusiones y acciones contra Centro de entrenamiento de batalla (GÜZ) del ejército alemán y la OTAN.

El enemigo está detrás de la ventana. Cúbrete, oriéntate, dispara. Con la rapidez de un rayo informa el

simulador láser de combate a lxs soldadxs, a quién atacó el láser y quién atacó con el láser, quién sigue practicando, quién se queda en la estepa de Sajonia-Anhalt. El ejército alemán y soldadxs de prácticamente todos los ejércitos de la OTAN entrenan en GÜZ-Altmark. Allí se entrena cómo ocupar e invadir un pueblo en Afganistán, en Kosovo o - según como la OTAN cree que van a ser las futuras guerras- en cualquier ciudad del mundo. Y así se inicia en el 2012 en GÜZ la construcción de una ciudad con 500 edificios, aeropuerto y estación de metro, para practicar la guerra en urbanizaciones, barrios, chabolas, zonas industriales, centros comerciales.

“Esa ciudad puede estar en cualquier parte del mundo” - Jefe de GÜZ

GÜZ es para el ejército alemán, la OTAN y la Unión Europea un lugar central para estar siempre disponibles para las guerras que llevan en el mundo entero. Hagamos de nuestro campamento un lugar central para las luchas antimilitaristas. Estan invitadxs todxs aquellxs que esten contra la militarizacion. Queremos discutir sobre nuestros diferentes análisis y propuestas, para desarrollar una estrategia contra su estrategia, como también, tener experiencias prácticas conjuntas en el sabotaje de la guerra. Porque ahí, donde la guerra empieza, podemos detenerla.

Actualmente vivimos, cómo en todas las esferas se está trabajando para hacer de la guerra una cotidianidad. Se construyen hechos – como más misiones de combate, más muertos en el mediterráneo, más militares en las calles – y se hacen algunos esfuerzos en la legitimación del manejo militar de las crisis. Las guerras declaradas en nuestro nombre deben parecer tan imprescindibles, como el mal clima. Ya se están convirtiendo lxs ayudantes en las catástrofes en soldados policiales, que después de un terremoto imponen la prohibición de reuniones y cazan a lxs saqueadorxs. Y ahora que los ejércitos son dirigidos como empresas, quieren que nos sintamos como lxs clientes de una prestación de servicio que se llama: poder del estado. En las palabras de la sociedad de servicio se ofrece la seguridad como un servicio de la gobernabilidad y por eso tenemos que aceptar que no se puede “garantizar” una que otra libertad.

Más allá de la metrópolis, la bella apariencia debe satisfacer solamente la mirada desde lejos. Y esta mirada tiene una tradición. Cuando la doctrina de la ONU “Responsability to Protect” (responsabilidad de proteger) justifica “intervenciones humanitarias”, donde se une la entrega de dinero a intereses alemanes y la cooperación con el ejército como es la política de desarrollo de Dirk Niebel (actual ministro de desarrollo alemán) ésto sólo puede sobrepasado por el colonialismo clásico chauvinista. Uno termina creyéndose el cuento de cuidar la vida de las personas, para poder ignorar más fácil su derecho a la autodeterminación. El mantenimiento de un orden económico, que para la mayoría de personas no tiene ninguna perspectiva, se encarga por si mismo, que la demanda de esa “protección” nunca sea satisfecha.

Mientas tanto, se forma la Unión Europea, armonizando leyes y procedimientos. Aún los países no están en muchas cosas de acuerdo, la militarización no ha podido avanzar en todas partes como Val di Susa, en Italia, donde se implementan contra manifestantes, paracaidistas directamente traídos de Afganistán. Sin duda alguna, el ejército en españa forzó la ruptura de la huelga de lxs controladorxs aéreos y en contra de la huelga general en Grecia, se estuvo a un pelo de implementar por primera vez la gerndarmería europea. En Alemania, en cambio, muchos siguen haciendo como si no fuera “realmente” guerra. Pero en realidad son en últimas, belicistas alemanxs quienes a nivel internacional empujan fuertemente la realización de la estrategia bélica “conectada”. Definitivamente ya es hora que nos organizemos, superando las fronteras, contra los ataques con los cuales el poder intenta salvarse. La cuestion de los “failed states” (estados fallados) está presente en todas partes, no solamente en el norte de Africa, y es nuestra tarea voltearla en contra del lxs opresorxs. ¡Recuperemos nuestras vidas!

