Introducción
Sergeiy Sandler
¿Cuáles son las causas de la Guerra? Las típicas respuestas a esta pregunta suelen ser historias sobre políticos, reivindicaciones nacionales, religiones o ideologías minoritarias con un “ismo” en su nombre. Otras respuestas más sofisticadas serían los intereses económicos y la explotación de los recursos naturales. Pero incluso las mejores explicaciones de este tipo no acaban de mostrar la imagen completa; no llegan a ser/ no son causa suficiente para una guerra. Para que una guerra comience, es necesario que muchas personas la promuevan activamente y que también un número suficiente de personas la acepten y la aprueben. Y como la guerra no es especialmente un negocio agradable, se requiere un esfuerzo en educar a la gente para que la acepte, se prepare y luche en ella, preferiblemente desde una edad temprana.
Las semillas de la militarización ya se han plantado y replantado con mucha antelación para producir la cosecha del conflicto y proporcionar recursos humanos y materiales a todos los ejércitos del mundo. En su artículo de este libro, Emma Sangster, cita unas sinceras declaraciones del ex-jefe de estrategia de reclutamiento del ejército británico, el Coronel David Allfrey, a este respecto:
Nuestro nuevo modelo trata de crear conciencia y lleva un período de diez años. Comienza con un niño de siete años que ve a un paracaidista en un espectáculo aéreo y se queda pensativo. “Es alucinante” A partir de ahí, el ejército intenta captar el interés gota a gota.i
Sembrando Semillas: La militarización de la juventud y cómo contrarrestarla es un libro que habla de esas semillas de la guerra plantadas en las mentes de los niños, adolescentes y de adultos jóvenes. También habla de otro tipo de semillas ─ las semillas de la resistencia a este goteo militar ― que esperamos ayudará a esparcir por todo el mundoii. El libro surgió a raíz de una conferencia internacional ―la primera de este tipoiii, y esperamos que la primera de una larga serie ―de activistas que trabajan para combatir la militarización de la juventud que tuvo lugar en Darmstadt, Alemania, en junio de 2012.
Los participantes de la conferencia y los autores de los artículos reunidos en este libro provienen de organizaciones que trabajan contra la guerra, y especialmente contra la cultura militar de la guerra, en diversos países. Naturalmente, muchos de los participantes eran del país anfitrión, Alemania, donde existe una reciente oleada de activismo contra la presencia militar en escuelas y universidades (para combatir este aumento de la presencia militar, tras la transición actual del servicio militar obligatorio al reclutamiento voluntario en el ejército alemán. Pero muchos de los conferenciantes procedían de otros países de Europa, América, Oriente Medio y África.
Muchas de las presentaciones y talleres de la conferencia están documentados en este libro.
Lo más sorprendente de este intercambio de experiencias que tuvieron lugar en Darmstad fue hasta qué punto se parecían nuestras experiencias. Quedó de manifiesto que, más allá de los contextos políticos y culturales y pese a las diferencias en los modelos de reclutamiento (servicio militar obligatorio universal, reclutamiento aleatorio, reclutamiento voluntario) se utiliza la misma selección de instrumentos para militarizar/ la sorprendente utilización de los mismos instrumentos para militarizar las mentes de los jóvenes. Aunque cada uno de los artículos de este volumen está centrado en la situación de un país distinto y en formas y aspectos del militarismo distintos, podemos encontrar también varios temas recurrentes a lo largo de ellos.
La guerra y el conflicto ―histórico, reciente y actual― siempre forma parte del contexto, al igual que el fuerte vínculo entre el militarismo y el nacionalismo: los símbolos nacionales, fiestas nacionales, ceremonias tienen a menudo un marcado carácter militar (especialmente en los países más militarizados que mantienen activos conflictos armados dentro o fuera de sus fronteras), haciendo hincapié en el heroísmo de las guerras del pasado, presente y futuro. Ceremonias, monumentos y otras formas conmemoración, (por ejemplo, la asignación nombres a calles y escuelas) llevadas a cabo tanto por los propios militares como por las autoridades civiles, suelen tener un claro carácter militar y están relacionados con batallas, líderes militares y soldados fallecidos en combate. Estos homenajes juegan un importante papel en el modo de socialización de niños y jóvenes.
A ello se suma, naturalmente, el papel crucial que juega el sistema educativo en la militarización de la juventud y en la sociedad en su conjunto. Así lo explica Serdar M. Değirmencioğlu en su artículo:
Las escuelas de todo el mundo proporcionan una tierra fértil para el militarismo: hay un público servil, órdenes, una estructura jerarquizada y un clara diferencia de poder entre estudiantes y profesionales. Las escuelas pueden convertirse fácilmente en instituciones paramilitares.
