El compromiso de las mujeres de la CONAMURI en la Vía Campesina Paraguay

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La CONAMURI, tal como lo esconde la sigla, es una coordinadora nacional que nuclea a organizaciones de mujeres trabajadoras campesinas e indígenas, la primera experiencia de esta naturaleza en el Paraguay. Hace unos días, precisamente el 15 de octubre, Día Internacional de la Mujer Rural, ha cumplido una década de existencia y lo ha celebrado en el marco de su V Congreso Nacional, que se realiza cada dos años, esta vez con el lema: “Una década tejiendo esperanza, construyendo igualdad”..

Tanto la CONAMURI, como la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), el Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), la Organización de Lucha por la Tierra (OLT) y, recientemente incorporado, el Movimiento Agrario y Popular (MAP), forman parte de la Vía Campesina Paraguay.

A lo largo de esta década, la CONAMURI ha mantenido una lucha en consonancia con las consignas de la Vía Campesina Internacional, que es una articulación mundial que reúne, en 69 países de todo el mundo, a campesinos, campesinas, indígenas y afrodescendientes, pequeños agricultores y productores familiares, para luchar juntos, varones y mujeres, por el respeto a sus formas de vida y producción y por el derecho de los intereses difusos, llevando adelante abiertamente su rechazo al modelo agroexportador y de economía dependiente al que muchos de nuestros países se ven sometidos por la hegemonía del capital extranjero.

Como mujeres organizadas, nuestra máxima preocupación decanta hacia el avance de los agronegocios en el medio rural, lo cual está produciendo catástrofe en las poblaciones, por el desplazamiento forzado de más de 70 mil campesinos y campesinas anualmente hacia las ciudades, lo que les obliga al hacinamiento en los cordones de miseria, sobreviviendo en condiciones de precariedad y en completa incertidumbre acerca de su futuro. No olvidemos, también, que los agronegocios provocan la degradación de la biodiversidad en forma acelerada, la que se manifiesta, sobre todo, a través de la contaminación de las aguas y del suelo, debido a la producción de monocultivos y al uso masivo de agrotóxicos en las plantaciones.

Las comunidades indígenas sufren, asimismo, la devastación de sus territorios ancestrales, y al constituirse en el nervio más sensible de nuestra sociedad, las secuelas que en ellas se observan son absolutamente lamentables, desde todo punto de vista. Hace unas semanas atrás, por ejemplo, 13 miembros del Pueblo Mbya Guaraní, uno de los más resistentes y combativos ante el régimen colonial, han fallecido como probable consecuencia de la exposición a los pesticidas usados en el cultivo de soja transgénica en los alrededores de su asentamiento, ubicado en el Departamento de Caazapá, lo cual ha movilizado, en una emergencia sin precedentes, a funcionarios del Ministerio de Salud que se han pronunciado ante las instancias correspondientes, pese a que algunos sectores privados, vinculados con el gremio de los productores, han tratado de restarle importancia.

Tenemos completa seguridad de que los agronegocios, interesados en generar combustible de nuestros alimentos para satisfacer los mercados de Asia y Europa, derivarán en resultados gravísimos en desmedro de nuestras familias, nuestras tierras y los recursos naturales, aumentando la falta de empleo, el hambre y las necesidades del pueblo en general. Con respecto a su repercusión en las familias, esto se observa desde ya en la migración laboral a que se ven forzadas muchas madres, con destino a Argentina o España, trayendo así la alteración del núcleo de la sociedad.

Ante esta realidad, la propuesta llevada adelante por la Vía Campesina es la Soberanía Alimentaria, que se construye en conjunto con la Reforma Agraria Integral. Ambos conceptos son dos estandartes de lucha de la CONAMURI y del movimiento campesino en Paraguay, comprometidos con el cambio social que comenzó el 20 de abril de 2008, tras la victoria de Fernando Lugo, cuando después de más de 60 años de gobiernos colorados, la alternativa triunfó. Aunque, nobleza obliga a declarar que el actual Gobierno se ha dejado adormecer ante los arrullos del capital, pues la persecución a los líderes campesinos se ha visto acentuado en el actual mandato, y la criminalización de los movimientos sociales ha llegado a un pico nunca antes alcanzado en anteriores periodos.

En el afán de instalar el debate acerca de la Soberanía Alimentaria, hemos realizado movilizaciones en varios departamentos del país, acercando a la gente y a las bases instrucción necesaria para la formación de consciencia. Entre otras actividades llevadas a cabo figuran los cursos departamentales y los talleres, los programas en radios comunitarias, la difusión a través del boletín informativo y del sitio en Internet de la CONAMURI y, sobre todo, la exitosa Campaña de la Semilla, que cerró en julio pasado después de dos años de continua labor.

