BDS: El momento Sudáfrica para Palestina

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 Por Omar Barghouti

Al igual que durante el apartheid dijimos que no era apropiado que los artistas internacionales actuasen en Sudáfrica en una sociedad basada en leyes discriminatorias y de exclusividad racial, no estaría bien que la Ópera de Ciudad del Cabo actuase en Israel.”

Desmond Tutu

En los años 80, mientras estudiaba ingeniería en la Universidad de Columbia en Nueva York, era miembro activo de la campaña de desinversión contra el apartheid de Sudáfrica. Cuando un compañero me preguntó cínicamente, “¿De verdad crees que llegarás a ver el fin del apartheid?”, mi respuesta fue, “No, no lo creo. Hago esto como una obligación moral de apoyo a los oprimidos dondequiera que estén.” Sin embargo el apartheid fue abolido y nadie puede arrebatarme, ni a mí ni a nadie que contribuyese cuan modestamente fuese a esa lucha mundial, el poder inspirador de ese logro.

El movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), liderado por palestinos y anclado en una tradición de décadas de resistencia popular y civil palestina al régimen opresor de Israel y profundamente inspirado por la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y el movimiento por los derechos civiles en EEUU, es hoy en día una red internacional que está demostrando ser singularmente efectiva en la lucha por amplios derechos de los palestinos.

La llamada BDS se puso en marcha el 9 de julio de 2005 por una alianza sin precedentes de más de 170 partidos, sindicatos, grupos de refugiados y asociaciones de base palestinas que pedían a la gente de conciencia y a organizaciones de todo el mundo que “impusiesen amplios boicots e implementasen iniciativas de desinversión contra Israel parecidas a las que se aplicaron en Sudáfrica durante la época del apartheid.”

El movimiento BDS internacional, liderado por la mayor coalición de la sociedad palestina, el Comité Nacional BDS (BNC, en sus siglas en inglés), pide el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos y de otros territorios árabes ocupados desde 1967, incluyendo el desmantelamiento del muro y las colonias ilegales; el fin del sistema israelí de discriminación racial legalizada que cumple con la definición de apartheid que hace la ONU; y pide el derecho inherente y estipulado por la ONU de los refugiados palestinos a regresar a sus lugares de origen.

Estos derechos básicos corresponden a los tres principales componentes del pueblo palestino: los que están bajo la ocupación en la Franja de Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental (el 38 por ciento de los palestinos); los ciudadanos palestinos que viven bajo el apartheid israelí (12%); y los exiliados (50%). Más de dos tercios de los palestinos son refugiados o desplazados internos.

Sujeto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el movimiento BDS rechaza todo tipo de racismo, incluyendo el antisemitismo, y aboga por igualdad de derechos para todos los seres humanos, independientemente de su identidad.

En los dos últimos años BDS ha alcanzado un momento crítico. En las últimas dos semanas, los éxitos del movimiento BDS incluyen la decisión de la influyente Iglesia Presbiteriana de EEUU de retirar sus inversiones de tres empresas involucradas en la ocupación israelí: Caterpillar, HP y Motorola Solutions. La Fundación Gates desinvirtió todas sus participaciones (más de 180 millones de dólares) de la mayor empresa aseguradora, G4S, tras una intensa campaña de BDS, al igual que hizo la Iglesia Metodista Unida. G4S está perdiendo negocio en Noruega, Sudáfrica, el Parlamento Europeo, algunas universidades británicas y otros lugares, en parte por su participación en las prisiones israelíes donde los palestinos, incluyendo niños, son torturados, y por proteger colonias israelíes y puntos de control militares en los territorios palestinos ocupados (OPT, en sus siglas en inglés).

Los principales bancos y fondos de inversión europeos han desinvertido de empresas que se benefician de la ocupación israelí y de la violación de derechos humanos.

Conocidos cineastas, escritores, grupos musicales y artistas, incluyendo a la estrella de Hollywood Danny Glover y a la exitosa autora Alice Walker, han apoyado a BDS o, por lo menos, han prestado atención a la llamada al boicot y se han negado a participar en las actividades culturales israelíes.