Y, de hecho, vemos reportajes de estudiantes (a veces incluso de primaria o de prescolar) vestidos con uniformes militares para distintas ceremonias, que reciben entrenamiento militar – a veces reciben entrenamiento en el manejo de armas – se les anima a jugar con armas u objetos bélicos como tanques, y se les somete a las reglas de la disciplina de la escuela que imitan fielmente las reglas militares.
Y mientras en algunos países, como en Alemania, descubrimos que se han introducido medidas similares para promocionar el reclutamiento para las fuerzas armadas, puesto que el servicio militar obligatorio se está eliminando gradualmente, en otros, como Turquía, Chile e Israel, la educación y la sociedad militarizadas trabajan codo con codo con un sistema de servicio militar obligatorio o de reclutamiento obligatorio por medio de la llamada a filas con el fin de crear sociedades que acepten voluntariamente la guerra, el conflicto y el dominio militar en el gobierno.
Esta fuerte percepción, que todos nosotros experimentamos al encontrarnos en la conferencia de Darmstadt, de que en países y contextos diferentes todos nos enfrentamos a un problema común que conduce a esfuerzos colectivos para documentar la militarización de los entrenamientos de jóvenes en todo el mundo y las vías disponibles para oponerse a éstos. En este libro, al principio de cada capítulo, encontrarás análisis de partes relevantes de un estudio a nivel mundial llevado a cabo en treinta y dos países (comenzó en la conferencia de Darmstad y fue revisado y ampliado en los meses siguientes) sobre las prácticas de la militarización que afectan a jóvenes de todo el mundoiv y sobre extractos relevantes de transcripciones de entrevistas ( todas realizadas en Darmstadt) con dieciséis activistas de todo el mundo sobre la situación en sus países. El estudio intenta hacer ver algunas de las variaciones internacionales e intranacionales en la militarización de la juventud – por ejemplo, cómo el uso de las redes sociales por parte de las fuerzas armadas es inferior en países sin acceso frecuente a internet y cómo el Quebec difiere del resto de Canadá, respectivamente. Los resultados finales del estudio pueden encontrarse en el sitio web de War Resister’s International, en /surveydata. Los enlaces a recursos adicionales sobre el tema están recogidos en el apéndice del final de este libro.
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Visión general de los artículos de este libro
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La militarización de la juventud es evidente en el marco de las escuelas y sucede más explícitamente en las ferias de empleo, pero también conlleva la presencia militar en el entorno físico de la gente. Esta militarización del espacio constituye el tema de los artículos del primer capítulo, Reclutamiento abierto y encubierto: la militarización del espacio público y privado.
En “Atrápalos antes que el ejército”, David Gee examina el reclutamiento, especialmente en países que no tienen el servicio militar obligatorio. Centrándose particularmente en la situación del Reino Unido, Gee centra la atención en cómo el ejército intenta captar a gente joven de entre los sectores más desfavorecidos de la sociedad y menciona el alto precio que tienen que pagar estos jóvenes en comparación con otros miembros de las fuerzas armadas.
La militarización en la vida diaria en Venezuela constituye el tema del artículo de Rafael Uzcategui. Uzcategui se centra particularmente en las formas en que las prácticas militares han llegado a formar parte de la vida de los civiles en su país: el carácter militar de las ceremonias civiles, la presencia militar en las escuelas, pero también el aumento del control militar en las universidades y en la formación de los militares – como las estructuración de universidades y de los lugares de trabajo.
En Ofensiva publicitaria en lugares públicos – la primera de sus dos contribuciones – Michael Schulze von Glaßer examina los intentos de reclutamiento a través de la presencia militar en los espacios públicos y medios de comunicación (ceremonias, anuncios), centrándose en los cambios de esta presencia como consecuencia de la transición del servicio militar obligatorio al reclutamiento voluntario en las fuerzas armadas alemanas.
La presencia militar en los espacios públicos es también el tema del siguiente artículo de Ruti Kantor y Diana Dolev, Militarismo Invisible en Israel. Kantor y Dolev hablan de la ubicua presencia militar en esta sociedad altamente militarizada, que no está en absoluto limitada a eventos y anuncios iniciados por los propios militares, y que a menudo llega a ser de todo menos invisible para la población expuesta a ellos.
Monumentos y memoria de la Antigua Yugoslavia, de Boro Kitanoski, se centra en el poderoso y generalizado uso de un instrumento de la militarización: los distintivos físicos y la contextualización social de los monumentos de guerra. Los países de la Antigua Yugoslavia en los Balcanes son un ejemplo especialmente instructivo de cómo los monumentos del pasado pueden usarse para perpetuar los conflictos en el presente y en el futuro.