Otra de las actividades de la organización es la denuncia en los casos de intoxicación por el uso masivo de agrotóxicos en las plantaciones. Los productores de soja y otros cultivos transgénicos constituyen un grupúsculo de terratenientes, muchos de ellos de origen brasileño, que no respetan las condiciones mínimas establecidas por las leyes nacionales relativas al cuidado del ambiente, tales como la conformación de barreras vivas, la velocidad del viento a tener en cuenta para la fumigación, la distancia entre las áreas de siembra y los asentamientos humanos, etc. Así, la oligarquía expulsa a hombres, mujeres y niños aplastando sus ranchos y sus animales para dar paso a la extensión del desierto de verde soja.

Muy recordado es todavía, en este sentido, el caso del niño Silvino Talavera, de 11 años, que había sido rociado con Round Up Ready, en 2003, y fallecido pocas horas después en un hospital del Departamento de Itapúa, el cual ha sido el único caso que ha llegado a los estrados de la Justicia, recibiendo los acusados una condena de dos años de privación de libertad, en 2005, que no ha sido cumplida por la sustitución de la pena a cambio de medidas alternativas a la prisión. CONAMURI, en apoyo de muchas organizaciones fraternales y solidarias nacionales e internacionales, ha promovido la Campaña “Justicia para Silvino”, que ha culminado con el procesamiento judicial de los culpables, a la sazón, dos colonos brasileños.

Continuando con esta lógica de resistencia, la CONAMURI forma parte de la Coordinadora de Víctimas de Agrotóxicos, que se ha fundado este año con el propósito de hacer visible la realidad de muchos paraguayos y paraguayas que sufren los impactos del Glifosato y de las multinacionales que lo promueven. Esta Coordinadora lleva ante las instituciones pertinentes los reclamos de las personas que se ven afectadas por el uso de los venenos para cultivo, lo que llega a provocar, dicho sea de paso, abortos espontáneos, deformaciones del embrión, cáncer y muerte, en el peor de los casos.

Por otra parte, y para mencionar un proyecto de la Vía Campesina Internacional, a partir de este año está en construcción la universidad para campesinas, campesinos e indígenas, promocionando para el 2010 la carrera de Ingeniería en Agroecología. El Instituto Agroecológico Latinoamericano (IALA) Guaraní tendrá su asiento en el distrito de Capiibary, Departamento de San Pedro. Actualmente estamos en proceso de habilitación del instituto, el cual servirá para colocar, desde las bases, la piedra angular que sustente una educación descolonizadora, capaz de conseguir que los y las estudiantes interpreten la realidad a partir de sus propias vivencias y con una amplitud internacionalista. El IALA Guaraní es el sueño largamente acariciado por las organizaciones campesinas e indígenas, pues significa la formación de futuras generaciones de militantes profesionales posicionados ante el modelo neoliberal destructivo y excluyente, con una perspectiva de clase, capacitadas en la creación de desarrollo sostenible y el rescate de la cultura y los valores secuestrados por el actual régimen económico, político y social.

También vale hacer referencia a la campaña contra la violencia hacia las mujeres que la Vía Campesina lanzará el próximo 25 de noviembre en todo el mundo, a la que, como organización de mujeres trabajadoras que somos, nos adheriremos totalmente, por medio de variadas acciones que buscarán la consciencia de la ciudadanía. La violencia hacia las mujeres constituye un problema de estructura social, al estar inmersa en los valores negativos que alienta el patriarcado y la supuesta superioridad de un género sobre otro, lo cual significa un retroceso tremendo. Las mujeres de CONAMURI deseamos una sociedad con equidad de género, que no niegue oportunidades por razones de sexo o condición social. A través de la incidencia política y de la mayor participación de las mujeres en las instancias de decisión, creemos que será viable un cambio estructural profundo que lleve a reconsiderar el papel que las mujeres tienen en los destinos del país. Es sólo una cuestión de justicia y de respeto a la dignidad.

Por todo eso, la CONAMURI trabaja en coordinación con las otras organizaciones del movimiento campesino e indígena, porque cree que la Reforma Agraria es la única salida posible a las demandas de nuestro pueblo. Porque confía en que sólo la unidad en la lucha logrará hacer frente al capitalismo que saquea, mutila, carnea, enferma y aliena a los paraguayos y las paraguayas. Porque, como Vía Campesina Paraguay, la bandera que levanta es la del socialismo. Porque somos mujeres, somos madres, somos generadoras de vida y sabemos a ciencia cierta dónde está el enemigo de la transformación social que todos y todas buscamos, y nuestro compromiso es con el presente y el futuro de la humanidad.

Maguiorina Balbuena
Representante de CONAMURI

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