Empoderamiento económico y mujeres indígenas en India.

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Saswati Roy

Sumitra, Champa, Samprada, Sushama, Kalabati, Salma son algunas de las mujeres indígenas que viven en rincones remotos en el estado de Orissa en India y a quienes hemos conocido durante nuestra reciente visita a sus pueblos. Durante los últimos cinco años la organización de mujeres con la que yo trabajo, Swadhina, ha estado alentando y promoviendo grupos de mujeres en esos pueblos.

Esas mujeres viven en pueblos muy alejados, localizados en medio de accidentadas regiones boscosas. Sus vidas están integralmente unidas al bosque, que ha sido su fuente de alimentación, forraje y madera para combustible. Ellas veneran a la naturaleza y en caso de enfermedad recogen hierbas medicinales de los bosques. El modelo occidental de ,,modernización", un desarrollo ideológico perseguido en India desde la independencia en 1947, ha dañado y destruido implacablemente vastas zonas de bosque en el interés del desarrollo de grandes proyectos. Los resultados han sido desastrosos, llevando a la erosión de un sistema de vida de subsistencia y al desarraigo de una gran parte de la población indígena de sus tierras ancestrales. Además de que ya eran pobres, perdieron el control y el acceso a una amplia variedad de recursos de los que dependían. La modernización ha llevado a la desaparición de prácticas basadas en las personas tales como la agricultura de bosque y el acopio de alimentos. Esto ha afectado específica y negativamente la vida de las mujeres, multiplicando cada vez más sus tareas diarias. Tal desplazamiento, no acceso, no posesión, no derecho, ha empujado además a esta gente a una silenciosa aceptación.

Apoyando a organizaciones de mujeres

Las mujeres siempre han permanecido invisibles, olvidadas, no reconocidas.

Ahora ellas han perdido casi todo y ganado muy poco. Swadhina insiste en que las mujeres deberían organizar la base popular, y les ayuda a realzar su poder analítico y a utilizarlo para identificar y analizar los asuntos que afectan a sus vidas y tomar acciones referentes a esos asuntos. Por eso, en cada pueblo donde Swadhina trabaja, hay una organización de mujeres a nivel del pueblo que juega un papel fundamental en el desarrollo local. A base de repetidas sesiones de entrenamiento, se orienta a las mujeres sobre asuntos sociales y se les equipa con habilidades de mando. Gradualmente ganan confianza y asumen responsabilidades para el desarrollo de todo tipo de actividades iniciadas en su pueblo. El proceso de empoderamiento comienza en sus mentes, en sus actitudes, sistema de valores y opiniones.

Por último, cuando Swadhina se retira, las mujeres continúan trabajando como organización a nivel local del pueblo.

Fortaleciendo los sistemas locales El desarrollo, conducido por macro-economías, ha librado una guerra sin descanso contra los pobres a través del agotamiento de los recursos naturales y la marginación de la gente que ya son pobres, especialmente las mujeres. La apropiación de los recursos de la tierra ha tenido lugar a través de la extracción despiadada de la riqueza mineral, reducción de la biomasa y la biodiversidad, la desaparición gradual de la sabiduría indígena, y la destrucción de los sistemas ecológicos de subsistencia. Los tan prometidos beneficios del desarrollo nunca han goteado hacia la gente, en su lugar, han creado múltiples formas de dependencia. Por eso, el reto ahora es fortalecer los sistemas locales de subsistencia y restablecer la fe de la gente en sus propias capacidades y la salud de la sabiduría indígena para el autodesarrollo.

Agricultura de sustento

La agricultura ha sido comercializada, con promoción del cultivo comercial y la introducción de máquinas y el uso de productos químicos, con resultados también de dependencia externa. Por lo tanto, nosotras estamos promoviendo el concepto de cultivos saludables. Se apoya a las mujeres para que cultiven nuevas variedades de vegetales y frutos nutritivos en sus hogares, lo que abastecerá todas las necesidades para la salud de la familia y al mismo tiempo pueden ganar dinero vendiendo lo que les sobre.

También se promueven las aulas preescolares comunitarias, propiedad conjunta de la comunidad y desarrolladas en un trozo de tierra ofrecido por los aldeanos. Estos aldeanos suministrarán de forma continuada semillas y pequeños árboles a las familias.

