En tanto Suiza tolere el comercio de armas, las inversiones financieras a la fabricación de armas y la investigación militar en universidades, el país continuará siendo parcialmente responsable por las guerras y conflictos del mundo.
Las empresas de armas prosperan en la inestabilidad global y la incitación al miedo pues esto les permite vender más armas y artículos militares y tener ganancias. Sin embargo, esta lógica se puede revertir: es la propia existencia y distribución de armas y artículos militares lo que en realidad causa inseguridad global.