La guerra en la pantalla, el segundo artículo de Michael Schulze von Glaßer, se centra en un aspecto muy significativo de la militarización de la juventud que rara vez es abordado: la glorificación de la guerra en los videojuegos. La industria de los videojuegos tiene muchos vínculos con el mundo de las fuerzas armadas y atrae a un gran número de jóvenes (especialmente a los varones adolescentes ― es el público favorito de los reclutadores militares) con mensajes simplistas a favor de la guerra. Schulze von Glaßer habla también de algunos intentos por crear videojuegos con mensajes alternativos como una posible vía para luchar contra la militarización de la juventud por medio de la industria de los videojuegos.
Finalmente, Jorge Vélez, en El impacto del conflicto interno y el para-Estado en Colombia, examina la militarización en el entorno de la gente joven desde otro ángulo. El precio del aumento de la violencia en sociedades altamente militarizadas y devastadas por la guerra ―como Vélez nos recuerda ― lo sufren, tanto los criminales como las víctimas.
La segunda parte del libro, Shaping the Debate: Militarising Public Discourse and Education, pasa de examinar la militarización del entorno físico y social de los jóvenes a la militarización de las mentes y valores. Los argumentos y valores utilizados por las fuerzas armadas y el estado para convencer al público de la necesidad de la guerra y embaucar a los jóvenes para que se alisten en el ejército son examinados por Jonna Schürkes en Morir por la patria: el uso de conceptos como valentía, lealtad y honor para legitimar las intervenciones bélicas y el reclutamiento de soldados. Aunque se centra en la situación actual de Alemania, sin duda muchos detalles les sonarán familiares a los lectores de cualquier país.
En el artículo de Serdar Değirmenciolu La juventud de Turquía, asediada por el militarismo: pasado y presente puede encontrarse un estudio detallado de la historia y de las prácticas actuales de la militarización, especialmente dentro del sistema escolar en Turquía. Değirmenciolu ofrece un panorama muy revelador de cómo funciona la militarización de la juventud en una sociedad altamente militarizada. Una vez más, a pesar del contexto histórico específico como el de Turquía, las prácticas descritas son parte de la experiencia de niños de todo el mundo.
Mientras varios de los artículos de este libro escritos por autores alemanes hablan del resurgimiento de la presencia militar en los espacios públicos y en el sistema educativo tras el paso del reclutamiento obligatorio al voluntario en el país, Dan Contreras, en La militarización de la juventud en Chile, llama la atención sobre el hecho de que el sistema de reclutamiento obligatorio, como en Chile, pueden también utilizar activamente la propaganda para atraer reclutas y legitimar el conflicto armado en curso que el estado mantiene (en este caso, con un grupo indígena del sur de Chile).
Por último, en La influencia de los militares en la educación del Reino Unido Emma Sangster documenta el reciente y repentino aumento de la presencia militar en la vida de los jóvenes del Reino Unido, especialmente en escuelas, como parte del esfuerzo intenso de los gobiernos británicos más recientes (a pesar de la identidad del partido gobernante). Sangster hace hincapié en que las fuerzas armadas son generalmente presentadas como un actor social no controvertido en la educación, y en cómo la disciplina militar se promociona como una posible alternativa al fracaso percibido en las escuelas normales, especialmente en zonas más pobres.
Hay una estrecha y profunda relación entre los géneros y el militarismo. La tercera parte del libro se centra en el análisis de la militarización y del reclutamiento desde una perspectiva feminista y glbti. En sus artículos, tanto Andreas Speck: Crítica al reclutamiento militar y a la militarización desde una perspectiva queer y de género como Sahar M. Vardi ('Uno de los chicos' – servicio militar obligatorio para las mujeres en el ejército israelí) examinan el ejército y el reclutamiento militar desde una perspectiva de género. Estos autores señalan la inherente naturaleza patriarcal y heterosexista de los sistemas militares y la prevalencia del acoso sexual, agresiones y novatadas en todos los ejércitos. También consideran los propósitos de las fuerzas armadas occidentales como esfuerzos por mostrar una fachada abierta y poder reclutar, de este modo, a mujeres y homosexuales. “Esta ilusión de igualdad tiene dos objetivos”, explica Vardi. Uno de ellos, es simplemente expandir los rangos militares. El otro tiene que ver con etiquetar esos ejércitos “enemigos” como intolerantes y hostiles a los valores progresistas, o como Speck afirma: “Forma parte de la propaganda anti islámica, más que un reflejo de un ejército realmente abierto y afable con las mujeres y los homosexuales”. Un ejército no puede ser afable con las mujeres y la gente glbti. Los dos artículos nos recuerdan que las feministas y la gente glbti luchan por cambiar la sociedad, no buscan conseguir un lugar para las mujeres y la gente glbti dentro del orden patriarcal actual o del ejército (en su más pura manifestación).