Normalidad civil y militar:

Entre más se modela todo para ponerse al servicio de la guerra, más claro se vuelve el hecho de que estar contra la guerra y la militarización no sólo se trata de la simple supervivencia de algunxs, sino que es un hecho que afecta la vida de todxs. En todas las diferentes realidades sociales, empezando por magnitud del uso de violencia, existe algo en común en las diferentes facetas de la militarización: toda perspectiva de autonomía o emancipación debe volverse una misera administrable. Ya que ese tipo de endurencimiento de las condiciones de vida sólo puede instalarse y mantenerse mediante la coerción, se impone entonces con una amplia legitimación y legalización de la violencia como forma de confrontación, que funciona en conjunto con el mantenimiento y la intensificación de una sociedad patriarcal.

Una sociedad que está siempre preparada para la guerra, tiene que tener implícita la violencia en su mentalidad, no sólo como algo inevitable, sino además como algo deseado y hasta heroico – cuando proviene de las “fuerzas de seguridad”. Para su justificación es una y otra vez necesaria la invisibilización y negación de diferentes puntos de vista, otras formas de solución y otros problemas. Estructuras complejas deben ser percibidas como simples contradicciones para que al final del análisis sólo una solución sea posible: Guerra. Violencia estatal aparece mediante la creación de polos duales como único medio efectivo para la “solución” de conflictos sociales o interestatales. Sólo hay democracia o dictadura islamista, mujer u hombre, los salvajes o el occidente, la civilización o la barbarie, el orden o el caos . El mundo real con sus especificidades le sirve al ejército para argumentar un gasto armamentista más alto, pero en la guerra misma éstas son sólo un obstáculo. ¡Acá se necesitan hombres de verdad!

La violencia sexualizada y la guerra van de la mano. La contrainsurgencia militarizada no es una excepción. Hordas de hombres armados luchan para acabar las pretensiones de dominio y propiedad de otros hombres. Estas pretensiones de propiedad significan también, poder de disposición y la convicción de protección a, o mejor dicho, sobre las “propias mujeres”. Humillación y violación a mujeres civiles y soldadas en todas las regiones en guerra están a la orden del día, así como también la violencia sexualizada contra hombres presos. El estado de violencia actual que está muy conectado con el orden de género bipolar y su conexión directa al militarismo nos hace gritar:¡A los roles de género y al ejército hay que atacarlos, debilitarlos, acabarlos!

¿Asimetría? No es una mala idea

Para construir una resistencia efectiva necesitamos entender con qué tenemos que confrontarnos en las “nuevas” guerras. No en forma de texto científico, que nadie lee, sino como conocimiento compartido. ¿Qué ha cambiado desde la guerra fría? ¿En qué se diferencia nuestro análisis de el del ejército? ¿Nos parece importante saber si las “amenazas asimétricas”, con las que se legitima la guerra contra la población, sí son amenazas reales? O si detrás de la contrainsurgencia sí hay una insurgencia? ¿Cómo nos posicionamos frente a las guerras en curso? ¿Qué ponemos en contrapeso para la lógica Amigo-Enemigo, cuando, a pesar de nuestro inmenso desprecio a la guerra, aún vemos la necesidad de luchar?

¿Cómo son llevadas mundialmente a cabo las estrategias de la OTAN de “Seguridad conectada”, de “Comprehensive Approach”? ¿Se diferencian las tácticas dependiendo del grupo destinatario? Para muchxs en la unión europea suena nueva la caída de las fronteras de la intervención militar, ya que la propia población no podrá mantenerse fuera de estas intervenciones. ¿Hace la guerra entonces a todxs iguales o es simplemente la última instancia para todxs igualmente mortal – sin tener que prescindir del “Divide y Reinarás”? ¿Qué rol tiene en esto la contrainsurgencia? ¿Es ésta una estrategia operativa o el motivo principal de la gobernabilidad? Para evitar análisis falsos, debemos cuidar que en el entendimiento de sus estrategias no nos perdamos en un pensamiento militarizado. No todo lo que sueña el ejército puede ser llevado acabo. ¿Existe en alguna parte del mundo la negación absoluta de los aspecto éticos como lo plantea su perspectiva cibernética de utilización de todas las partes de la sociedad, o está esto sólo presente en el análisis táctico? ¿Dónde no cumplen sus simples exigencias y dónde quedan cautivxs en viejas ideológias de su supuesta superioridad? O pues, ¿es todo esto solamente un show: mujeres en uniformes o las cooperaciones con la Unión Africana?

