Desmantelando el DSEI: ¿Cómo detener a una de las mayores ferias de armas del mundo?
Sarah Reader
El Salón Internacional de Equipamiento de Defensa y Seguridad (DSEI por sus siglas en inglés) es una de las mayores ferias de armas del mundo y se celebra en East London, Reino Unido, desde el año 2001. Reúne a compradores militares y delegaciones de gobiernos belicistas y represores con fabricantes de armas que avivan conflictos e inseguridad. El DSEI se realiza en secreto, al amparo de cierres de seguridad fuertemente protegidos y acordonamiento policial, diseñados para permitir que los traficantes de armas operen sin verse afectados por la transparencia o las protestas públicas, y subsidiados por los impuestos de los ciudadanos británicos.
En septiembre de este año ha habido grandes manifestaciones, cobertura mediática e interés de los parlamentarios en la exhibición armamentística desde el apogeo del activismo antibélico de 2003. Cuando el DSEI abrió sus puertas, ya le antecedían seis días consecutivos de bloqueos que interrumpían su instalación, cada día enfocado a un asunto distinto y organizado por diferentes grupos. Esta semana de acción antes de la feria reunió a una gran diversidad de personas, desde activistas religiosos a ambientalistas, acádemicos y músicos. El sistema de transporte londinense fue intervenido con avisos paródicos contrapublicitarios en el metro y en las paradas de autobuses, que fueron vistas por miles de usuarios, e incluso Banksy, el famoso artista callejero, se involucró en la campaña contra la feria. Más de 10 mil personas firmaron una petición en menos de una semana, llamando a David Cameron a ‘dar la bienvenida a refugiados, no a traficantes de armas’, y se publicaron artículos en las noticias acerca de los regímenes autoritarios que habían sido invitados a la exhibición.
Interrumpiendo la instalación
Ésta fue la primera vez que se convocó a una semana de acción antes de la inauguración de la feria. La idea tras esta decisión fue que la manera más efectiva de intentar detener la feria que se iba a realizar era impedir que de hecho se instalase. Éste es también uno de los casos en que la forma más pura de acción directa puede tener un gran impacto: al colocar nuestros cuerpos frente a los vehículos que se dirigían a la feria, fuimos una amenaza poderosa en contra de su realización.
Hace dos años, el gran día de acción fue convocado para unos pocos días antes de la apertura programada del DSEI, ¡y fue muy exitoso! Los dos accesos al Centro ExCeL fueron bloqueados durante más de cuatro horas, impidiendo la entrada de vehículos al lugar. Fue increíblemente fortalecedor tomarse la carretera y reclamar el Centro ExCeL como un espacio de resistencia efectiva. El Centro ExCeL es un lugar inaccesible e intimidante, rodeado de una gran barrera de seguridad durante la exhibición. Está bastante lejos del centro de Londres y, dado que no es una vía para peatones, es un sitio que no parece nada propicio para manifestarse. Pero al mismo tiempo que parece un gigante inmenso, también tiene sus debilidades: sólo posee dos caminos de acceso, los cuales pueden ser bloqueados por una cantidad relativamente pequeña de personas. Aparte de los buques de guerra que llegan a los muelles y los helicópteros que aterrizan desde el aire, todos y todo cuanto va a la feria debe ingresar por estos dos caminos. De pronto, interrumpir la instalación al punto de dificultar la realización del DSEI surge como una posibilidad real.
El emprender acciones la semana antes de la apertura del DSEI también aumentó la cobertura mediática y la exposición pública de la feria. Por ejemplo, los periódicos ya se encontraban informando acerca de las controversias de la feria de armas antes de que se realizara (la contrapublicidad del metro recibió una cobertura especialmente buena). Esto significó que las personas supieran más acerca de los problemas y que pudieran convencer a sus representantes del parlamento de hacerse parte de la discusión legislativa acerca del tráfico de armas y los derechos humanos, y miles de personas más compartieron noticias y fotografías de las manifestaciones en las redes sociales.
