Lo que Estados Unidos puede aprender de las y los surcoreanos que detuvieron una toma de poder autoritaria

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Citizens blocking military vehicles advancing toward the National Assembly in Yeouido. (Wikimedia Commons)
Author(s)
Jungmin Choi
Translated by
Natalia García (ES)

Este artículo fue originalmente publicado en Waging Nonviolence.

Mientras Elon Musk y su equipo de DOGE están desmantelando agencias gubernamentales, muchos estadounidenses esperaban una respuesta contundente de los demócratas en el Congreso. En cambio, los líderes del partido ofrecieron declaraciones débiles y poca resistencia a que se les negara el acceso a las mismas agencias que deben supervisar.

Esta falta de urgencia en medio de lo que se está llamando un golpe administrativo alimentó una ola de llamados de indignación para “hacer más”. En su rabia en las redes sociales, muchos y muchas señalaron la acción decisiva tomada por políticos de otros países frente a la crisis. Por ejemplo, alguien en BlueSky señaló que "los políticos surcoreanos literalmente escalaban cercas para proteger su gobierno", mientras que "nuestros senadores están enviando tuits programados sobre el Super Bowl".

Corea del Sur es un ejemplo particularmente adecuado en este contexto. Después de todo, algo increíble sucedió allí hace dos meses, y podría ser justo el tipo de inspiración que las y los estadounidenses necesitan para frenar la peligrosa toma de poder de la administración Trump.

El 3 de diciembre, a las 10:23 p.m., el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol declaró inesperadamente la ley marcial en todo el país, citando la necesidad de eliminar elementos pro-norte coreanos y fuerzas anti-estatales. Luego estableció el comando de la ley marcial, movilizó tropas y despojó a los ciudadanos de sus derechos políticos y sociales fundamentales. Esto incluyó la prohibición de todas las actividades políticas de la Asamblea Nacional y los partidos políticos, control sobre todas las libertades de prensa y publicación, una prohibición de huelgas, desaceleraciones y asambleas, y la capacidad de arrestar y detener a cualquier persona sin procedimientos judiciales ni órdenes de arresto.

La última vez que se declaró la ley marcial en Corea del Sur fue en 1979, tras el asesinato del entonces presidente Park Chung-hee. Sin embargo, lo sucedido en diciembre se consideraría un autogolpe, donde un presidente en funciones toma acciones para adquirir o exigir mayor poder mientras está en el cargo, y ningún presidente surcoreano había hecho esto desde octubre de 1972.

La situación de la ley marcial terminó abruptamente cuando la Asamblea Nacional aprobó una resolución exigiendo su retirada el 4 de diciembre a la 1:01 a.m. En respuesta, las fuerzas de la ley marcial se retiraron gradualmente del edificio de la Asamblea Nacional. La Oficina Presidencial anunció el levantamiento de la ley marcial a las 4:26 a.m., y fue formalmente revocada mediante una resolución del consejo de ministros cuatro minutos después, terminando efectivamente todo el episodio en unas seis horas.

Posteriormente, se inició un movimiento nacional exigiendo tanto la renuncia del gobierno de Yoon Suk Yeol como una reforma social integral. El presidente Yoon está actualmente bajo detención e imputación, mientras enfrenta simultáneamente un proceso de destitución. Muchos altos funcionarios de la administración Yoon han renunciado o han sido destituidos.

1. Tomar medidas acordes con la amenaza y actuar rápidamente

La Constitución de Corea del Sur establece explícitamente que cuando la mayoría de la Asamblea Nacional solicita que se levante la ley marcial, el presidente debe cumplir con la solicitud. Después de que se declaró la ley marcial, activistas de la sociedad civil compartieron información sobre el bloqueo policial de la Asamblea Nacional y la posibilidad de que las y los parlamentarios fueran arrestados, haciendo un llamado para que las personas se reunieran en la Asamblea.

Cuando las y los activistas llegaron, comenzaron a transmitir en vivo la situación fuera de la Asamblea a través de las redes sociales. El líder de la oposición también inició una transmisión en vivo desde su automóvil mientras se dirigían a la Asamblea, apelando a sus seguidores para que se reunieran. Más de 16,000 personas se reunieron fuera de la Asamblea esa noche. Llegaron antes que los vehículos blindados y los helicópteros de las fuerzas de la ley marcial, ayudando a las y los parlamentarios a escalar los muros del edificio bloqueado de la Asamblea. Quienes llegaron en taxi informaron que los conductores no aceptaban el pago.