Seguro es que, nos estamos moviendo en terreno contradictorio – por un lado, estamos mundialmente sometidxs a los mismos principios “guerreristas”, por el otro lado en algún lugar hay guerra “real”: en unos lugares se muere, en otros no – y eso hace, de algún modo, una diferencia en todo. Tampoco nosotrxs podemos evadir esa contradicción. Pues “nosotrxs en el occidente” somos privilegiadxs, tenemos más puertas abiertas en situaciones difíciles que personas que tuvieron menos suerte con su lugar de nacimiento. Será en el momento, en el que la guerra llegue a nuestas casas, donde veremos qué tan seriamente tomamos el hecho de acabar con nuestros privilegios. No en avergonzarnos en voz alta sino en ponerlos realmente en juego, usándolos como parte de otro “Nosotros”, un “Nosotros” que lucha para la liberación a nivel mundial.

“Banderas ondulantes en el monte del estratega”

¿Qué nos dejan saber? Está el programa de estrategias de la OTAN “Urban Operations in the Year 2020”.Ya que mundialmente más y más personas viven en ciudades y se empobrecen, se volvió supuestamente necesario remediar el déficit en cuanto a la intervención militar en las zonas urbanas. De este modo el ejército no piensa sobre las causas y las formas de evitar el empobrecimiento, sino que el desafío es combatir los disturbios posibles. Al lado de particularidades arquitectónicas, está el operar militar en regiones urbanas frente a otros problemas: Donde lxs combatientes y la población civil casi no se pueden diferenciar y teniendo en cuenta las víctimas civiles, se desarrollan rápidamente protestas que culminan incluso en operaciones “inefectivas” e interumpidas.

En “Towards a Grand Strategy for an Unceratin World” determina la OTAN en el 2008, que el único camino para superar esos peligros es un “completo enfoque en conjunto que incluya recursos militares y no- militares”. La “Nato Research Commission” evalúa los resultados en el 2010, sin embargo, no muy alentadores ya que soberanías estatales y problemas con la cooperación imposibilitan una realización efectiva. Su consejo: “Nuevos caminos de colaboración pragmática por debajo del nivel estratégico”. ¿No es esta estrategia al final, más que una estrategia un comodín? ¿Debe calmarnos el título “Seguridad Conectada” en primera línea, no darnos datos, pero sí la sensación de estar informados? ¿Decir QUE pero no QUÉ está siendo conectado en los centros de posicionamiento, en los comandos de conección, en los bancos de datos, en los congresos de la policía y en los ejercicios conjuntos? Cambian los servicios que prestan las universidades, el correo, las ONG's y la privatización de tareas militares al ejército, algo en las estructuras de decisión? O ¿es la colaboración civil-militar simplemente una nueva y bonita mercadotecnia para fantasías de un estado policial y totalitarista?

Seguridad conectada – ¿Contrainsurgencia en pijama?

En la discusión en alemán se usa habitualmente con el sinónimo Riot-Control, la contrainsurgencia podría ser un amplio concepto de la gobernabilidad, en el que no se trata de resolver los conflictos, sino de, una vez logrado un estado de emergencia, mantenerlo a largo plazo. Pues la desestabilización de una sociedad consigue la legitimación de un control policial y militar continuo, hasta el punto de crear protectorados – sin tener que presentar alternativas negociables. Lo que en Irak o en Afganistan pareciera una falta de planes para un orden en la posguerra o como incapacidad en la implementación, podría ser el punto central: Contrainsurgencia permanente como gestor de crisis. Pues mientras las crisis duren, no le queda tiempo al cambio social, se aceptan más fácilmente las limitaciones a la libertad de movimiento y la opresión.

