La militarización de las fronteras

Desde el 2015, varios países como Austria, Bulgaria, Estonia, Hungría, Kenia, Arabia Saudita, Túnez, Pakistán , Ecuador y el Reino Unido han anunciado - o ya empezado a - desarrollar nuevos muros fronterizos. Cuando el Muro de Berlín cayó en 1989, fue solo uno delos 15 muros fronterizos en todo el mundo. Hoy en día conocemos más de 70.
Se pueden fortificar y militarizar las fronteras por muchas razones, incluyendo la división de países como sucede, por ejemplo, en India, Pakistán y Bangladesh– “marcadores de una historia amarga del pasado, en la actualidad una existencia separada, diferenciada e independiente” (Samaddar, 2015) – y las zonas desmilitarizadas (léase fuertemente militarizadas), = DMZs, que separan las dos mitades de la isla de Chipre y de la península coreana. Esto son los resultados de tensiones en conflictos por los recursos naturales, como por el agua en el caso de Tayikistán, Kirguistán y Uzbekistán, y para controlar las poblaciones colonizadas. Un ejemplo es la frontera extremamente militarizada en los alrededores de Gaza que condena a “1.8 millones de palestinos a vivir en la acertadamente llamada “cárcel más grande del mundo” (Lambert, 2015).

Pero cada vez más, en un mundo donde han sido desplazadas forzadamente 65.6 millones de personas – la gran mayoría por conflictos – en 2016, según la Agencia de la ONU para los Refugiados, se está militarizando las fronteras para detener a los refugiados y a los inmigrantes. La Unión Europea (UE) ha adaptado una posición militarizada en respuesta a un inédito flujo de refugiados. Está echando la culpa a las personas que los transportan a través de las fronteras en lugar de examinar primeramente las razones por las cuales estos hacen el viaje. La frontera entre los EE.UU. y México existe en un estado “que es muy similar al de dos países en una situación tensiones armadas” (Ruiz Benedicto, 2015). Cerca de la frontera de Sudáfrica con Zimbabwe, se ha montado una “triple barrera de alambres de púas y vallas electrificadas” que “pueden ser programadas para aplicar choques que van de leves a mortales, la construcción sirve para impedir a los que quieren cruzar la frontera. No se ha utilizado tal equipo en ese país desde el periodo del apartheid" (Miller, 2014 ).

Se están militarizando fronteras en todo el mundo con vallas electrificadas y alambres de púas, con helicópteros y aviones teledirigidos, torres de vigilancia y sistemas de alta tecnología, incluyendo sensores, cámaras, radares de penetración de tierra y sondas de dióxido de carbono para vigilar grandes zonas. Se ha enviado personal militar y fuerzas especiales a las fronteras de Austria con la República Checa, a las de Sudáfrica y también conocemos reportes que confirman el uso de guardias privadas de seguridad en muchos países, desde Eslovenia hasta el Reino Unido.

Los actos de violencia cometidos contra refugiados e inmigrantes están aumentado constantemente, hay reportes que dicen que la Guardia Fronteriza de Hungría empleaba perros, aerosol de pimienta, pistolas paralizantes y porras contra personas que intentaban cruzar la frontera entre Hungría y Serbia. Estos casos son solamente un ejemplo entre muchos, reportes que el periódico Intercept ha recibido sobre incidentes no censurados de los años 2014 y 2015, que sugieren que hubo uso de armas de fuego por parte de las fuerzas policiales de Grecia y de otros países europeos “contra barcos llenos de refugiados” como parte de “las normas estándar de ataque para detener dichos buques en el mar” y que se ha llevado a la práctica con secuelas fatales. (Border Wars II, 2016 ).

El bloqueo intencional de las rutas más importantes de migración resulta en un forzar a tales personas hacia “regiones montañosas, hostiles y desérticas” en los EE.UU. (Ríos, 2015) y las obliga a “elegir, cada vez, rutas más peligrosas” en su viaje hacía Europa. El resultado es que el número de refugiados que murieron intentando alcanzar Europa en el 2016 fue más elevado que la cifra del 2015, a pesar de que el número total de refugiados que entraron al territorio Europeo ha bajado (Border Wars II, 2016 ).

Se ha comprobado que más de 60,000 inmigrantes murieron desde el año 2000, desde los principios del 2017 se han registrado más de 22.500 inmigrantes muertos o desaparecidos. Pero se estima aún que las cifras reales sean aún más altas. Desde octubre del 2013, por lo menos 15.000 inmigrantes murieron cruzando el Mar Mediterráneo, intentando alcanzar Europa (Organización Internacional para la Migración, 2017 ).

El enfoque civilizado con respecto a la vigilancia policiaca de las frontera, que una vez fue tan relevante en muchas partes del mundo, está transformándose en un enfoque militar. La Agencia Europea de Fronteras, Frontex, se ha convertido en la Agencia Europea de Fronteras y Guardacostas (EBCA) con “nuevas competencias centralizadas para dotarse de equipamiento e intervenir directamente en asuntos fronterizos de países (sin requerir autorización) disminuyendo ya la responsabilidad para la influencia de las actuaciones en las fronteras de los miembros de la UE” y la UE está cooperando con la OTAN, en “una alianza militar sin ninguna misión humanitaria”, para llevar a cabo operaciones empleando buques militares en el Mar Mediterráneo” (Border Wars II, 2016 ).

Actualmente, se están ampliando las fronteras más allá de las fronteras meramente físicas entre los países, incluyendo financiaciones canalizadas por el Norte global hacía naciones como Libia, Mauritania y Túnez en un esfuerzo de impedir a refugiados e inmigrantes entrar en la última etapa de su viaje. Los EE.UU. ofrece formación para guardias fronterizas en todo el mundo, con representantes de más de 100 países participando en el programa del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que entrena desde el año 2002. Los emisarios del CBP se refieren a las embajadas de los EE.UU. en países como Brasil, México, Kenia, Sudáfrica, Italia y Canadá (Miller, 2014 ).