La Nueva Ley de Seguridad y los Valores Militares de la Policía en Turquía
Semih Sapmaz
Una nueva ley de seguridad interna que da poderes draconianos a la policía ha entrado en vigor recientemente en Turquía. Expande enormemente el poder de la policía y le otorga alguna autoridad extrajudicial, la ley no concede medidas apropiadas a los ciudadanos con las que protegerse del abuso de este poder. Ampliamente criticado por la oposición, tanto dentro como fuera del parlamento, la nueva ley otorga unos poderes de búsqueda a la policía más amplios, les da autoridad extrajudicial para detener y expande su control sobre el uso de armas de fuego, mientras define nuevos crímenes para los manifestantes como cubrirse la cara o usar hondas –con condenas de prisión de hasta 4 años-.1 Mientras, como era de esperar, el gobierno defendió la ley como una garantía para mantener el orden público, la oposición la declaró una manifestación del “estado policial” del partido gobernante. Argumentaría aquí que mientras que el contenido de la ley puede ser nuevo, los valores en los que se basa llevan mucho tiempo establecidos en la política turca; que son los “valores militares”. Más aún, sostendría que todas y cada una de las piezas de la legislación que incrementan los poderes de la policía debería entenderse como otra forma de militarización que caracteriza al gobierno de AKP, la militarización de la policía. Para aclarar este punto, empezaré con una descripción breve de la relación entre estos términos.
La Militarización de la Policía
El militarismo, para usar brevemente los términos de Enloe, se trata de “ver al mundo como un lugar peligroso al que es mejor acercarse con actitudes militaristas”, que se basa en la creencia de una jerarquía, obediencia y el uso de la fuerza.2 Aunque las fuerzas armadas, como institución, juega un papel central en este proceso, los instrumentos estatales reproduciendo esta mentalidad se extienden mucho más allá de los cuarteles. La policía, como una institución estatal no militar con la capacidad de usar la fuerza física en la regulación de las relaciones interpersonales en el día a día, se convierte en altamente instrumental en este proceso. Esto es especialmente así en el contexto de los estados democráticos liberales donde la capacidad de las fuerzas armadas para intervenir en el día a día de los ciudadanos está excepcionalmente restringida y, por lo tanto, el valor instrumental de la policía en la normalización de los “valores militares” más allá del cuartel se merece una atención especial. La militarización de la policía en este contexto tiene grandes implicaciones para la militarización de la sociedad en general.
¿Qué quiere decir exactamente el término “militarización de la policía”? Según Costa y Medeiros, tiene dos modalidades: la militarización interna y externa. Mientras la primera se refiere a “el grado de ideología militar y estructura organizacional que adopta una fuerza policial”, la segunda se refiere a “la medida en la que las fuerzas armadas ejerce una influencia sobre las organizaciones policiales”.3 Además, la militarización de la policía también se refiere a la adopción de unos “valores militares” en sus operaciones. El término connote la creciente dependencia de la policía en “eficacia” y “rendimiento” en vez de “proporcionalidad” en el uso de la fuerza.4 Con la flexibilización de los controles sobre las operaciones policiales junto con la ampliación de los poderes policiales sobre el uso de la fuerza, el caso turco proporciona un buen ejemplo de este proceso. Habiendo establecido este marco, ahora podemos centrarnos en el caso turco en la práctica.
La Militarización de la Policía en Turquía
Una reciente investigación en la subcultura de la policía turca revela que “el conservacionismo-nacionalista”, que equivale a “un apoyo ferviente de la identidad turca y al islam suní”, es la orientación política dominante entre los miembros de la organización.5 Es en relación a esta afiliación ideológica que muchos segmentos de la sociedad, como la Izquierda, los Kurdos y los Alevíes, están “enemistados” con la práctica policial y su discurso.6 Los disidentes son reducidos a “enemigos internos” confabulando contra el estado y se les considera indignos de los derechos que disfrutan los “ciudadanos correctos”. El infame récord de la policía turca en el uso desproporcionado de la fuerza es una manifestación de esta situación donde los manifestantes pueden ser privados de sus derechos más básicos –incluso su derecho a la vida-7 en el interés de proteger el orden público. Esto “deshumaniza” a los sujetos disidentes, reduciéndoles a enemigos que tienen que ser derrotados, parecido a un ambiente de campo de batalla donde los derechos constitucionales de uno dejan de tener validad.
