Nacido en una red de identidades colectivas

es

Maggie
Helwig

Hemos nacido tod@s en una red de identidades
colectivas. Desde nuestros primeros días se nos asigna un género
y una raza. Dependiendo de nuestras propias circunstancias podemos nacer con
una nacionalidad, religión o filosofía que formará parte
de nosotr@s durante toda nuestra vida, o quizás adoptaremos otras nuevas
más tarde a las que sentiremos como parte de la "verdad" sobre nosotr@s
mism@s. Eventualmente tendremos una orientación sexual - puede que no
nos podamos poner de acuerdo sobre si la elegimos o nacemos con ella.

Estas son probablemente, las identidades colectivas más importantes al
intentar entender quiénes somos - aunque el mecanismo para adoptar una
identidad colectiva parece ser más fuerte que cualquier otro. En un
famoso experimento realizado en una clase de los Estados Unidos, cuando a un
grupo de chicos y chicas se les informó que la gente con ojos azules
eran "mal@s" y "estúpid@s", y les llevó únicamente unas
horas, en algunos casos sólo minutos, para convencerles que el color de
los ojos era en realidad un poderoso factor de identidad colectiva y así
se les dividió entre "oprimid@s" y "opresores/as". Algunas identidades -
la de género mayormente - están basados en rasgos físicos
definidos. Otros, como la religión, la nación, pueden adoptar
rasgos visibles pero permanecen en su totalidad dentro de constructos del
imaginario.

Incluso aquellas personas que rechazan muchas de las formas tradicionales de
identidad colectiva tienden a adoptar formas alternativas (por ejemplo, una
identificación colectiva con un pacifismo radical). Y no sólo es
difícil vivir sin ser consciente del género o la raza, puede ser
- especialmente si se pertenece al grupo dominante - notoriamente irresponsable
; una de las tareas de los movimientos de mujeres, por ejemplo, es hacer que
los hombres se den cuenta de que ellos tienen género, que no son
simplemente una representación generalizada de toda la humanidad.

Identidad y emoción

Hasta aquí, la identidad colectiva no es más que un instrumento
para ayudarnos a dar sentido sobre quiénes somos. Pero, desde luego, las
identidades colectivas van más allá de eso. Van recubiertas de
alguna de nuestras emociones más fuertes.

Se convierten en la mayor parte de las cosas que entendemos como "verdad" sobre
nosotr@s mism@s y dan forma a todas las cosas que hacemos. Afectan al modo en
el que nos tratan los demás y de una manera tan fuerte que puede
determinar parte del curso de nuestras propias vidas.

Las identidades colectivas pueden tener significados positivos. Nos pueden unir
en una relación de lealtad a un gran número de personas con las
que de otra forma no tendríamos ninguna razón para sentir
solidaridad, esto puede ser - aunque no siempree sea así necesariamente
- un paso hacia, en lugar de un alejamiento, sobre el hecho de sentir
solidaridad hacia toda la masa indiscriminada de seres vivos. Al identificarse
de manera colectiva los grupos oprimidos se dotan de energía para la
lucha, construyen una cultura, crean poemas y canciones y celebraciones e
idiomas, así se recuperan psicológicamente de las heridas
causadas por la cultura dominante. Pero las identidades colectivas pueden
convertirse también en algo exclusivista, peligroso, militarista - y
algunas formas de identidad colectiva vienen haciendo esto con preocupante
facilidad.

Identidades nacionales

Somos verdaderamente conscientes, en este momento, de este problemático
caso de identificación. Está claro que una identificación
nacional apasionada y exclusiva ha tendido una mayor influencia - quizás
la más grande de todas - en la mayor parte de los conflictos violentos
hoy en día. La identificación nacional está dentro de las
más emocionales y volátiles de las identidades colectivas ;
quizás porque su naturaleza forma casi completamente parte del
imaginario y la percibimos como algo frágil, amenazada, necesitada de
ser defendida por la fuerza, incluso por medio del exterminio de otras
identidades nacionales. A pesar de esto es difícil negar su influencia
en el imaginario humano. Podemos imaginarnos a nosotr@s mism@s como parte de un
pueblo de manera que nos enriquezcamos. Podemos también - y de hecho lo
hacemos a menudo - imaginarnos como un pueblo que para serlo que depende de la
degradación o eliminación de otros pueblos.