Durante la semana misma del DSEI, las acciones se centraron en el Centro ExCeL donde se realizó el DSEI, en empresas locales de armas de todo el país, en el departamento de gobierno que promueve el tráfico de armas y en el barco-museo Cutty Sark donde se realizó una cena de BAE Systems. Los parlamentarios discutieron sobre el impacto del tráfico de armas sobre los derechos humanos y un activista logró infiltrarse en la feria.
Por supuesto, existen múltiples razones que explican el interés renovado en la feria de armas, tales como el contexto político actual y el hecho de que, en vez de recibir a refugiados, el gobierno británico dio la bienvenida a las mismas personas que avivan y obtienen ganancias de la actual crisis de refugiados. Pero los niveles de protesta y conciencia son en gran parte resultado de años de movimiento consciente por parte de la coalición Stop the Arms Fair (en español, ‘Detengan la feria de armas’), así como de la estrategia de cerrar la feria.
¿Por qué el DSEI?
Al luchar contra algo tan poderoso e invasivo como el complejo industrial-militar, puede ser difícil ver por dónde empezar, sentir que se está logrando un impacto y visualizar su fin. Aunque cerrar el DSEI no acabará por sí solo con el comercio de armas, en cierto modo contribuye a deslegitimarlo y a dificultar el apoyo que le brinda el gobierno británico. El DSEI es un foco de atención para el comercio mundial de armas y nos da un blanco tangible. La depravación de la industria armamentística queda en evidencia cuando corteja a los dictadores y cuando los regímenes violadores de derechos humanos se reúnen con empresas proveedoras de armas. La hipocresía del gobierno británico y su discurso de apoyo a los derechos humanos y a la democracia queda al desnudo, por ejemplo, al invitar a Arabia Saudita a comprar armas mientras planea ejecutar a un joven de apenas 17 años por manifestarse contra su régimen opresor.
Existe un precedente para la clausura de ferias de armas. En el 2008, el equivalente australiano del DSEI fue cancelado luego de que activistas amenazaron con repetir las grandes protestas de paz que hundieron las ferias armamentísticas en Australia en 1991 y 1986. Y el año recién pasado, activistas siguieron hasta Cardiff a una feria de armas que habían logrado expulsar de Bristol en el 2013, y no parece haber planes de realizar otra similar.
Entonces, ¿cómo hacerlo?
Con la feria de armas australiana, Kevin Foley, entonces Primer Ministro interino de Australia Meridional, mencionó “problemas de seguridad” debido a activistas “salvajes” que amenazaban la feria, así como los costos proyectados de servicios policiales y oposición pública apabullante. El fin último de las ferias de armas es el comercio, y si se demuestra que los costos políticos y económicos de realizarlos superan las potenciales utilidades, se vuelven mucho menos atractivas para sus organizadores. De tal suerte que, desde el inicio de la coalición Stop the Arms Fair en 2011, el objetivo ha sido generar una amenaza creíble de acción directa y oposición pública al DSEI.
Construir movimiento
El DSEI ha sido objeto de protestas desde sus inicios, pero en el 2011, los diferentes grupos que estaban en su contra decidieron reunirse y conformar la coalición Stop the Arms Fair. El aceptar las diferencias en torno a las tácticas ha permitido juntarse a los grupos con identidades y formas de trabajar diferentes.
Durante los últimos cuatro años, la coalición se ha enfocado en generar lazos con nuevos grupos por medio de la solidaridad mutua y la organización conjunta. Gran parte de esto ha ido estableciendo vínculos con comunidades afectadas por conflictos y cerrando la brecha entre el apoyo británico al tráfico de armas y a la DSEI, y la represión que conlleva. Campaign Against Arms Trade publicó una investigación que muestra cómo el equipamiento exhibido en el DSEI está profundizando la represión en todo el mundo, tales como vehículos utilizados en Afganistán y vehículos Bastion Patsas vendidos a Chad. Una página sobre Turquía muestra cómo las empresas de armas turcas y empresas multinacionales que proveen de armas empleadas contra los kurdos se exhibían en el DSEI. Durante la feria, la comunidad kurda de Londres efectuó una manifestación contra la violencia del estado turco y la complicidad británica. Algunos de los momentos más potentes de las manifestaciones contra el DSEI de este año fueron los relatos de primera fuente del impacto de las armas por activistas bahreiníes, mexicanos y somalíes, mientras se bloqueaba un equipo militar que se dirigía a la feria.
