Potencia Nuclear reconocida. Superpotencia emergente. Observador en el G8. Aspirante a miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU

Artículo en El Fusil Roto No 84, noviembre 2009, en la edición especial para la conferencia internacional de la IRG en India en 2010.

Anand Mazgaonkar

El presidente Obama sonrió a Manmohan Singh (Primer Ministro de La India), la Secretaria de Estado Hilary Clinton le invitó a comer, el Presidente del Banco Mundial corroboró su visión económica, y el director del FMI le dió palmadas en la espalda por conducir a su país por el camino del crecimiento sostenible. Esa es la entrada de La India al escenario internacional.

No importan los más de 150.000 suicidios de granjeros. Olvide los millones de desplazados sin realojamiento durante los últimos 50 años. Ignore el hecho de que el Estado actúa como agente y brazo de los intereses empresariales. No escuche el consenso de los partidos políticos principales (aunque finjan que ofrecen alternativas). Sea ciego al saqueo de los bosques y recursos minerales en zonas habitadas por indígenas. Realmente no importa mientras podamos vender el cuento de La India internacionalmente, mientras podamos proclamar el 7% de crecimiento del PIB, mientras que las modelos y actores hindúes sean aplaudidos en desfiles de belleza y festivales de cine.

Mientras Bush y sus sucesores – no importa si son Republicanos o Demócratas – hacen su guerra contra el “terrorismo”, el Estado Hindú desata su propia guerra contra los Maoístas. Es lo de siempre tanto si son los EEUU o La India, tanto si son los Republicanos o los Demócratas, el Congreso o el BJP. ⁽¹⁾

Los desplazamientos provocados por el desarrollo tienen el mismo efecto que los bombardeos de poblaciones en una guerra. Probablemente causa el desarraigo de más personas que un tsunami o un huracán. Provoca la pérdida de propiedades, de poder, de habilidades y deshumaniza a la población. La única diferencia puede ser que el desarraigo sea gradual o repentino. Hay parecidos destacables entre el apoyo del gobierno estadounidense a las operaciones de Chevron, Halliburtun, Boeing, Lockheed Martin, Bechtel en Iraq y otros sitios, y el apoyo del gobierno Hindú a la adquisición de tierras y la privatización de bosques y recursos minerales para Tatas, Raliance, Mittals y Jindals.

Efectivamente, ahora está de moda:

  • la transmutación del papel del gobierno desde fingir que proporciona bienestar hasta actuar como sirvienta de los intereses empresariales.
  • hablar vacuamente de “democracia”, “derechos humanos”, “justicia”, “desarrollo sostenible”, “desarrollo participativo”, incluso mientras está en Kabul o Bagdad, Kalinganagar o Nandigram.
  • pagar por el uso: sólo aquellos con medios suficientes tienen derecho a aire y agua limpios.
  • universalización de los patrones de la clase media, estilo de vida, aspiraciones y venta de sueños que nunca podrán realizarse.‭
  • fría falta de sensibilidad a la creciente violencia e inquinidad que caracteriza nuestra sociedad.
  • negación de la violencia sistemática y del Estado que se da en la sociedad y etiquetar la autodefensa o resistencia como “anti-nacional”, “anti-desarrollo” o “Maoísmo”.
  • enfrentar personas contra personas – por ejemplo, un grupo de pobres contra otro: trabajadores de fábricas contra los que pierden sus tierras.
  • ser una economía satélite y de servicios exportando flores y software para importar petróleo y trigo.

¿Tiene que ser así? Es el “desarrollo” un monopolio del Estado y de los intereses empresariales? ¿Es la paz una exclusiva de la ONU, varios Gobiernos y del ejército? ¿O hay Personas ahí, en alguna parte?

La experiencia nos enseña que los EEUU y sus subordinados no traerán la paz a Afganistán o Iraq con sus armas y ejércitos. El gobierno Hindú no vencerá la “insurgencia Maoísta” empleando su policía y fuerzas paramilitares. Sólo la presión pública puede hacer que los gobiernos recobren el sentido. Recuerden los millones que se manifestaron contra la querra en unas 800 ciudades en todo el mundo en febrero de 2003. Pero sólo fue un inicio y no suficiente. Hay un largo, largo camino que recorrer antes de que las personas puedan hacerse valer más amenudo que sólo mediante elecciones ocasionales. Y los gobiernos no son la única institución que necesita cambiar drásticamente. La democracia actual – en todo el mundo- carecerá de significado hasta que los Parlamentos, los medios de comunicación y los tribunales también cambien radicalmente.

Hablando de pasos prácticos inmediatos, por ejemplo, deberíamos presionar a los EEUU, RU y otros para detener el saqueo del petróleo de Iraq y al Estado Hindú para rescindir su MOU (Memorandum de Entendimiento garantizando derechos sin restricciones sobre los bosques y bienes minerales en zonas habitadas por adivasis [pueblos indígenas] ) con la Mittals, Tatas, Essars and Jindals. La sociedad en general, por su parte, puede despertar al hecho de que los militantes islámicos en Afganistán o Iraq, y los Maoístas de la India no han surgido de la nada. Hay una innegable conexión entre la injusticia y el nacimiento de la insurgencia. La pobreza y la injusticia en cualquier rincón del mundo tiene su manifestación en todas partes a escala mundial. También deberíamos darnos cuenta de que los gobiernos no podrán resolver ningún problema. Tendrán que ser los esfuerzos noviolentos de personas o grupos de la sociedad civil los que lleven a todos a la mesa del diálogo.

Luego, han de establecerse algunos temas no-negociables:‭

Los estilos de vida tradicionales, lugares y recursos en los que se basan (tierras, bosques, agua, animales) no pueden tocarse sin un dialogo detallado (en la mayoría de lugares la farsa se construye sobre procesos formales de consulta), y un adecuado marco legarl para las consultas públicas de modo que los afectados tengan de facto y de derecho capacidad de veto sobre decisiones que afecten a su supervivencia.

La compensación económica es un insulto por el daño donde la vida de las comunidades ha sido destruida por los estragos de los proyectos de desarrollo y mientras el Estado usa la violencia para desplazar y desposeer a las personas

La Paz y Justicia en este planeta reclama una globalización de otro tipo. La globalización de la noviolencia, de la resistencia noviolenta, abriendo las puertas al entendimiento mutuo y a la solidaridad en vez de a los mercados.

⁽¹⁾ El Congreso Nacional Indio y el BJP o Partido Popular Indio son dos partidos políticos de La India (N. del T.)

 

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