En 2013, uno de los científicos más importantes del mundo, Stephen Hawking, boicoteó una conferencia de la Hebrew University, mientras que cuatro asociaciones académicas de EEUU, incluyendo la American Studies Association, adoptaron un boicot académico de Israel, al igual que hizo el Sindicato de Profesores de Irlanda (Teachers’ Union of Ireland).

Es fundamental señalar que la Universidad de Johannesburgo ya sentó precedente en 2011 con la ruptura de los vínculos con la Universidad Ben Gurion por la violación de derechos humanos.

En Sudáfrica, COSATU, el Consejo Africano de Iglesias, el Congreso Nacional Africano (CNA) en 2012 y movimientos de base apoyaron a BDS. Los principales sindicatos en el Reino Unido, Irlanda, India, Brasil, Noruega, Canadá, Italia, Francia, Bélgica y Turquía, entre otros, han respaldado a BDS.

Veolia, una empresa cómplice de la ocupación israelí, ha perdido o ha tenido que retirar ofertas de acuerdos por valor de más de 23 millones de dólares, principalmente en Suecia, el Reino Unido, Irlanda y EEUU.

Gobiernos europeos han emitido directrices a sus ciudadanos y empresas aconsejándoles que no se involucren en proyectos ni relaciones que normalicen la ocupación israelí y los asentamientos ilegales, incluyendo Jerusalén Oriental.

La posición de Israel ante la opinión pública mundial se ha visto socavada de un tiempo a esta parte debido a dos factores principales: el poder moral y la efectividad del movimiento mundial BDS, incluyendo su componente fundamental anticolonial Israelí, y el cambio de la política de Israel hacia la extrema derecha. Una encuesta internacional de la BBC del año 2013 demuestra que Israel está compitiendo con Corea del Norte por el tercer y cuarto puestos de los países menos populares del mundo.

Los profundos lazos de Israel con “algunos de los regímenes más vilipendiados del mundo”, tal y como expone Sasha Polakow-Suransky en su libro La alianza tácita: La relación secreta de Israel con el Apartheid de Sudáfrica; y particularmente, su “alianza íntima con el apartheid de Sudáfrica,” han contribuido a su “decadencia moral y el aumento de un sentimiento anti-israelí en el extranjero.”

Una inspiración clave del movimiento BDS por los derechos de los palestinos proviene de Nelson Mandela, quien dijo la famosa frase de que la libertad sudafricana estaba “incompleta” sin la libertad palestina. En la actualidad Sudáfrica está llamada, por los palestinos y todos aquellos en el mundo que aman la paz y la justicia, a “completar” su libertad apoyando sanciones efectivas y de largo alcance para responsabilizar a Israel, las instituciones y bancos cómplices, y a las empresas internacionales de mantener su régimen de ocupación y apartheid. Esto aproximaría nuestro momento sudafricano.

Sin embargo, necesitamos tu apoyo para conseguirlo. Necesitamos que gente de conciencia de todo el mundo trabaje con nosotros para aislar al régimen de ocupación y apartheid de Israel. Como bien sabéis, oponerse a la guerra no significa nada si no implica oponerse a los belicistas y especuladores de la guerra. Oponerse a la destrucción medioambiental es inútil si uno no se enfrenta a los contaminadores y las políticas que les permiten continuar. Oponerse a las injusticias, la pobreza y la opresión se reduce a la retórica o intelectualismo de sillón si no va unido a la reflexión y las acciones de cómo tratar sus causas de raíz.

En la misma línea, la solidaridad efectiva con los derechos palestinos es hoy en día sinónimo de BDS. El pueblo palestino está reclamando una solidaridad internacional efectiva a favor de nuestra lucha por la libertad, justicia e igualdad, algo que el jurista sudafricano John Dugard describe como la actual “prueba de fuego para los derechos humanos.” Venceremos.

Este texto fue presentado en la conferencia de la IRG, Pequeñas Acciones Grandes Movimientos: El espiral de la noviolencia, que tuvo lugar en Sudáfrica. Omar Barghouti es un activista de derechos humanos y co-fundador del movimiento mundial contra Israel liderado por palestinos Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).

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