Setenta años después de la división de Corea, la parte sur de la península sufre un gasto militar cada vez mayor, que arrastra a millones de coreanos a 21 meses de servicio militar obligatorio. A pesar de esta situación, el público general tiende a olvidar cómo, en la vida cotidiana, la sociedad civil en un contexto de la posguerra de Corea ha sido militarizada.