Junto a este trasfondo ideológico, la práctica de valores militares también puede ser detectada en la estructura organizacional de la policía turca. Las Unidades de Acción Rápida (RAU, por sus siglas en inglés -Çevik Kuvvet-) y los Equipos de Operaciones Especiales (SOTs, por sus siglas en inglés –Özel Harekat Timleri-) son dos de los ejemplos más obvios de esta militarización organizacional. Establecidos por el gobierno militar después del golpe de Estado de 1980, a las RAU se le dio poderes legales para tomar medidas reactivas y proactivas en respuesta a las demostraciones y actos ilegales en los espacios públicos; están equipadas con armamento avanzado como las bombas de gas lacrimógeno, ametralladoras y cañones de agua y tienen ciertos poderes discriminatorios sobre el uso de la fuerza, los cuales fueron ampliados aún más con la nueva ley de seguridad.8 Los SOTs -equipados con armamento pesado y actuando en colaboración con las fuerzas armadas- fueron establecidos por el mismo gobierno de 1980, con el objetivo específico de luchar contra los rebeldes kurdos en las provincias del sureste.9
Como muestra la formación de estas dos nuevas unidades, los “valores” de la policía en Turquía está orgánicamente relacionada a la influencia militar. De hecho, según Biriz Berksoy, fue después del golpe de Estado de 1980 que;
la policía entró una fase de expansión y militarización, durante la cual fue estructural y legalmente fortalecida con la ayuda de las fuerzas armadas y empezó a aplicar la violencia con más frecuencia e intensidad a través de unidades paramilitares de nueva creación.10
Argumentaría que destacando estas relaciones orgánicas arraigadas entre las fuerzas armadas y la policía, también estoy revelando el estado actual de militarización en el país. Después de más de una década de gobierno del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco) en Turquía, uno difícilmente puede negar el hecho de que el poder de la élite militar sobre el parlamento y la burocracia civil ha sido eliminado. Sin embargo, esto no significa, necesariamente, que podamos ahora celebrar la victoria de la democracia y libertades individuales en el país, como muchos conservadores y liberales han estado reclamando. ¿Podemos realmente concluir que el retiro de las fuerzas armadas como una institución de la esfera política ha creado una zona “libre de militarismo” no violenta para la política? El infame récord en derechos humanos de los 13 años de gobierno AKP da pocos motivos para el optimismo en este sentido. Durante su periodo en el poder, el AKP ha llevado a cabo algunos cambios profundos en la ley, expandiendo el poder extrajudicial de la policía, relajando los controles sobre su uso de la fuerza y haciéndola menos responsable ante el escrutinio judicial. Inició la Ley de Delitos Menores en 2004, que incremento los poderes policiales de intervención en la vida diaria de los ciudadanos a través de ciertas medidas de “prevención criminal”. En 2006, hizo importantes cambios a la Ley Antiterroristas que dio a las autoridades estatales más derechos que llevó a violaciones y restricciones en las libertades. Finalmente, promulgó la nueva Ley de Seguridad Interna que expandió, significativamente, los poderes extrajudiciales de la policía, por medio de legislación más consistente con un régimen militar autoritario. Dado todos los cambios introducidos por este gobierno entonces, ¿qué puede uno concluir sobre el llamado éxito del AKP en términos de desmilitarización de la política turca?
Argumentaría que no ha habido una desmilitarización, simplemente otra forma de militarización disfrazada de un juego de poder institucional entre las élites militares de un lado y un gobierno conservador-neoliberal listo para incautar el legado del golpe de Estado militar, concretamente la fuerza policial, en el otro. El último ha ganado el juego, a menos de momento. Parece que ahora es el turno del AKP de crear su propio “estado de seguridad nacional” que está consiguiendo usando la policía cuyos valores y estructura organizacional es heredada del golpe de Estado militar de 1980. Teniendo esto presente, el ganador último, desde mi punto de vista, no ha sido un grupo particular o partido político pero –quizás con más pesimismo- la mentalidad traída por el golpe de Estado militar de 1980.
Notas
1 http://www.hurriyetdailynews.com/explained-turkeys-controversial-security-bill.aspx?pageID=238&nID=78658&NewsCatID=339; http://www.hrw.org/news/2014/12/11/turkey-security-bill-undermines-rights
2 Enloe, C. 2007: Globalization and Militarism: Feminists Make the Link Maryland: Rowman & Littlefield Publishers, Inc., p.4
3 Costa, A.; Medeiros, M. 2002: “Police demilitarisation: cops, soldiers and democracy” Conflict, Security & Development 2:2 2002, p.27.
4 Costa, A.; Medeiros, M. 2002, p.28.
5 Berksoy, B. 2010: “The Police Organization in Turkey in the Post-1980 Period adn the Re-Construction of the Social Formation” in Policing and Prisons in the Middle East: Formations of Coercion (eds.) Khalili, L.;J. Schwedler London: Hurst and Company, p.148.
6 Ibid
7 See Amnesty International report on Gezi Park Protests on its first anniversary: http://www.amnesty.nl/sites/default/files/public/final_en_30_may_2014.pdf
8 Gonen, Z., Berksoy, B., Baser, Z., Ucum, M. 2013: Polis Yasalarinin Ruhu: Mevzuatta Soylemler, Araclar ve Zihniyet [The Spirit of the Police Laws in Turkey: Legislative Discourses, Instruments and Mentality]Istanbul: Tesev Yayinlari.
9 Ibid.
10 Berksoy, B. 2010, p.137.
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