Pongo en práctica el derecho a mi propia vidano

Entrevista con Mehmet Tarhan, insumiso y activista gay encarcelado en Turquia.

Como ya sabes, tus preguntas tardaron mucho tiempo en llegar a mis manos. También me costó algo de tiempo coger bolígrafo y papel y contestarlas. Pasaron muchas cosas desagradables. Y temía que mis respuestas no se parecieran a mí, ya que mis pensamientos y sentimientos estaban tan alterados. Hoy es el décimo día de mi huelga de hambre y, aunque no me he tranquilizado, responderé a tus preguntas, dado que en los días venideros podré experimentar problemas serios de percepción y concentración. No sé si te van a satisfacer, pero espero que sí. Además, quería darte las gracias, a ti y a todas las personas que te ayudaron. No dejo de preguntarme cómo se te han podido ocurrir estas preguntas. Nunca he visto tantas preguntas difíciles juntas! :)


1) Puedes presentarte? Cómo te presentarías a la izquierda española? Y a los y las habitantes de Turquía?

Quizás la última persona que debería hablar sobre uno mismo es uno mismo, pero lo intentaré. Soy Mehmet, tengo 27 años y llevo seis meses en una prisión militar. Me declaré objetor de conciencia en octubre de 2001 y desde entonces he intentado mantener una integridad entre pensamiento-expresión-acción. De hecho, esa declaración pública fue mi primer paso en este sentido. Podría decir que ese fue el día que salí del armario por completo.

Soy del campo, hijo de una familia campesina. Mi niñez transcurrió en la época del auge nacionalista turco, y a mí me tocó ser el otro por nacimiento, es decir, kurdo. Crecí en el ambiente represivo que sucedió al golpe militar y solía ser un niño miedoso. Constantemente, intentaba conseguir la aprobación de los demás: de mi madre, de mi padre o de mis profesores. Especialmente, fuera de la familia, me esforcé enormemente en ganar mis peros: kurdo pero bueno, kurdo pero exitoso, kurdo pero habla el turco perfectamente. En la pubertad descubrí que era gay. Aunque me costó admitirlo ante mí mismo, sí que causó un quiebre en el fino cristal. Porque ya ningún pero podría compensar esa falta.

Mientras tanto, a la edad de 17 años me fui a Diyabakir*, donde estaba rabiando la guerra, para trabajar como funcionario público durante seis años. A los ojos de los habitantes de Diyabakir, yo era RT (Republica turca) y a los ojos de los que se consideran representantes de la RT, militares y policías, yo era el otro, sólo por ser kurdo. Esto me obligó a ubicarme en los dos sitios. Quizás le debo a este estar en medio, el no haber participado en el ciclo de la violencia. Los conflictos políticos y los conflictos que experimentaba dentro de mí, me imposibilitaron aliarme con el sistema. Lo que percibí como mi identidad, me obligó a tomar una decisión y opté por dejar de esconderme. Por eso rompí con el camino de mi vida. Trabajé con Kaos GL - un grupo político-cultural independiente de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT) - y LamdaIstanbul - una iniciativa LGBT en defensa de sus derechos civiles. Y también apoyaba e intentaba involucrarme en los esfuerzos antimilitaristas.

Nunca he sentido el deseo de cambiar esta multiplicidad que llamamos sociedad hacia ninguna dirección. Nunca he distinguido un camino correcto, ni para mí mismo y seguía con mi continuo cuestionamiento interno. Al final, llegué a una conclusión: era imprescindible trabajar sobre uno mismo para crear un mundo que no fuera violento y que no fuera discriminatorio. Y, además, sentía la necesidad de ilustrar las opiniones que me iba formando con la palabra y la acción. En el presente sigo intentando satisfacer esa necesidad.

No sé que más puedo decir. Por mucho que lo deteste es un hecho: soy una persona muy corriente. Justo antes de entrar en prisión, estuve trabajando en una editorial y mi vida transcurría entre mi casa y mi trabajo. Y aquí dentro, la vida transcurre en mi celda y hago exactamente lo mismo que hacen los demás presos.

2) Qué significa para ti la institución militar?