Las semillas de la guerra ya están sembradas en abundancia, pero también lo están las semillas de la resistencia. La última sección de este libro examina las formas de rebatir la militarización de los jóvenes. En El papel de los veteranos y militares en activo, Kelly Dougherty habla sobre el trabajo de los veteranos de Irak contra la guerra, la organización que cofundó y con la que continúa colaborando en Estados Unidos. Una parte fundamental de este trabajo comprende la visita de veteranos de guerra a escuelas y universidades para compartir sus experiencias sobre el servicio militar que prestaron, rebatir los mitos, mentiras y medias verdades que venden los reclutadores a los estudiantes en escuelas y universidades. Así lo explica Dougherty:
El simple hecho de contar la historia de tu experiencia militar, en una zona de guerra y las dificultades a las que debes enfrentarte cuando regresas a casa y dejas el ejército, puede tener un efecto profundo en la gente joven que nunca antes ha escuchado a alguien hablar sobre su experiencia en el ejército fuera del prisma patriótico, negro y blanco de la institución militar.
También dedica atención a los desafíos que supone hacer participar a veteranos de guerra―para empezar, la mayoría de ellos no están familiarizados con la cultura activista y muchos de ellos sufren un trauma que debe identificarse y curarse― en el activismo antimilitarista.
En el siguiente artículo, Resistir ante la militarización de la educación, Kai-Uwe Dosch, Sarah Roßa and Lena Sachs se centran (al menos en parte) en ejemplos de exitosas intervenciones de estudiantes, profesores y activistas en contra de la presencia militar en las escuelas alemanas – estrategias que podrían utilizarse también en otros países. Las fuerzas armadas, al menos en Alemania, temen la controversia: “Las fuerzas armadas no son en absoluto inmunes a las protestas; no están hechas para retractarse”.
En El derecho internacional y el sistema de Naciones Unidas también pueden ser utilizados por la sociedad civil para sus objetivos, Ralph Willinger habla sobre principales instrumentos y procedimientos legales internacionales (especialmente bajo la Convención de los Derechos del Niño) que pueden utilizarse para contrarrestar la militarización de la juventud. Willinger ilustra los efectos potenciales del uso de estos mecanismos legales como herramientas para aumentar la presión política y facilitar las campañas como por ejemplo los informes alternativos enviados por organizaciones alemanas al Comité de los Derechos del Niño de la ONU cada vez que Alemania es supervisada por este comité.
El artículo de Cecil Arndt, Acción directa contra la militarización de la juventud, explora el uso de la acción no violenta para oponerse a la guerra y el militarismo de forma más general, haciendo hincapié en la necesidad de desafiar al militarismo en conjunto, no sólo la militarización de los jóvenes, aunque algunas de las ideas y tácticas que menciona Arndt pueden utilizarse también para enfrentarse a las prácticas de militarización centradas en la juventud como la presencia militar en escuelas.
Por último, Cattis Laska and Hanns Molander, en La necesidad de una perspectiva GLBTI presentan el trabajo que realiza su grupo Ofog (Suecia) para oponerse a la militarización de la juventud. Sus acciones incluyen tanto actividades educativas, como talleres en escuelas para estudiantes, y más acciones directas (y creativas) que obstaculizan los esfuerzos de reclutamiento del ejército, incluyendo la contrapublicidad y el teatro callejero en los stands de reclutamiento. Todas estas acciones―explican Laska y Molander― reflejan un análisis de género, desde una perspectiva glbti, del militarismo en general y de la militarización de la juventud en particular.
Un importante primer paso en la lucha por la paz es compartir información sobre cómo actúa la militarización de la juventud y las tácticas para oponerse a ella, no sólo como una suspensión transitoria entre las guerras sino como una condición naturalmente lograda por una sociedad que no militariza las mentes de los jóvenes – una sociedad que podría describirse muy bien con esta frase de la biblia: “nadie debería aprender sobre guerra nunca más”. Probablemente, este objetivo queda todavía muy lejos. Por ahora, sólo estamos sembrando las semillas.
i Cita de Stephen Armstrong en Britain's Child Army, New Statesman, 5 de febrero de 2007 <www.newstatesman.com/politics/2007/02/british-army-recruitment-iraq> (accessed 24 May 2013).
ii El título del libro se ha inspirado en el diseño de portada de Hilal Demir.
iii Como precursor, podría citarse el más académico Militarism in Education: A Critical View, una conferencia celebrada en Israel en Mayo de 2001.
iv Contamos casi siempre con dos tipos de encuestados, como mínimo, por cada país. Todos los encuestados estaban bien informados acerca de la situación en su país y estudiaron sus respuestas detenidamente, aunque algunas de sus respuestas eran subjetivas: no podemos asegurar que el sondeo se basa en un estudio científico.
Traducido de la versión en inglés por Laura Pérez
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