En lo que supone la primera victoria importante del movimiento global BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) en el campo de la responsabilidad corporativa y la coherencia ética, se ha anunciado que Veolia abandonará el proyecto de ferrocarril ligero de Jerusalén, un proyecto ilegal que tiene como objetivo conectar los asentamientos israelíes construidos en el territorio palestino ocupado con la ciudad de Jerusalén.