Los ejércitos son las porras con las que golpean los estados. Y los estados no utilizan esas porras sólo contra otros estados. Supongo que esto se entiende mejor en sitios como Turquía o España, donde ha habido golpes militares. Es en esos momentos, cuando el ejército muestra cuál es su verdadera función. En Turquía, el ejército sigue considerándose la institución más fiable. Un 80% de las personas preguntadas lo afirman así. El hecho de que exista tal confianza en una institución arcaica, se basa en el mito de una Nación Militar. El instrumento más poderoso para imponer a la sociedad este mito es el servicio militar. Teniendo en cuenta la nacionalización* de los turcos y la historia de la república, comprendemos que el ejército siempre ha jugado un rol crucial como fundador y guardián del régimen.

Mientras estuvimos preparando la revista Militurismo, definimos los barracones de Selimiye - considerados el lugar de nacimiento del ejército turco-, que sigue siendo uno de los asentamientos militares más gigantescos y modernos, como un taller de torno y nivelación. Con la ayuda del servicio militar obligatorio, los hombres, que componen la mitad de la población, son conducidos a través de ese taller, con el objetivo de convertirse en personas obedientes que esperan obediencia dentro de las familias que construirán después. Esto significa que el militarismo se infiltra en las profundidades de cada hogar familiar. Así, el individuo no tiene otra opción que nacer dentro de una estructura jerárquica.

El servicio militar crea una definición de la normalidad mediante la exclusión de las mujeres, los homosexuales, las personas discapacitadas, los niños y niñas. (Luego generaliza esa definición para el resto de la sociedad). El hombre heterosexual se convierte en la norma y la figura de identificación preferida del régimen. El resto de las personas son consideradas sobras o propiedades que deben ser protegidas. Deberíamos enfatizar que este proceso también establece diferencias basadas en características étnicas y religiosas.

En definitiva, el ejército como institución crea un tipo determinado de ciudadano y reprime y humilla a todas aquellas personas que no se adaptan a ese modelo. Transforma la cultura de la violencia y de las jerarquías en un culto incuestionable, en el que basa su razón de ser y la supuesta necesidad de seguir existiendo. En este proceso necesita crear a los otros. Y esos otros deben constituir un peligro constante. Quizás podamos definir este hacernos creer que vivimos en continuo peligro como una forma de terrorismo. Aquí tienes una definición mordaz pero ilustrativa: La institución militar es una organización terrorista, que actúa de acuerdo con las normas patriarcales y heterosexuales sobre los cuerpos y las mentes. Esto es lo que significa para mí.

3) En qué consiste tu lucha?

Como dije anteriormente, estoy luchando para mantener mi integridad de pensamiento-expresión-acción. Quiero poder expresarme sinceramente y crear para mi propia vida un modo de constante transformación. No espero a que ocurra un cambio social. Mientras voy persiguiendo este objetivo, pretendo al menos no ser parte del militarismo y sus formas inmanentes de discriminación.

No me satisface hacerme las preguntas sólo a mí y eso es lo que provoca sacudidas en la gente. Supongo que espero que todo el mundo lleve a cabo, al menos, ese cuestionamiento interno. Y mi utopía sería crear un lenguaje que esté libre de violencia y de cualquier forma de discriminación.

4) Cómo explicarías tu lucha a las siguientes personas: A tu madre, a un soldado turco que esté haciendo la mili y a un pez gordo de la jerarquía militar turca?

Esta es la pregunta más difícil!:). No utilizaría, necesariamente, palabras diferentes para dirigirme a estas personas. De hecho, hasta ahora, no me ha salido así. Básicamente, enfatizo el hecho que toda persona tiene derecho a tomar decisiones sobre las cosas que afectan a su vida. Me involucro más bien en un ejercicio para interrumpir las pautas de pensamientos habituales (como un ejercicio de desaprendizaje). Por ejemplo, cuando hablo con alguien que se refiere a cosas como la obligación patriótica o un servicio a la patria, le formulo las siguientes preguntas: Quién produce? Quién debe servir a quién entonces? A la persona que me habla de la necesidad de que haya ejércitos, le pido que me explique por qué. Cada razón lleva a nuevas preguntas y sus respuestas llevan a nuevas preguntas. En vez de sacar todas mis ideas como en un paquete, opto por formular constantemente preguntas. Incluso cuando la persona a la que pregunto quiere proceder en una dirección muy diferente.

