Declaración comité ejecutivo de la IRG: Sobre el alto al fuego entre Israel y Hamás

Con la entrada en vigor de un alto el fuego entre Israel y Hamas, sólo podemos empezar a imaginar el alivio de todas y todos aquellos que ayer estaban siendo bombardeados, pero que hoy no lo están siendo.
Todas las guerras son crímenes contra la humanidad. Los últimos quince meses de guerra implacable y genocida lo han demostrado sin lugar a dudas. Desde que el ejército israelí tomó represalias contra el brutal ataque de Hamás en octubre de 2023 matando a 1.200 personas, al menos 46.000 personas de Gaza -el 2% de la población- han sido asesinadas. Algunas estimaciones sitúan la cifra más cerca de los 70.000. Nueve de cada diez casas han sido destruidas o dañadas, y el 90% de la población ha sido desplazada. Se cree que la destrucción ha producido más de 40 millones de toneladas de escombros.
La guerra ha supuesto una pesada carga para las poblaciones palestina e israelí: no va a ser fácil encontrar un camino hacia la paz tras periodos tan largos de violencia. Las necesidades inmediatas incluyen el retorno y la rehabilitación de los rehenes de ambos bandos, y el suministro de suficiente ayuda humanitaria básica a la población de Gaza, seguido de la reconstrucción de las infraestructuras: suministro de agua, hospitales, escuelas y viviendas. Por encima de todo, hay que investigar los crímenes de guerra, garantizar la seguridad de todas las personas, desarrollar una sociedad justa, buscar una solución política y abordar, remediar y reconciliar el dolor, la ira y el odio.
Para que estas tareas tengan éxito es necesario que se ponga fin a la violencia de forma permanente: el actual alto el fuego, si se respeta, es un primer paso en esta dirección, pero ahora las hostilidades deben cesar definitivamente. Una paz sostenible sólo se encontrará cuando también haya cesado la violencia estructural inherente al régimen actual en Palestina/Israel. La paz sólo será posible cuando se reconozcan plenamente los derechos de todas y todos.
Como resistentes a la guerra, sabemos que los largos ecos de la guerra seguirán escuchándose durante muchos años. Nos comprometemos a no mirar hacia otro lado y a mantener nuestro apoyo a quienes luchan sin violencia por una paz justa y duradera. Nos comprometemos a apoyar a quienes pretenden rectificar las injusticias, mediante medidas de justicia transicional, el sistema judicial y el derecho internacional. Nos comprometemos a apoyar los esfuerzos no violentos para transformar las sociedades, la campaña por el derecho a la objeción de conciencia y a todos y todas aquellas que se rehusan a matar.
Como comité ejecutivo de la IRG hacemos un llamado al Estado israelí y a las estructuras de gobierno palestinas, así como a la comunidad internacional, para que encuentren urgentemente una solución permanente a las hostilidades y empiecen a construir el futuro justo y no violento que es tan necesario.
Mantente al día de nuestro activismo antimilitarista internacional.
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