La militarización en Eritrea es extrema, con una reclusión indefinida en condiciones a menudo insoportables. A los objetores de conciencia los encarcelan. Muchos huyen del país si pueden, pero si llegan a Europa, no siempre se les da protección, y este mes, la Corte Europea de Derechos Humanos resolvió que el Gobierno suizo no incumple con la Convención Europea con la expulsión de un solicitante de asilo eritreo.