Desgraciadamente, hemos sido testigos de demasiadas guerras y las evaluaciones de mi madre, de un soldado raso o de un mando superior no distan demasiado entre sí. Pero yo diría que todo el mundo comprende que no hay ganadores en una guerra. Es evidente que las ganancias nunca están de parte de la gente común, de la sociedad como tal. Esta evidencia se debe a que los poderes imperialistas que causan las guerras son tan desvergonzados, que ya ni tienen que esconder sus verdaderos motivos. Pero las conclusiones a las que llegan las personas con las que hablo son similares. Casi todo el mundo se sirve de argumentos basados en la realidad y se esconden detrás de términos como imposibilidad o debilidad.

Y aquí llegaríamos a la pregunta fundamental: Qué es lo que a uno o una le hace un ser humano? No será la preocupación de mantener el equilibrio interior? No será la habilidad de tomar decisiones a ese respecto?

5) Por qué mencionas tu identidad sexual en tu declaración como objetor de conciencia? Qué relación hay entre estos hechos?

Mi declaración como objetor de conciencia fue un importante paso en mi proceso de salir del armario. No me opongo al servicio militar porque sea gay. Pero, por supuesto, tanto mi identidad étnica como sexual, han influido en mi cuestionamiento del militarismo.

No obstante, este especial énfasis en mi identidad sexual tuvo otras razones añadidas: en primer lugar, porque el ejército turco estigmatiza a los homosexuales, usando para ello el informe de no apto, que en turco se traduce como informe de los podridos. Para poder acceder al calificativo de no apto, los humilla obligándolos a presentar fotos de sus relaciones sexuales y a pasar por un examen rectal. Es muy triste que no haya habido ningún cambio en este sentido y que muchos gays de Turquía se hayan prestado a tal humillación. Qué buena manera para imponer entre los mismos homosexuales la idea de que ser gay es algo de lo que avergonzarse! Al referirme a este asunto en mi declaración, quería dejar claro ante las autoridades militares que La homosexualidad no es una enfermedad. No podéis humillarnos de esta manera, no tenéis derecho a ello y ante los gays quería afirmar no dejéis que os humillen, humillar a alguien por ser homosexual es lo verdaderamente deleznable. El ejército crea una norma sirviéndose de aquellos a los que excluye. Y mientras esos excluidos por las razones que sea se callan, están cumpliendo el importante rol de ser el punto de partida de ese proceso de normalización.

Resumiendo, quería transmitir la cuestión del militarismo en toda su amplitud. Ésta, también, es la razón por la que considero muy importantes las declaraciones de objeción de conciencia que han formulado algunas mujeres. Ellas consiguieron así, señalar la diferencia entre una parte de su cuerpo y su decisión de no participar en el servicio militar, es decir, su rechazo a la institución militar. Tal como Nazan (una de las objetoras de conciencia turcas) no basó su rechazo al militarismo en el hecho de tener una vagina, yo tampoco sustento el mío en el hecho de que me acuesto con hombres. Pero, es curioso, que incluso entre el grupo de los objetores, aquí en Turquía, había algunos que consideraron las declaraciones de estas mujeres más ridículas que la mía. Así, que mi pregunta para ellos siempre era: Por qué me apoyáis entonces? Porque tengo un pene? Es triste constatar que los criterios que definen quién es un individuo, se comparten entre militares y antimilitaristas. Se ve que tenemos que pensar más acerca del militarismo, el heterosexismo y la interiorización del patriarcado.

Pero quizás, la razón más importante para hacer aparecer en mi declaración de objetor la frase referente a mi homosexualidad, sea esta: sentí la necesidad de que así fuera.

6) Quién te apoya? Qué significa para ti la solidaridad?

Después de mi encarcelamiento, se fundó la Iniciativa de Solidaridad con Mehmet Tarhan. En ella participan gentes de distintos ámbitos (veáse cuadro a parte). A parte de ellos, mi apoyo más importante es mi familia. La postura que tomaron las personas de mi familia, mi madre, mi hermano y mi hermana, fue lo que más me empoderó, ya que no adoptaron el papel de víctimas. Además, he recibido muchas muestras de apoyo de diversas partes del mundo y también de numerosas organizaciones internacionales, como Payday y Amnistía Internacional. En Turquía, me apoyan los grupos antimilitaristas, anarquistas, IHD (Asociación de Derechos Humanos), LamdaIstanbul, KaosGL y los Verdes.