Además de entablar vínculos con grupos internacionales existentes en el Reino Unido, también hemos estado trabajando con grupos de otros países. En el 2013, en la feria de armas de Seúl, un grupo de activistas surcoreanos imitaron varias de las acciones acontecidas en el DSEI para demostrar a los comerciantes de armas que “estamos en todas partes”. Este año, activistas belgas y franceses participaron en las manifestaciones contra el DSEI y la próxima semana yo viajaré a Corea del Sur para un encuentro internacional durante la feria de armas.
Además de tener presencia mundial, el tráfico de armas cruza diversas dimensiones, lo cual fue parte clave de la semana de acción contra el DSEI. A cada día se le asignó un ‘motivo’ distinto, tales como la venta de armas a Israel y la militarización de la educación, como una forma de destacar la intersección del comercio de armas con otras temáticas, teniendo como resultado el nacimiento de nuevos grupos activistas. Así, se abrió un torrente de de acción creativa de diferentes grupos y una demostración de la diversidad de la oposición al trafico de armas.
Aunque el DSEI siguió adelante de todas formas el presente año, escalar el nivel de acción directa e interrumpir la instalación de la feria al punto de impedir su realización se ve como una posibilidad real. En vez de esperar el 2017 para comenzar a organizarse, esto comienza desde ya.
Overview of the week of action
Lunes: Dejar de Armar Israel
Los grupos solidarios con Palestina empezaron la semana de acción con la creación de un “Pabellón de la Vergüenza” que parodiaba el pabellón oficial israelí en el que expondrá armas con “experiencia de combate”. Se construyó al lado de un “Pabellón de Conmemoración”, que celebraba la cultura palestina y marcaba las víctimas de los ataques de drones. El día dio un giro apasionante cuando se divisó un vehículo armado aproximándose al Centro ExCeL. La gente rápidamente salió a la calle y se puso frente al vehículo, lo que creó un bloqueo con una pancarta de “Dejar de Armar Israel”. Unos pocos activistas se subieron encima del vehículo y leyeron en voz alta testimonios de personas de Gaza que había sufrido de primera mano el impacto de las armas israelíes. Los activistas mantuvieron el bloqueo durante varias horas, incluso llevando a cabo un taller de la danza Dabke en la calle.
Los activistas de Occupy Democracy armaron un campamento que mantuvieron durante las siguientes dos semanas, llevando a cabo un montón de atrevidas e inteligentes acciones de guerrilla.
Martes: No Fe en la Guerra
A las 10 de la mañana del martes, había una caravana de camiones de gran tonelaje a lo largo de la calle del acceso principal al Centro ExCeL. Después de leer una “Letanía de Resistencia”, un grupo de personas se lanzó a la calle y pararon los vehículos durante varias horas. El día reunió a varios grupos de fe que incluían a Put Down the Sword, los Cuáqueros, el Movimiento del Trabajador Católico, el Movimiento Estudiantil Cristiano y Pax Christi que llevó a cabo actos de culto (¡A la vez que bloqueaban el tráfico!). Estos grupos rezaron, cantaron himnos y celebraron una reunión de cuáqueros. En un determinado momento, se derramó “sangre” en la calle cuando los activistas celebraron un funeral por las víctimas del comercio de armas.
Miércoles: Viento no Armas
El tercer día de acción resaltó el vínculo entre el gasto militar y el cambio climático. Mientras que 130 funcionarios en el Departamento Comercial están dedicados a promocionar las exportaciones de armas, solo 1 trabaja para hacer lo mismo por la energía eólica marina.