Dhai ma la trabajadora de salud

Las mujeres tienen una gran comprensión y conocimientos acerca del sistema indígena del cuidado de la salud, lo cual va desapareciendo rápidamente en la era de las prácticas profesionales para el cuidado de la salud. Nuestra trabajadora de la salud más vieja en el área Dhenkanal es popularmente conocida como Dhai ma. Es una comadrona muy vieja y experimentada que ha llevado a cabo numerosos partos en el pueblo y sus alrededores. Cuando le conocimos en Markata estaba tan activa y sonriente como siempre. Ella no sabe como escribir su nombre. A pesar de ser analfabeta, fue seleccionada y entrenada por Swadhina para trabajar como trabajadora de salud debido a su experiencia como comadrona y su profundo conocimiento de asuntos de salud.

Dhai ma participó más tarde en sesiones de entrenamiento y aprendió más acerca de métodos seguros para partos. Pronto, trabajadores de salud de otros pueblos comenzaron a acompañarle durante los partos y ella los adiestró. Ahora, al menos seis mujeres que no tenían experiencia previa, están trabajando como expertas comadronas en esta región. A cambio de sus servicios, se les da ropa, vegetales y arroz y a veces dinero en metálico. Estas mujeres ahora tienen las habilidades y la confianza necesaria para mantenerse a sí mismas a través de su servicio a la comunidad.

Promoviendo ,,haat"

La promoción de los mercados semanales de los pueblos, localmente denominados ,,haat", es uno de los principales proyectos de Swadhina. Hasta ahora, cinco mercados rurales de este tipo han comenzado a través de la iniciativa de Swadhina. Estos mercados se han instalado en pueblos donde el mercado más cercano estaría a varios kilómetros y los aldeanos tenían que hacer todo el recorrido caminando.

Un ,,haat" cubre las necesidades locales y proporciona un foro donde los aldeanos pueden comprar y vender su producción local. Ambos, hombres y mujeres son tiendas ambulantes en estos mercados. Normalmente el comité de mujeres del pueblo donde se localiza el ,,haat" obtiene permiso de un contrato de arrendamiento concedido por la autoridad administrativa local.

Economía de independencia

La economía de independencia es uno de los escalones hacia el empoderamiento total. Swadhina trata de asegurar que la actividad económica empiece en el contexto local, y no impone a las mujeres aventuras económicas extrañas.

Generalmente después de identificar las habilidades que tienen las mujeres locales y la disponibilidad de materiales en bruto, los grupos de mujeres deciden por sí mismos que tipo de actividad deben perseguir. Una vez más, cualquier esfuerzo hacia una economía de independencia debe ser incrustado en la propia cultura del pueblo, porque la cultura da a la gente una razón y un sentido de vida. A menudo se olvida que el desarrollo es en realidad un proceso interno directamente unido a valores culturales específicos. En vista de esto, cualquier actividad económica para la comunidad indígena tiene que ser colectiva, dado que para ellos el colectivismo es la esencia de la vida y compartir es un apreciado valor.

Pero nuestro trabajo no se termina sólo porque se empiecen a generar ingresos. Creemos que es importante ver como se utilizan los ingresos.

Swadhina anima a las mujeres para que ahorren dinero en un fondo de grupo, desde el cual pueden solicitar préstamos para empezar pequeños negocios, o afrontar situaciones de emergencia dentro de su familia. La formación del fondo de ahorro, administrado y mantenido por las propias mujeres, ha traído inmenso alivio a las mujeres y a través de él, a toda la comunidad.

Están ahora liberadas de los apretones de los prestamistas locales de dinero que durante años han explotado y oprimido continuamente a los pobres aldeanos.

