Protestas en Lituania: Diciendo NO a las bases militares extranjeras en Bielorrusia

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Personas de pie en una plaza pública para una manifestación. Algunos llevan banderas, pancartas y carteles
Manifestación en Vilna, Lituania, contra las bases militares rusas en Bielorrusia. 23 de febrero de 2025.
Translated by
Natalia García (ES)

El 23 de febrero tuvo lugar una protesta en la plaza Kudirki de Vilna, organizada por organizaciones bielorrusas en el exilio, entre ellas Our House, afiliada a la IRG, junto con otras iniciativas. La manifestación reunió a unos 25-30 participantes que expresaron su firme oposición a la presencia de bases militares extranjeras rusas en Bielorrusia.

Esta protesta formaba parte del Día Mundial de Acción para el Cierre de Bases Militares Extranjeras, una iniciativa mundial coordinada por organizaciones antibelicistas como World Beyond War y otras. El acto pretendía concienciar sobre la creciente militarización de Bielorrusia y las consecuencias que conlleva, como amenazas a la soberanía del país, daños medioambientales y el agravamiento de la desigualdad social. Las y los manifestantes argumentaron que la presencia militar rusa en Bielorrusia agrava estos problemas, debilitando al país y a su población.


People standing in a public square holding signs that read "No to Russian Military bases in Belarus"

Las y los manifestantes destacaron cómo la presencia de bases militares extranjeras, especialmente rusas, contribuye a aumentar la inestabilidad en la región. Advirtieron que esta militarización aumenta las tensiones no sólo en Bielorrusia, sino en toda la comunidad internacional, con riesgos impredecibles para la seguridad, especialmente en el contexto de la actual guerra en Ucrania. La presencia militar extranjera en Bielorrusia también representa una amenaza directa a la soberanía del país. Los manifestantes argumentaron que limita la capacidad de Bielorrusia para configurar de forma independiente su política exterior e interior, poniendo en entredicho el derecho del país a la autodeterminación.

También se plantearon problemas medioambientales, ya que las bases militares suelen estar relacionadas con la contaminación del aire, la tierra y el agua, así como con el ruido excesivo. Estos problemas, según los manifestantes, son aún más preocupantes si se tienen en cuenta los actuales retos ecológicos mundiales. Por último, la protesta puso de manifiesto la injusticia social que suele acompañar al establecimiento de bases militares extranjeras. A menudo se trata a la población local como ciudadanos/nas de segunda clase, que sufren discriminación y marginación, lo que afianza aún más las desigualdades sociales y crea las condiciones para futuros conflictos.

La protesta de Vilna no fue sólo un llamado para poner fin a la presencia militar extranjera en Bielorrusia, sino también una exigencia de proteger la soberanía del país, el medio ambiente y los derechos de su población.

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