En septiembre de 2019, el gobierno de Montenegro aprobó un decreto que se inauguraba un campo de entrenamiento de artillería en los pastizales de las tierras altas de Sinjajevina, una meseta bastante kárstica con laderas de hierba en su mayoría suaves hasta donde alcanza la vista en el norte de Montenegro y aunque el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Montenegro y el Ministerio de Turismo y Desarrollo Sostenible se opusieron inicialmente al uso militar del terreno, los altos cargos del gobierno parecen haber hecho su trabajo y los han silenciado. Si se consolida un campo de entrenamiento militar en la zona, sería muy perjudicial para la población local en términos de salud, economía, medios de vida y cultura. También tendría un enorme impacto sobre los animales de pastoreo, las plantas y animales silvestres, la apicultura, las corrientes de agua, la agroeconomía de los aldeanos y la ecología en general.

El 27 de septiembre de 2019 comenzó el primer entrenamiento militar internacional de la OTAN y las pruebas de armamento con importantes fuerzas aliadas de la OTAN de Estados Unidos, Italia, Austria y Eslovenia. Aunque la población local y sus animales de pastoreo seguían en la zona, no se les consultó realmente sobre este proyecto. Se llevó a cabo sin ninguna evaluación disponible públicamente sobre los impactos ambientales, sanitarios o económicos de las actividades militares en esta zona montañosa, que tiene tanto una rica biodiversidad como valores culturales. La Unión Europea no dijo nada sobre lo que estaba ocurriendo, a pesar de que Montenegro es un estado candidato y probablemente un día sea miembro de pleno derecho de la UE.

Sinjajevina es la mayor zona de pastoreo de la región de los Balcanes y una de las mayores del continente europeo, con un legado milenario de gestión pastoral sostenible y biológicamente enriquecedor de la tierra. Forma parte de la gran reserva de la biosfera de la UNESCO y limita con dos sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Hoy en día, más de 22.000 personas viven en las tierras bajas de Sinjajevina, y más de 250 familias de pastores utilizan sus pastos de las tierras altas y su sustento depende directamente de la tierra.

Cuando empezaron a correr los rumores sobre otro entrenamiento militar previsto desde mediados de octubre hasta principios de diciembre de 2020, un grupo de pastores, habitantes de la zona y de otras ciudades de todo el país, diferentes activistas medioambientales y grupos de derechos, empezaron a organizar una protesta. La construcción del campo de entrenamiento militar supondría la destrucción de una relación milenaria entre el ser humano y el medio ambiente, tanto materialmente como en términos de significado, y por tanto la destrucción de un sistema biocultural de valor único.

Los militares intensificaron las advertencias, y el 10 de octubre un comunicado oficial anunció que el lunes 19 de octubre comenzaría un ejercicio de entrenamiento militar en Sinjajevina. Esto empujó a los pastores locales a actuar en colaboración con activistas medioambientales y grupos defensores de derechos de todo Montenegro. Bajo el lema "Salvemos Sinjajevina", un grupo de 150 personas se desplazó a los pastos de Sinjajevina y estableció, el viernes 16 de octubre, un bloqueo comunitario, respaldado por un número creciente de actores internacionales que apoyaron la campaña. El grupo acabó montando un campamento permanente en Margita, una zona llana en el corazón del campo de entrenamiento militar, donde los manifestantes se prepararon para enfrentarse al cuerpo de soldados de la OTAN que había empezado a llegar a la vecina ciudad de Kolasin.

En un principio, el objetivo de los manifestantes era mantener su bloqueo hasta que se instalara un nuevo gobierno montenegrino, que ganó las elecciones nacionales del 30 de agosto y era más comprensivo con la situación de Sinjajevina. En principio, se esperaba que el nuevo gobierno se formara a principios de noviembre, pero finalmente no entró en funciones hasta el 2 de diciembre. Este retraso crítico desencadenó un juego del gato y el ratón de dos meses de duración entre pastores y militares, durante el cual la lucha por Sinjajevina fue noticia en todo Montenegro y en el extranjero.

Los diferentes grupos de defensores tuvieron que permanecer muy atentos a las incursiones militares en diferentes partes de Sinjajevina. El 18 de noviembre, varios grupos de defensores tomaron posiciones en las cimas de varias colinas alrededor de un campamento militar recién establecido, compuesto por unos 100 soldados. De este modo, los manifestantes, trabajando como escudos humanos, bloquearon cualquier bombardeo en este nuevo punto de los pastos a unos 3 km del campamento de protesta original en Margita.

