Se esperaba la ofensiva contra los objetores de conciencia y puede que se intensifique

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George Karatzas

Desde comienzos de año, ha tenido lugar en Grecia una ofensiva contra los objetores de conciencia (y tal vez contra los evasores del servicio militar en general). La detención de Nikolaos Karanikas de 44 años en febrero, seguida de la detención de Haralampos Akrivopoulos de 37 en marzo y la de Menelaos Exioglou de 30 en abril, fueron las primeras tras muchos años de relativa calma. Durante este periodo, los objetores de conciencia que eran objetores totales o se oponían a aceptar el servicio disciplinario alternativo, seguían siendo procesados y condenados (en ocasiones en rebeldía) en un tribunal militar a penas de prisión en suspenso, pero sin detenciones.

Los tres objetores de conciencia que han sido detenidos recientemente (para después ser puestos en libertad), ya habían sido condenados en el pasado (Karanikas también había sido encarcelado en 1995 antes incluso de que el derecho a la objeción de conciencia fuese siquiera reconocido parcialmente). Las detenciones fueron llevadas a cabo por la policía bajo el procedimiento de “un delito reciente” (un método que no había sido utilizado contra objetores de conciencia desde hacía años), ya que el Estado griego está interpretando la evasión del servicio militar como delitos continuos. Esto quiere decir que, en teoría, un objetor de conciencia griego (y un evasor del servicio militar en general) puede vivir la mayor parte de su vida, desde los 18 años hasta los 45, con el miedo de ser detenido en cualquier momento. Por otro lado, el hecho de que Karanikas fuese absuelto, y que los juicios de Akrivopoulos y Exioglou fuesen pospuestos (aunque continúan recibiendo órdenes de enlistarse), demuestra que tanto la solidaridad interna como internacional – en especial por parte de Amnistía International, la IRG y la Oficina Europea de Objeción de Conciencia – aún pueden jugar un papel importante en la prevención de situaciones peores.

Más juicios por venir

Además de las detenciones que pueden tener lugar en cualquier momento, en la actualidad hay al menos dos juicios contra objetores programados para mayo – incluyendo el del objetor de conciencia de 47 años Dimitris Sotiropoulos, acusado de “insubordinación” (evasión del servicio militar) durante un periodo de movilización militar general, ¡por el que fue procesado en 1994! Sotiropoulos ya no corre peligro de ser detenido puesto que desde 2008 ya no puede ser reclutado debido al nacimiento de su tercer hijo (la legislación griega exime del servicio militar a personas con tres hijos), pero la causa penal contra él sigue pendiente y puede que reciba una condena en suspenso.

Teniendo en cuenta el número total de objetores de conciencia en los últimos años, en especial anarquistas, podemos esperar muchos más juicios (o incluso detenciones) en los próximos meses.

Una regresión general

Además, la situación general para los objetores de conciencia griegos ha empeorado en los últimos tiempos. En 2012 hubo un aumento de rechazos por parte del Ministerio de Defensa de solicitudes requiriendo el estatus de objetor de conciencia.

Incluso los objetores que están cumpliendo el servicio alternativo de 15 meses se enfrentan a más problemas que antes. Se quejan de los complicados trámites y de los retrasos de meses para obtener la compensación mensual de 223 euros – algo que para ellos es vital teniendo en cuenta que también tienen que pagar alquiler ya que se les envía a lugares lejos de sus hogares. Mientras tanto, los neo-nazis en el parlamento y algunos blogs han difundido mentiras sobre los “objetores de conciencia que reciben más dinero que los soldados”.

Una ofensiva esperada

La ofensiva contra los objetores de conciencia griegos era de esperar teniendo en cuenta la situación política y social general del país. Una grave crisis financiera y duras medidas de austeridad han dado lugar a un feroz ataque contra todo el espectro de derechos humanos, civiles y políticos, así como sociales y económicos. Una creciente y masiva represión (incluyendo la represión de casi todas las manifestaciones, tortura a los detenidos, detenciones masivas de inmigrantes, incluso el encarcelamiento de prostitutas por ser seropositivas); la polarización de la situación política (tanto con la izquierda “radical” como el partido neo-nazi multiplicando sus fuerzas), y un aumento generalizado del nacionalismo, tanto en discursos por parte del ejecutivo como en los que se oponen al gobierno y a las medidas de austeridad, son algunos de los aspectos de una situación social “explosiva”. El increíble aumento del nazismo, (7% en las elecciones del año pasado y en la actualidad el tercer partido en las urnas) combinado con ataques casi diarios contra inmigrantes y refugiados, contra izquierdistas, anarquistas, gente LGTB, etc. es el fenómeno más peligroso. El gobierno actual (una coalición entre el partido de derecha, los “socialistas” y la “izquierda democrática”), ha demostrado, bajo presión de los Nazis, tolerancia cero contra todos los movimientos sociales, en particular contra los anarquistas.

Sería ingenuo esperar que en este “Armagedón”, los objetores de conciencia no se viesen afectados. Es más, la dramática situación financiera hace de la multa de 6.000 euros a los evasores del servicio militar una fuente útil de fondos para el gobierno si recordamos que hay docenas de miles de objetores.

La necesidad de una campaña internacional urgente

Durante años los objetores de conciencia griegos no han conseguido construir un movimiento de masas. La izquierda sólo ha apoyado el tema de sus derechos, mientras que ha sido incapaz de adoptar la objeción de conciencia como una postura política o pedir la abolición del servicio militar. Muchos hombres jóvenes preferían evitar el servicio militar a través de la exención médica, y sólo ha sido recientemente cuando los anarquistas han vuelto a trabajar seriamente en este ámbito, optando por la objeción total, pero menospreciando a aquellos que optan por el servicio alternativo.

Es cierto que la objeción de conciencia tal vez era el único ámbito social en el cual se consiguieron algunas victorias y algunos avances lentos, pero se trató sobre todo de un logro de la solidaridad internacional. En la actualidad, con los movimientos sociales griegos sufriendo ataques en todos los frentes, es dudoso si los objetores de conciencia griegos serán capaces de enfrentarse a esta represión por sí solos. Claro está que lo que les ocurra dependerá mucho de lo que ocurra en el país en general, pero en cualquier caso es necesaria una campaña de solidaridad internacional seria y urgente, mucho más de lo que ha sido en el pasado, si no queremos ser testigos de situaciones mucho peores.

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