El Fusil Roto
El colapso ecológico y la militarización desenfrenada son dos amenazas que vendrán a definir este período de la historia. Nunca el mundo ha estado tan fuertemente armado, y nunca nos hemos enfrentado al potencial de un cambio climático acelerado, la pérdida de biodiversidad y otras formas de colapso ecológico.
En este número de El Fusil Roto, exploramos cómo debe pensarse como íntimamente conectado estos dos problemas definitorios de nuestro tiempo, y por qué nuestros movimientos de paz y por la justicia ecológica deberíamos trabajar en conjunto para responder a estas crisis .
Destacando los vínculos entre el militarismo y la crisis climática, Chloé Meulewaeter explica el daño ambiental que ocasiona la existencia misma de los ejércitos, independientemente de la guerra o los tiempos de paz y discute nuestra necesidad de llevar “el tema militar” a los debates sobre la crisis ambiental. En otro artículo, Daniele Taurino del Movimento Nonviolento, explora el término 'desarme climático' enfatizando los vínculos entre la agenda antimilitarista del desarme y la campaña por la justicia climática.
Claire Duncanson y Carol Cohn de LIMPAL (WILPF en inglés) enfatizan los impactos de género de la crisis climática y la guerra, los cuales afectan a las mujeres de manera desproporcionada, y destacan nuestra necesidad de un enfoque feminista para contrarrestar la creciente militarización y la crisis climática.
También encontrarán una serie de artículos de activistas de base que se centran en los casos locales y regionales, informándonos sobre sus campañas inspiradoras.
Save Sinjajevina Association (SSA) presenta su campaña para detener los entrenamientos militares que se llevan a cabo en Sinjajevina, Montenegro. La SSA destaca el impacto dañino de las actividades militares en la fauna y flora silvestre, así como en la salud, la cultura y los medios de vida de la población local de la región.
En otro artículo, Ya'ara Peretz, miembro del Colectivo Gastivistas que hace campaña contra el Proyecto del Oleoducto del Mediterráneo Oriental (EastMed), explica cómo los intereses de los combustibles fósiles en el Mediterráneo Oriental aumentan la militarización en la región y por qué debemos resistirlo. Nuevamente desde la región, estamos volviendo a publicar una declaración conjunta de 64 organizaciones publicada originalmente en septiembre de 2020. La declaración, firmada por organizaciones de Chipre, Grecia y Turquía, pide el fin de las exploraciones de combustibles fósiles en el Mediterráneo oriental para detener una mayor militarización en la región. Las organizaciones piden a los estados que tomen medidas por la justicia climática en lugar de entrar en conflicto por las reservas de combustibles fósiles.
Jennifer Wickham, miembro del pueblo de Wet'suwet'en, explica la resistencia de su comunidad al oleoducto CGL en su territorio en el oeste de Canadá. En la entrevista realizada por un miembro de la oficina de la IRG, Jennifer explica la importancia de la tierra para la gente de Wet'suwet'en, las diferentes formas en que han estado resistiendo el oleoducto y la respuesta militarizada de las unidades policiales militarizadas de Canadá.
En su artículo, Manuela Niño Rodríguez y Daniel Santiago Forero Méndez explican cómo las industrias extractivistas en Colombia están impulsando la militarización y nos informan sobre la resistencia constante de las comunidades locales para proteger sus territorios. Angela Cuenca Sempertegui, del Colectivo CASA Bolivia, también destaca cómo el extractivismo está vinculado al militarismo, esta vez con un enfoque en el caso boliviano.
Y finalmente, Andrea (s) Speck explica una iniciativa civil internacional para responder a la actual crisis climática y ecológica: el Acuerdo de Glasgow. Speck describe el Acuerdo de Glasgow como “un 'compromiso climático de la gente' para tomar medidas decisivas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero” a la luz de la inacción de los gobiernos de todo el mundo.
Somos conscientes de que hay muchos otros temas en relación con la militarización y la crisis ambiental, y ejemplos de resistencia que no podríamos incluir en esta edición. Esperamos que este número de El Fusil Roto sea un buen comienzo para que pensemos, discutamos y actuemos sobre la justicia climática y ecológica como antimilitaristas. La crisis ecológica y la militarización de nuestras sociedades no pueden entenderse por separado, y nuestros movimientos deben trabajar juntos para responder a estas crisis interrelacionadas.
Mantente al día de nuestro activismo antimilitarista internacional.