Parece que todavía no entendemos los mecanismos que causan que la
identificación nacional sea exclusiva y violenta. Para aclararlo y para
comenzar a luchar contra ello, puede ser que necesitemos entrar con mayor
profundidad de la que l@s pacifistas han hecho tradicionalmente a la hora de
imaginarse el concepto nación.

Identidad como mujeres

La inquietante y apasionante naturaleza de algunas identidades colectivas,
puede, desde luego, ser socavada en parte por el reconocimiento de que una
identidad es múltiple, por lo que ningun@ de nosotr@s puede ser definid@
por una [sólo una] identidad colectiva. Esta es la dinámica que
en algunas ocasiones ha operado con éxito, en los movimientos por la paz
de mujeres en muchos países, donde las mujeres han dicho que su
identidad como mujeres transciende a la identidad nacional, política, o
religiosa de sus enemig@s. El éxito ha sido más limitado de lo
que desearíamos, quizás haya que admitir, que parece que la
identidad como mujeres puede ser muy fácil de incorporarse dentro del
imaginario de una exclusividad nacional, étnica o religiosa,
especialmente haciendo énfasis en el papel de las mujeres como madres de
los nuevos miembros de la nación, etnia o grupo de fe. Existe
también el peligro de que la identificación colectiva de
género, incluso dentro del movimiento por la paz, pueda ser utilizado
para reforzar los roles del género - mujeres cuidadoras, sanadoras. Pero
sí que hemos obtenido algún éxito : ha habido y sigue
habiendo un vibrante movimiento de paz en la Ex-yugoslavia que aglutina a
mujeres de todas las repúblicas, y esta identificación colectiva
de género ha posibilitado en gran medida la reconciliación de
iniciativas a nivel de comunidad, y ha permitido que algunas mujeres hayan
alcanzado una fuerte visibilidad activa que podría no haber sido
conseguida por otros métodos.

Identidades contradictorias

La gente también puede llegar a darse cuenta que lo que puede parecer
una clara identificación, realmente contiene múltiples y
contradictorias identidades dentro de sí - esto es decir que
identificarse como un miembro de la nación Mohawk en Norte
América puede significar indentificarse con la tradición
pacifista de Handsome Lake y la Confederacion de Iroquois, o con la
tradición militarista de la Warrior Society, ambos establecidos casi
por idéntico periodo de tiempo dentro de la historia de los Mohawk. (En
efecto, much@s de l@s descendientes Mohawk tienen que decidir si se identifican
primero como "nativ@s", "Métis" - raza mezclada - o "blanc@s, descendencia
racial tan confusa y tan parte fundamental del imaginario tanto aquí
como en cualquier otro sitio ; y se reconocen al menos unos pocos casos en los
que Canadienses, de completa ascendencia europea, han sido aceptados como
miembros de la "nación Mohawk".)

Probablemente es parte del trabajo del movimiento de paz promover el potencial
creativo de los confusos y poco claros límites. Quizás otra parte
de nuestro trabajo sea simplemente crear las condiciones sociales que
harán que la gente se sienta más segura, con menor necesidad de
atrapar y cosificar una identidad colectiva para que les de un suelo -
aparentemente más firme - sobre el que pisar. Ciertamente es parte de
nuestro trabajo promover una comprensión múltiple y flexible del
concepto de "identidad" - Es mi opinión que nuestro fallo a la hora de
hacer esto ha nacido, en parte, de nuestro temor a entrar en el imaginario
colectivo, nuestro temor a que si intentamos mirar dentro de él con
simpatía, nosostr@s mism@s, podemos caer en comportamientos
exclusivistas y violentos.

Necesitamos explorar, con mayor profundidad, los medios por los cuales podemos
acometer estas tareas.



Maggie Helwig es poeta, escritora y activista por la paz,
vive en Toronto, Canadá. Junto con Biljana Kasic del grupo anti-guerra
de Croacia, ARK, es la coordinadora del grupo temático "Identidad y
Conflicto" en la trienal de la IRG que se celebrará en Croacia, del 19
al 24 de septiembre.

Traducido por Yolanda Juarros Barcenilla

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