Ciudadanos mayores afirmaron que vinieron pensando que ya habían vivido lo suficiente, y que deberían recibir las balas en lugar de los jóvenes si el ejército abria fuego. Jóvenes informaron que se pusieron frente a los tanques con las manos desnudas, pensando que no dispararían realmente. Se enfrentaron a los vehículos blindados y autobuses que transportaban a las tropas de la ley marcial con nada más que sus cuerpos, mientras grababan y transmitían imágenes en tiempo real a través de las redes sociales. La mayoría de ciudadanos que corrieron hacia la Asamblea no tenían conocimiento de la acción directa noviolenta ni de formación en noviolencia, pero instintivamente comprendieron lo que era más crucial.

Las y los parlamentarios no fueron los únicos que escalaron los muros de la Asamblea esa noche. Las y los asistentes parlamentarios y el personal también treparon con la ayuda de ciudadanos. Mientras otras y otros fuera rodeaban y bloqueaban los tanques, vehículos blindados y autobuses, helicópteros aterrizaban dentro de los terrenos de la Asamblea. Asistentes parlamentarios defendieron el edificio principal de la Asamblea, construyendo barricadas con muebles en las entradas y usando extintores de incendios para repeler a las fuerzas de la ley marcial que rompieron las ventanas. El personal de la Asamblea priorizó la protección del generador, ya que la votación parlamentaria moderna requiere electricidad.

Finalmente, las tropas de la ley marcial no lograron ocupar la cámara principal del parlamento debido a la resistencia presentada por las y los ciudadanos, el personal de seguridad parlamentario y el personal legislativo, incluyendo asistentes de las y los parlamentarios.

2. Fomentar deserciones de las fuerzas de seguridad

Un testimonio común de las y los ciudadanos que confrontaron a las fuerzas de la ley marcial esa noche fue su resistencia abierta o sutil al intento de golpe. No ingresaron por la fuerza a la Asamblea Nacional al repeler activamente a las personas reunidas frente al parlamento, ni sacaron a la fuerza a las y los asistentes que resistían dentro del edificio de la Asamblea. Cuando se les ordenó incautar los servidores de la Comisión Nacional Electoral, se demoraron comiendo fideos instantáneos en una tienda cercana. Y cuando se ejecutó la orden de arresto del presidente, los oficiales del Servicio de Seguridad Presidencial tomaron licencias o permanecieron en áreas de espera, desobedeciendo las órdenes del jefe del Servicio de Seguridad, lo que llevó al arresto del presidente.

Existen varias razones por las cuales actuaron de esta manera. En parte, esto se debió a la preparación secreta y ejecución del golpe por parte del mando militar. Se reportó que las tropas de la ley marcial no conocían su destino hasta momentos antes de abordar los helicópteros militares, y ninguno recibió una orientación adecuada. La nueva generación de personal militar, formada después de que la democracia procedural comenzara a afianzarse, también posee una mayor conciencia cívica que sus predecesores. Fueron capaces de evaluar de manera independiente que la situación no justificaba la ley marcial, y por lo tanto, habrían sido menos receptivos a las órdenes de movilizar fuerzas para estabilizar el orden social bajo tales circunstancias.

Las y los ciudadanos comunes también alentaron activamente los soldados a desertar o a no seguir órdenes ilegales. Hasta que la Asamblea aprobó la terminación de la ley marcial, las organizaciones de la sociedad civil emitieron repetidas declaraciones pidiendo desobediencia a las fuerzas de la ley marcial. Las y los ciudadanos fuera de la Asamblea bloquearon físicamente a las tropas de la ley marcial que intentaban ingresar, apelando con lágrimas en los ojos por desobedecer, rogando que se detuvieran. Se les instó a no cometer crímenes contra el pueblo siguiendo órdenes ilegales. Algunos ciudadanos eran ex veteranos de fuerzas especiales, y apelaron por moderación al enfatizar su origen común en la unidad. Incluso un grupo de abogados distribuyó plantillas al Servicio de Seguridad para que justificaran la negativa a cumplir con órdenes injustas.