El 19 de noviembre, un destacamento del ejército también se acercó a Okrugljak, el mayor katun (pequeños asentamientos de cabañas de montaña utilizados por familias de pastores) de Sinjajevina, con más de 15 hogares de pastores activos a 10 km de Margita. La población local pidió apoyo y, tras unas horas de observación por parte de los defensores, que volvieron a situarse lo más ampliamente posible sobre las colinas de la zona, el ejército se marchó, incapaz de encontrar las condiciones "adecuadas" para sus pruebas de armamento.

Paralelamente a las medidas de primera línea adoptadas por los defensores de Save Sinjajevina, los aliados de los pastores dieron a conocer su difícil situación en todo Montenegro y en todo el mundo a través de los medios de comunicación. Unas 100 organizaciones, bajo el liderazgo de Land Rights Now, ICCA Consortium, International Land Coalition, Common Lands Network y Rights & Resources, firmaron una declaración conjunta. También lanzaron una campaña para recoger firmas con el apoyo de Avaaz, y una petición de crowdfunding, para intentar contribuir a detener a los militares en su intento de ocupar los pastos.
 

Tras esta resistencia a nivel local y una campaña combinada a nivel nacional e internacional para apoyar la protección de los sistemas sociales y ecológicos de Sinjajevina, el nuevo Ministro de Defensa del gobierno recién elegido (que puso fin a 30 años de gobierno del Partido Democrático de los Socialistas), anunció que se revalorizaría el plan de un campo de entrenamiento militar en Sinjajevina. Los manifestantes podían volver a sus casas porque no iba a haber más entrenamientos militares en la zona ese invierno. Sin embargo, no ha habido ningún anuncio oficial que cancele la inauguración del polígono militar.

Un poco de historia

En junio de 2017, Montenegro abandonó la política de neutralidad militar y se incorporó oficialmente a la OTAN como Estado miembro, en un esfuerzo por alinearse con las potencias occidentales, reforzar sus vínculos con la Unión Europea y crecer hacia el oeste, al tiempo que intentaba marcar un corte más claro con su nación hermana, Serbia. Esta ruptura fue liderada por Milo Djukanovic, el eterno líder del país que aún hoy es presidente, tras 30 años en la cima del país desde el momento del fin de la Yugoslavia socialista. Djukanovic se afilió a la Liga Comunista Yugoslava (SKJ) -el único partido político permitido por la ley en el sistema político unipartidista yugoslavo de la época- en 1979. En 1986, era miembro de la presidencia de la Alianza de la Juventud Socialista, y es uno de los dos líderes postsocialistas europeos -junto con Lukasenko en Bielorrusia- que se mantienen en el poder desde la caída del muro de Berlín.

Djukanovic se puso en contra de Milošević en 1996, y también empezó a abandonar el tradicional vínculo étnico y cultural serbio-montenegrino, impulsando finalmente la independencia de Montenegro en un referéndum en 2006. Djukanovic tenía un plan bien pensado tanto para su país como para él mismo; después de 30 años sigue siendo el presidente del país, teniendo inmensas fortunas mientras el salario medio del país ronda los 500 euros al mes. A lo largo de sus varios mandatos y presidencias, Djukanovic se sumó con entusiasmo a la agenda neoliberal de Occidente y emprendió la privatización masiva de las empresas públicas del país. Ofreció condiciones fáciles de propiedad y compromiso a inversores y empresas extranjeras de las que él y sus aliados cercanos no dejaron de beneficiarse. El gobierno de Djukanovic se ha caracterizado por un alto grado de autocracia que ha dado lugar a acusaciones de lucro personal, lo que ha provocado una serie de protestas pacíficas en la última década. Además, un tribunal italiano acusó a Djukanovic de colaborar con la mafia, caso que tuvo que ser desestimado al adquirir inmunidad por su condición de jefe de Estado.

En este contexto, y tras siglos de hermandad con Serbia y una larga oposición a los bombardeos de la OTAN sobre la ex república yugoslava, la sociedad montenegrina se vio muy polarizada cuando el Partido Democrático de los Socialistas (DPS), liderado por Djukanovic, llevó al país a la Alianza de la OTAN, sin ni siquiera celebrar un referéndum. Luego, apenas un año después, en marzo de 2018 las primeras noticias no oficiales sobre los planes de un campo de entrenamiento militar llegaron a las comunidades locales de Sinjajevina y el 5 de septiembre de 2019, el Gobierno decretó unilateralmente la creación del campo de entrenamiento militar en Sinjajevina.