Los activistas bloquearon el tráfico entrante con una línea de turbinas eólicas, mientras Global Justice Now y Fuel Poverty Action celebraron un taller sobre la democracia energética. Más tarde ese día, un grupo de activistas descarados se las arreglaron para entrar en el Centro ExCeL. Desplegaron una pancarta de Stop the Arms Fair, (en español, “Detengan la feria de armas”), frente a un obús verde que ha sido suministrado a la Guardia Nacional de Arabia Saudita, Indonesia, Tailandia y usado en Mali, Líbano y Afganistán.
Mientras tanto en el Parlamento, Caroline Lucas hace una pregunta al Primer Ministro:
La actual desgarradora crisis de refugiados está alimentada por el conflicto, que a su vez, es impulsada, en parte, por el comercio global de armas. El Reino Unido ha suministrado armas que han sido usadas en muchas zonas de donde la gente está ahora huyendo –incluido Yemen y Libia-. Así que, en la semana en la que Londres, una vez más, va a ser la anfitriona de la mayor feria de armas del mundo, ¿no es hora de que el Reino Unido reconozca el vínculo entre la venta de armas y la terrible tragedia que ahora se está desenvolviendo a nuestro alrededor?
Jueves: Bienestar no Guerra
El foco de la acción del jueves fue una conferencia académica sobre la militarización de la educación y los asuntos de seguridad global, celebrada fuera de feria. Mientras que la financiación gubernamental se está drenando de las universidades, el comercio de armas y la militar está avanzando. Las líneas entre lo académico y la protesta se difuminaron cuando la primera oradora principal, Kim Hutchings, empezó su presentación y la gente tomó la calle para interrumpir la entrega de un vehículo armado. Toda la conferencia académica fue entonces trasladada a la calle y la presentación de Kim sobre “la guerra y la estupidez moral” ¡continuó al lado del bloqueo! El día continuó con más charlas perspicaces y emotivas, talleres y actuaciones musicales bajo el sol, que abrieron un espacio único para compartir ideas y construir relaciones.
Viernes: Libertad de movimiento, no armas
El viernes unió a la gente para mostrar solidaridad con los refugiados y explorar los vínculos entre el comercio de armas, la migración y el racismo institucional. A raíz de la actual crisis en Calais, es inaceptable que en vez de dar la bienvenida a los refugiados, el gobierno del Reino Unido esté dando la bienvenida a los traficantes de armas –los mismos que están alimentando y beneficiándose de la crisis-. El día empezó con la entrega de una petición a Downing Street que fue firmada por más de 10.000 personas en menos de una semana, en la que se pedía al gobierno que “diese la bienvenida a los refugiados, no a los traficantes de armas”. En el exterior del Centro ExCeL, se leyeron los mensajes de aquellos que firmaron la petición. La multitud que se reunió también escuchó charlas inspiradoras de una variedad de oradores que incluyeron el All African Women’s Group, la líder del Partido Verde, Natalie Bennett, una intervención telefónica en directo de los grupos de migrantes en Calais y un discurso apasionado de Black Dissidents.
Inspirados por lo que oyeron, los activistas en el público decidieron que era el momento de tomar medidas. Apropiadamente, establecieron una “fuerza fronteriza alternativa” ya que es evidente que las aduanas británicas han hecho un trabajo espantoso para prevenir la entrada de armas y artículos peligrosos en London.
Gran día de acción
Después de una semana alterando la configuración de la feria, el sábado no fue diferente. Vinieron cientos de personas de todo el país para participar en otro día de acción efectiva y creativa. Una crítica masa de bicicletas aseguró la entrada occidental al Centro ExCeL; mientras que un equipo de activistas belgas usó tubos para bloquear la entrada oriental. El día estuvo repleto de música; la comida fue suministrada por la cooperativa de productos alimentarios Veggies, con base en Nottingham y hubo discursos de comunidades que han vivido el impacto de los conflictos. Escuchamos historias de primera mano sobre los vínculos entre empresas que se exhibían en DSEI y los gobiernos opresivos en México, Bahréin, Egipto y Turquía. También hubo un flashmob de meditación budista, otra reunión de los cuáqueros para el culto y un musical de protesta por el grupo East London Against Arms Fairs.
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