3. Cuidado con la próxima ley marcial

Aunque la Asamblea Nacional aprobó una resolución exigiendo el levantamiento de la ley marcial, pasaron aproximadamente cuatro horas hasta que el presidente finalmente la levantó. Durante este tiempo, las personas mantuvieron su posición frente a la Asamblea Nacional, preparándose para la posibilidad de que el presidente rechazara la demanda de la Asamblea. Según una investigación gubernamental posterior, el presidente Yoon supuestamente emitió directrices para "entrar por la fuerza en la cámara principal de la Asamblea Nacional, incluyendo el uso de armas de fuego si fuera necesario, para expulsar a los miembros". Además, se reveló que instruyó a los militares a "continuar con la operación independientemente de que la ley marcial fuera levantada, ya que podría ser declarada dos o tres veces más si fuera necesario".

Aunque el primer intento de golpe fracasó después de seis horas, los ciudadanos continuaron preocupados por la posibilidad de que las fuerzas del golpe siguieran ocupando puestos clave en el gobierno. Tan pronto como amaneció el 4 de diciembre, las organizaciones de la sociedad civil en todo el país comenzaron a emitir declaraciones y a realizar conferencias de prensa durante todo el día, exigiendo la detención, renuncia y juicio político del presidente.

El partido opositor anunció su intención de presentar denuncias penales contra el presidente y el ministro de Defensa por insurrección y de perseguir el juicio político. El secretario general de la Asamblea Nacional adoptó medidas que prohibían completamente la entrada del personal del Ministerio de Defensa y de oficiales de policía al edificio de la Asamblea. Muchos miembros del parlamento de la oposición, incluido el presidente de la Asamblea, permanecieron dentro del edificio parlamentario durante aproximadamente una semana en lugar de regresar a sus hogares o residencias oficiales, preparándose para contingencias, como un posible secuestro.

Las organizaciones de la sociedad civil realizaron protestas masivas diarias frente a la Asamblea Nacional para proteger a los parlamentarios mientras presionaban simultáneamente a la Asamblea para que aprobara rápidamente la moción de juicio político presidencial. El 14 de diciembre, cuando la Asamblea Nacional aprobó la moción de juicio político, más de un millón de personas participaron en la manifestación masiva. Se desplazaron desde la Asamblea Nacional hacia las inmediaciones de la residencia presidencial y la Corte Constitucional, continuando con las demandas de detención del presidente y presionando a la Corte Constitucional para que acelerara sus deliberaciones sobre el juicio político.

4. Crear formas festivas y diversas de resistencia

A medida que continuaron las manifestaciones a gran escala frente a la Asamblea Nacional, organizar las multitudes se convirtió en la principal prioridad. En particular, los palos de luz emergieron como un nuevo símbolo de la protesta masiva, reemplazando la tradicional luz de las velas. Mientras que la luz de las velas mantiene una atmósfera algo solemne, los palos de luz en las protestas crearon una atmósfera que recordaba a los conciertos de K-pop, donde a menudo los fanáticos los usan para animar a sus ídolos favoritos. Estos crearon una notable sinergia en las protestas cuando se combinaban con canciones populares que se cantaban como cantos de protesta. (Cuando el accidente de Jeju Air causó 179 muertes a finales de diciembre, los palos de luz fueron reemplazados temporalmente por velas como un gesto de duelo).

Esto jugó un papel crucial en atraer a las generaciones más jóvenes, que componen la base de fanáticos de los ídolos del K-pop, a las manifestaciones. Otra característica destacada de las protestas masivas en Corea del Sur —el compartir de comida— evolucionó significativamente, con los y las participantes pagando por adelantado decenas o cientos de tazas de café, bebidas, varios bocadillos y comidas en cafés y restaurantes cercanos, o enviando camiones de café y bocadillos a los sitios de protesta. Las manifestaciones básicamente se estructuraron como festivales, con varios músicos y artistas participando. Los discursos se limitaban a dos minutos cada uno, con sesiones de libre expresión previamente registradas, asegurando que los y las participantes tuvieran la oportunidad de compartir sus perspectivas con la multitud.