El impulso para la creación de un campo de entrenamiento en Sinjajevina no parece estar impulsado por el ejército de Montenegro, ni siquiera liderado por él mismo, ya que en pleno despliegue cuenta con menos de 2.400 soldados en activo y no parece tener necesidad de un campo militar de tal envergadura, especialmente cuando ya existen otros. El campo de entrenamiento se propuso inicialmente con un tamaño de 25.000 hectáreas, casi tres veces el tamaño de París, antes de ser reducido a 10.000 hectáreas, luego a 7.500 hectáreas, y después de nuevo a 10.000 hectáreas. Por desgracia, nadie conoce realmente su tamaño ni sus límites, ¡a pesar de que ya se ha inaugurado!

Parece muy plausible que la posición de Montenegro y Sinjajevina en el flanco sureste de Europa, en la misma frontera de las influencias rusas y occidentales, sea considerada estratégica por la OTAN, y quizás por la Unión Europea, de la que Montenegro aún no es miembro pero sí candidato, y que la sitúa en una posición que la hace más vulnerable a las presiones. No puede ser una coincidencia que justo un año después de ingresar en la OTAN, Montenegro decida desprenderse de su territorio, o que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, insistiera públicamente en que deben realizarse ejercicios militares en Montenegro y que si los miembros de la OTAN quieren seguir siéndolo deben aceptar la presencia de la OTAN y sus necesidades militares... lo que en conjunto hace pensar que la OTAN realmente quería este territorio, que es claramente de importancia geoestratégica para la OTAN.
 

Lo que puede pasar después

Dado que ahora hay un nuevo gobierno y una mayoría social y política en el país en contra de la idea de que los pastizales de Sinjajevina se conviertan en un terreno militar y se está produciendo una creciente contestación nacional e internacional, hay rumores de que el antiguo plan de crear un área protegida de arriba abajo en la región podría volver a ponerse en marcha.

En relación con esta posibilidad, el movimiento "Save Sinjajevina" considera que Sinjajevina no debería convertirse en un parque natural de arriba a abajo, restrictivo con los usos tradicionales. Por el contrario, debería ser una zona horizontal y cogobernada que promueva la actividad económica de sus poblaciones pastoriles que, a través de sus prácticas tradicionales de pastoreo, son los principales garantes de la construcción y conservación de estos ecosistemas y paisajes únicos. Sin pastores no hay pastos en estos contextos subalpinos. Cualquiera que conozca los pastos de la montaña mediterránea puede decir, y los ganaderos locales en primer lugar, que si el pastoreo cesa, en un plazo de 20 a 60 años empiezan a llegar los árboles y el bosque, y la rica y única biodiversidad pastoril allí desarrollada a lo largo de miles de años de coadaptación entre pastoreo y pastos desaparecería.

Así que para conservar esa naturaleza hay que conservar la forma en que la actividad humana ha estado en la zona durante milenios. Por ello, el movimiento Save Sinjajevina apoya la idea de crear lo que podríamos llamar un "área protegida comunitaria", un Área Protegida diseñada y gobernada con la plena participación de las comunidades locales. En Sinjajevina los seres humanos deberían estar activamente interconectados con el medio ambiente, en lugar de estar separados de él. El movimiento es crítico con el concepto de gestión de la vieja escuela, de arriba abajo, donde las instituciones estatales definen qué y cómo deben hacerse las cosas en el territorio y los ecosistemas que han sido gestionados por y para las comunidades locales durante milenios. Por lo tanto, las cosas deben moverse, a nivel local, nacional e internacional, o al menos una parte importante de la lucha, a favor de la concesión de un sistema en el que las comunidades locales participen activamente en la toma de decisiones y la gestión de Sinjajevina siguiendo los ejemplos de otros casos de éxito en la UE (ver el mismo tipo de ejemplos de los Dolomitas en Italia o en las Cevennes en Francia).

Cómo pueden apoyar

Para apoyar la campaña, las personas pueden

• firmar la petición internacional contra la creación del terreno militar en Sinjajevina y a favor de la creación de una zona conservada por la comunidad, en la página web de Land Rights Now (https://www.landrightsnow.org/get-involved/save-sinjajevina-now/)
• contribuir al crowdfunding internacional que se ha creado para ayudar a las y los activistas y a las comunidades locales a seguir organizándose para conceder protección a sus tierras y medios de vida en la página web de kukumiku (https://www.kukumiku.com/proyectos/save-sinjajevina/)
• visitar el sitio web del movimiento Save Sinjajevina en inglés en www.sinajevina.org, compartair esta noticia con personas y organizaciones interesadas en derechos humanos, las cuestiones relacionadas con el derecho a la tierra y la protección del medio ambiente, ya que necesitan toda la ayuda del mundo.