Existe un dicho que usa LamdaIstanbul para dirigirse a las personas raras (queer ): no estás ni equivocado/a ni solo/a. Los seres humanos somos criaturas conformistas, con mucha habilidad para la adaptación. Aún desde el convencimiento profundo de que estar en lo cierto, siento la necesidad de escucharlo también en boca de otros/as. Si no, rendirme o acostumbrarme a todo esto sería inevitable.

También me preocupa lo que está pasando fuera de la cárcel, especialmente lo que pueda ocurrirle a mi madre. Supongo que ser solidario significa preparar las bases para que una persona pueda enfrentarse a lo que tiene delante y darle la energía requerida para hacerlo. Quiero darles las gracias a todas aquellas personas que me han apoyado, en este sentido, hasta ahora.

7) Puedes contar algo sobre el momento más feliz y el momento más difícil desde que te encuentras en prisión?

Para serte sincero, no me gustó esta pregunta. Es solo una sensación. Quizás porque me hizo revivir muchas de las cosas a las que me he enfrentado en los últimos seis meses. Desgraciadamente, han sido experiencias tan desagradables que prefiero no pasar por ellas nunca más. Cuando vi a mi madre en la sala del juicio me sentí feliz, pero fue triste al mismo tiempo. Igualmente me siento feliz cuando recibo cartas, pero cuando esas cartas me recuerdan en qué lado de los barrotes me encuentro, al mismo tiempo, me duelen. No percibo el tiempo como una sucesión de eventos aislados. Incluso si quisiera contestar a tu pregunta, no sería capaz. Lo siento.

8) Según mis observaciones y búsquedas, Turquía (tu patria :)), es un país lleno de heroísmo y hechos heroicos, a lo largo de su Historia. Te consideras un héroe?

Sinceramente, no estoy de acuerdo con tu observación. Las historias heroicas y los héroes son una adición reciente al imaginario social. Podemos decir que comenzaron con el proyecto de nacionalización. Y no creo que en ese proyecto haya más o menos heroísmo que en el de todos los países que tuvieron la desgracia de pasar por algo parecido. Por ejemplo, las postales que me llegan con palabras como tú eres un héroe, en su mayoría, proceden de Gran Bretaña. En Turquía, de todas formas, soy considerado, más bien, un tonto, o un loco en el mejor de los casos. Quizás podría disfrutar viéndome como un héroe y probablemente, eso volviera mi vida más fácil, pero no creo que lo que estoy haciendo sea heroico o sobrehumano. Pongo voz a mis opiniones y las transformo en acciones, lo cual, es algo que todo el mundo debería realizar. Además, no actúo para otros. Lo hago para mí mismo. Esto es lo que me resulta fácil. Y soy lo suficientemente egoísta para no sacrificarme en algo que considero mío: el esfuerzo de ser una persona honesta. Has visto alguna vez que alguien sea llamado héroe por algo que todo el mundo puede hacer?

9) A pesar de que la objeción de conciencia es una postura liberadora, conlleva encarcelamiento. Dónde y cómo encuentras las fuentes para nutrir esa postura?

Me considero a mí mismo alguien muy desafortunado por estar integrado en este sistema, pero alguien muy afortunado por haber podido cuestionarlo. Creo que mi fuente es mi propia identidad, porque no existe en ella escondite en el que poder refugiarme. Como campesino maricón y kurdo :) tomé una decisión: elegir el camino fácil. En vez de vivir en continua contradicción conmigo mismo, pongo en práctica el derecho a mi propia vida, aunque me cueste tener que enfrentarme al sistema.

Me avergüenzan muchas de las cosas que pasan en el mundo e intento librarme de esa vergüenza, o al menos quitarme algún peso. Supongo que gran parte de lo que hago proviene de esa sensación de vergüenza. Es tan inmensa que librarse de ella, aunque sea por unos instantes, compensa el precio que tengo que pagar por intentarlo. Y lo que sentí el 27 de Octubre de 2001, cuando declaré mi objeción de conciencia, no fue vergüenza.

Espero haber podido contestar tus preguntas. Otra vez gracias. Hasta la vista.

Mehmet Tarhan

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