Shakhar Marandi: la tendera

Ahora muchas mujeres en los pueblos han comenzado sus propios negocios cogiendo un pequeño préstamo del fondo del grupo. Sakahar Marandi es una de las mujeres que conocimos cuando visitamos Chanchipada, un pueblo en Mayurbhanj en Orissa. Cuando la conocimos, en el mercado del pueblo, estaba ocupada atendiendo su pequeña tienda. Shakhar es una mujer indígena de 28 años de edad que había asistido a la escuela durante unos pocos años pero que la dejó después del nivel de primaria. El año anterior estuvo hospitalizada ya que tenía un tumor que tenía que ser operado inmediatamente. Necesitaba cerca de 3000 rupias para el tratamiento. Pidió un préstamo a los fondos de ahorros de las mujeres del pueblo. A pesar de que en este fondo ella sólo había ahorrado 500 rupias, el comité de mujeres aprobó el préstamo. La operación fue un éxito. Ella está ahora completamente curada y poco ha poco a devuelto el préstamo. Mas tarde pidió otro préstamo para abrir la tienda en la que le conocimos. Shakhar es una confiada y orgullosa mujer, ahora atendiendo su tienda, desprendiéndose de sus inhibiciones y timideces.

Promoviendo valores ,,anticuados"

La ciega carrera hacia la industrialización y la modernización ha llevado a una degeneración muy severa de valores. Armonía ha sido remplazado por conquista, cooperación por competición. Empujar a los demás para ser el mejor se ha convertido en la norma. Los valores como la amistad, la preocupación por los demás, sentir la naturaleza y otros enfoques no comerciales se ridiculizan como anticuados. Pero cualquier intento de empoderamiento social y económico está destinado a fallar si al mismo tiempo no promociona los valores que al final sostendrán y consolidarán el proceso de empoderamiento en sí mismo. Las mujeres trabajando juntas en grupos de producción refuerzan el valor de compartir como grupo, oponiéndose a los valores capitalistas dominantes como las ganancias individuales excesivas. Por otra parte, con el tiempo estas organizaciones pueden degenerar y convertirse en instituciones que abusan de su poder. Por lo tanto es imperativo realzar los valores de responsabilidad.

Los hacedores de cestas de Masharda

En el pueblo de Masharda en Mayurbhanj conocimos un grupo de 19 mujeres que hacían cestas de bambú por tradición. La comunidad Kalandi a la que pertenecían las consideraban ,,intocables". Cada una de estas mujeres obtuvo un préstamos de 100 rupias con lo que compraron bambú. Les llevó largo tiempo comprender y aprender el mantenimiento de un rendimiento en la producción y los cálculos de coste y beneficio. Pero no es negocio y beneficio lo que les lleva a estar juntas, en cambio ellas están invirtiendo en relaciones sociales. Mientras trabajan juntas al aire libre, comparten entre ellas las alegrías y penas de la vida. También es en esos momentos cuando se anuncián las noticias importantes como la próxima fecha de sesión de chequeo para las madres embarazadas. Mientras estábamos allí dos mujeres fueron identificadas para el siguiente chequeo.

En Masharda, Bharati Kalandi, la organizadora del grupo es una mujer muy activa y eficiente que diligentemente guarda los documentos de cada entrada de depósito en el libro de ahorros de cada miembro.

Esperanza

El empoderamiento no sucede de la noche a la mañana. Se necesita mucho tiempo para alcanzar un estado de refinamiento o purificación en nuestras vidas interiores a través de los medios no violentos, y nunca puede ser medido por bienes materiales. Después de nuestra visita a los habitantes de estos pueblos, volvimos a nuestros respectivos hogares con el firme convencimiento de que las mujeres que conocimos inspirarán a otras muchas mujeres hacia el empoderamiento económico. Esto lleva a un empoderamiento cualitativo en las vidas de las mujeres, en el que ellas se sienten confiadas en la dignidad de ser ellas mismas, disfrutan del derecho de ser ellas mismas y no son únicamente triunfadoras en la generación y acumulación de simple riqueza material. Junto con este nuevo sentimiento de poder interior ellas renuncian a ser víctimas pasivas, y activamente crean y configuran su propio futuro.

Nota: Autonomous Development de Raff Carmen (Libros Zed 1996) ha sido una fuente muy útil para la preparación de este artículo.

Saswati Roy comenzó a trabajar con Swadhina como una estudiante voluntaria en 1987. Desde 1992 ha trabajado con el grupo a tiempo completo. Ella nació, se crió y vive en Calcuta Saswati es también la representante de la Sección de Swadina en el Consejo de la Internacional de Resistentes a la Guerra.

Traducido por Idoia Elortegui Bengoetxea

Andreas Speck está observando la ambigüedad de identidades colectivos en procesos de empoderamiento.

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