Muchos otros grupos participaron. Los sindicatos de trabajadores metalúrgicos, ferroviarios y de transporte hicieron huelga y celebraron manifestaciones en las oficinas locales del partido gobernante y las oficinas de parlamentarios que se negaron a cooperar con la moción de juicio político. Los profesores de historia crearon y distribuyeron materiales educativos como recursos de enseñanza. La presentación de PowerPoint de 34 páginas distribuida en línea estaba estructurada en cuatro secciones: la naturaleza de la ley marcial, casos históricos de ley marcial en Corea del Sur, aspectos problemáticos de la declaración de la ley marcial del 3 de diciembre y la creación de lemas para protestas y acciones colectivas. Estaba diseñada para una implementación inmediata en las aulas. La Confederación Coreana de Sindicatos desarrolló un sitio web que facilitaba el envío masivo de mensajes de texto a parlamentarios anti-juicio político, haciendo que sus teléfonos móviles fueran inutilizables debido al volumen abrumador de mensajes entrantes.

Tras el fracaso de este intento de autogolpe de seis horas, las organizaciones sociales surcoreanas inicialmente concentraron sus esfuerzos en buscar el juicio político del presidente a través de la Asamblea Nacional, seguidos de demandas por el arresto del presidente. Actualmente, están llevando a cabo una campaña para que el Tribunal Constitucional emita un veredicto final sobre el despido del presidente. Para ello, el 11 de diciembre se estableció una organización paraguas llamada Acción de Emergencia por la Salida de Yoon y Reformas Sociales, formada por unas 1,550 organizaciones de la sociedad civil.

Los movimientos sociales surcoreanos, basándose en su experiencia de haber logrado destituir al presidente Park Geun-hye hace solo ocho años, compartieron la evaluación de que su logro anterior se limitó a simplemente cambiar el poder político de los conservadores a los liberales. Por lo tanto, esta nueva organización paraguas estableció sus objetivos más allá de la renuncia inmediata del presidente. Su objetivo es establecer la Séptima República de Corea, que lograría reformas sociales integrales a través del discurso público.

Para lograr esto, la Acción de Emergencia está llevando a cabo manifestaciones masivas los fines de semana frente al Tribunal Constitucional mientras opera simultáneamente 11 subcomités compuestos por organizaciones miembros para diseñar visiones para la reforma social, desarrollar propuestas de reforma a través de procesos deliberativos y recopilar opiniones públicas a través de discusiones.

Vale la pena señalar el papel del partido de oposición durante el intento de autogolpe. Los miembros del parlamento que tenían antecedentes en el ejército y en el Servicio Nacional de Inteligencia, y que previamente se consideraban conservadores dentro del partido de oposición, desempeñaron un papel crucial. Estos miembros tenían un acceso más fácil a información interna gracias a sus redes existentes. Habían observado cuidadosamente el nombramiento generalizado de los asociados privados del presidente a puestos clave en el ejército y en el poder ejecutivo desde el otoño de 2024, interpretando estos movimientos como preparativos para declarar la ley marcial.

Sus capacidades de inteligencia permitieron a la oposición prepararse para la posibilidad de la ley marcial. En septiembre, ya habían propuesto enmiendas para fortalecer los requisitos para declarar la ley marcial. Además, legisladores de la oposición ya habían acordado reunirse en la Asamblea Nacional si era necesario, lo que les permitió actuar rápidamente el día que se declaró la ley marcial y aprobar una resolución para levantarla.

En Corea del Sur, la prevención de un autogolpe —que podría haber tenido éxito fácilmente dada la movilización de las fuerzas de ley marcial— se logró a través de una acción rápida basada en identificar métodos para levantar la ley marcial dentro del sistema existente. Si el golpe hubiera tenido éxito ese día, revertir la situación dictatorial posterior habría sido mucho más difícil.

Los peligros del momento aún son reales. Desde el arresto del presidente el 26 de enero, la situación se ha vuelto más compleja con signos de movilización de la extrema derecha. Corea del Sur ha entrado en una lucha prolongada para fortalecer su democracia imperfecta, pero su ejemplo debería proporcionar inspiración a todos y todas, incluidas las personas en Estados Unidos, incluso mientras los y las surcoreanas trabajan para defender y expandir su reciente victoria.

Información del autor

Jungmin Choi es una activista de World Without War, una organización surcoreana antimilitarista con sede en Seúl que apoya a objetores de conciencia y toma acción contra el comercio de armas.

 

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