Mustafa Araz, un recluta del ejército turco, fue encontrado muerto el 12 de mayo. Araz estaba realizando su servicio militar obligatorio en una base militar aérea en el distrito Babaeski de Kirklareli, una ciudad al noroeste de Turquía. Las Fuerzas Armadas turcas han dictaminado que la muerte del soldado de 23 años de edad fue un suicidio. Sin embargo, la familia impugna la afirmación de los militares, diciendo que el cuerpo de su hijo estaba cubierto de graves moretones y cicatrices, como se indica en el informe del fiscal. Han presentado una demanda en la oficina del fiscal para que se investigue más a fondo el incidente.