La contrainsurgencia apunta a mantener a la sociedad calmada. Diferente a lo que la palabra sugiere, la represión abierta no es, por lejos, el método elegido. Más importante que callar a quienes se alzan en lucha, es para ellxs, el hecho de que nadie más encuentre sentido en lo que lxs insurgentes dicen. Ya la misma percepción es su campo de batalla, ciertas preguntas no deben ni siquiera surgir. También el armamento con armas menos-letales muestra que no se trata de “solucionar” los conflictos, sino mucho más, de controlar su surgimiento y donde sea posible, evitarlo. Análisis de costo-utilidad, cálculo de los riesgos como un seguro. Ya que la contrainsurgencia depende de la creatividad de las insurgencias y por eso siempre está un paso atrás, ésta intenta, mediante estudios meticulosos, violencia, aparatos inmensos y prevención, acabar con ese déficit. Remodelar barrios, intimidar a lxs simpatizantes, aislar enemigxs, construir la imágen del enemigx, para que la población se desvincule y se desarme a sí misma. COIN (Counter-Insurgency en el lenguaje de la OTAN) quiere mantener un público pasivo y despolitizado y es de este modo constructiva – al mismo tiempo mantiene la estrategia de retener el poder tan asesino y reaccionario como en las guerras coloniales, en las que éste fue impuesto. Como modelo de gobernabilidad quiere acabar con lo político: No hay más debate público sobre los orígenes de la situación actual, acabando la búsqueda de otras perspectivas. Olvido organizado.

Y sin embargo la contrainsurgencia sigue siendo un arma de doble filo. Cuando un sistema necesita prepararse para combatir una insurrección, admite entonces que ya no se trata de correcciones a una máquina que, en general, funciona bien. Si las insurrecciones son reales se vuelve secundario. Es suficiente que éstas pudieran darse, es suficiente que el poder las piense como posibles para dirigir el foco hacia probables razones de una insurrección. Tal vez es por eso que se habla tanto de seguridad para no hablar de contrainsurgencia. Porque en cualquier momento puede voltearse la situación. Pues en la lucha contra insurrecciones está implícito, que éstas quieren liberarse de un régimen – y que en un futuro no serán sólo algunxs radicales, quienes se sumen a la lucha.

Juntemos las experiencias de nuestras luchas:

Donde todo debe volverse un campo de batalla, no podemos dejar la lucha contra la militarización y la guerra como obligación única de los movimientos pacifistas y lxs antimilitaristas. La militarización empeora las condiciones de cualquier lucha emancipatoria, por eso consideramos que todxs deben venir al campamento para discutir sobre todas estas preguntas que nos hemos planteado! Consideramos necesario un intercambio amplio para construir una resistencia efectiva. Ante la acelerada velocidad mundial de la militarización de las sociedades, consideramos adecuado, invitar de manera amplia e internacional. Traduciremos esta invitación en diferentes idiomas para informar a todxs lxs que estén interesadxs. Las traducciones en el lugar podremos de alguna forma organizarla juntxs, lo que hasta ahora siempre ha funcionado bien.
Para acabar con la preparación del mundo para la guerra

Nosotrxs en este campamento queremos discutir juntxs sobre las estrategias militares para asegurar la dominación y encontrarles el talón de aquiles. Fundamental y prácticamente. Ya que nosotrxs aún nos tomamos la libertad, a pesar de la falta de perspectiva impuesta, de preguntarnos “¿cómo queremos vivir?”. Consideramos posible negarnos a una imagen humana que sólo busca control o sangre, acabar con la guerra en todas sus formas, no creer en los pensamientos paternalistas (“¿Qué es lo mejor para Afghanistan?”) y hacerle imposible a los militares usar el mínimo pedazo de nuestra tierra y de nuestras vidas para su causa. Esto debe volverse realidad por eso vamos a hablar sobre el segundo deseo importante de nuestro campamento.

Quien puede pensar, ¡tiene que actuar!

El centro de entrenamiento de batalla (GÜZ) es uno de los lugares centrales en alemania donde se prepara la guerra. Gracias al transporte regular de armas de guerra, los previsibles trabajos de construcción para la nueva ciudad donde se puede entrenar la batalla en ciudades, sus muy tecnológicas instalaciones de láser y muchas cosas más nos ofrecen posibilidades para aprender juntxs de forma práctica cómo se puede frenar una máquina de guerra. En GÜZ entrenan todas las tropas del ejército alemán 14 días antes de irse a Afganistán o a cualquier otro lado a la guerra. Las tropas del ejército llevan a este centro sus propios equipos, su propio armamento. GÜZ es gigante y casi no está cercado. El calendario para entrenamientos está lleno, los retrasos no están planeados. Queremos mostrar de forma práctica, que nosotrxs podemos detener la guerra acá, donde empieza. Por esto bienvenidas sean todas las formas de acción que marquen, bloqueen y saboteen este centro de entrenamiento!

Por todos estos motivos lxs llamamos a participar del 12 al 17 de septiembre del 2012 en el campamento antimilitarista en el centro de entrenamiento de batalla en el Altmark para luchar juntxs por un mundo mejor.

Mas información: http://warstartsherecamp.org/

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