A finales de septiembre, los ciudadanos suizos participaron en un referéndum en el que se les preguntó si el Estado debía comprometerse a gastar 6.000 millones de francos suizos (6.490 millones de dólares) en una flota de nuevos aviones de combate. El plan de gastos fue aprobado por sólo 9.000 votos, es decir, el 50,1% de los tres millones de votantes que participaron.