gender and militarism

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“La imagen de la masculinidad... los hombres modelo que van a la guerra, que compiten.”

– Jorge Vélez, Colombia

“Por ejemplo, el Ministerio de la Mujer fue creado en 2006 y desde entonces uno de los principales objetivos que la Ministra de la Mujer ha propuesto es el de proveer a la milicia con dos millones de mujeres . Ya ha puesto en marcha la primera etapa en la cual prometió 150.000.”

– Rafael Uzcátegui, Venezuela

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De los treinta y dos países encuestados, sólo existe un intento activo de reclutar a gente LGBT en cuatro. Ocho países no permiten en absoluto que la gente LGBT se aliste, aunque de todos ellos, sólo en Kenia la homosexualidad es ilegal. En Turquía los hombres pueden estar exentos del servicio militar si pueden “demostrar” (con fotos o secuencias de video de ellos practicando sexo con hombres) que son homosexuales. Pero en la mayoría de los países, la sexualidad simplemente no forma parte del criterio de reclutamiento.

En la sociedad turca, dominada como está por una espiral de "masculinidad" y "servicio militar", el sexismo y la homofobia están siempre presentes. Las instituciones militaristas humillan y etiquetan a los homosexuales, los tratan de malos modos y les hacen la vida imposible, sobre todo cuando están cumpliendo el servicio militar. En primer lugar, el ejército se presenta como un regalo del que no se puede disfrutar si uno es gay.

Esta mañana he leído un artículo titulado "Los jóvenes LGBT de Corea del Sur se ponen en marcha", que venía en el diario surcoreano Hankyoreh. El reportaje trataba sobre una pareja de estudiantes de secundaria lesbianas que salen juntas desde hace casi 100 días (todo un récord para una relación surcoreana). El periodista escribía sobre cómo se quieren y las dificultades y discriminación a la que se enfrentan por ser de una minoría sexual. Como de costumbre, algunas personas respondieron al artículo en Internet con comentarios llenos de odio y completamente injustificados.

Corea del Sur es un país conservador, con fuertes tradiciones patriarcales y heteronormativas, donde los homosexuales y objetores de conciencia tienen dificultades para encajar. Especialmente debido a que el ejército de Corea del Sur mantiene un sistema de conscripción, lo militar influye fuertemente en la forma en que se configura la identidad de género de los hombres coreanos.

Salen del closet

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“En tiempos de golpe de estado parlamentario afloran los machos de florero, todo se vuelve heroico y varonil; entre golpeados y golpeadores, nadie quiere ser el marica de la historia, todxs somos hombres según lo que se impone como conflicto oficial. Mucha bandera, mucho himno, mucho grito y mucha orden, todo muy marcial. Por suerte la resistencia es rara y se resiste a tan hierática masculinidad y militarismo, de derechas a izquierdas, y prefiere el humor, el abandono, la risa, el descuido, la no colaboración, el dar el culo antes que dar por culo, la cosquilla y el desarme.

1. El militarismo no es sólo una guerra, un ejército o un avión de combate. El militarismo es un sistema, una lógica y un conjunto de normas que perpetúa y recrea nuestras sociedades y nuestras vidas diarias. El análisis queer del poder es una herramienta política que nos puede ayudar a desafiar estas normas. La liberación queer no trata de la igualdad dentro de un sistema patriarcal y militarista, sino que trata de ir más allá de la política de inclusión y crear unas sociedades futuras justas que no se dediquen simplemente a recrear sistemas de poder con distintos nombres.

La Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG), la red internacional de organizaciones pacifistas con más de 80 afiliadas en más de 40 países, exige que se ponga fin al acoso al que se está sometiendo a nuestra afiliada Gays y Lesbianas de Zimbabwe (GALZ) y a las agresiones físicas contra miembros de GALZ. Además, la IRG condena enérgicamente la violación de derechos humanos fundamentales de los miembros de GALZ, como el derecho a la libre asociación, el derecho a no ser arrestado arbitrariamente, ni torturado ni tratado de forma degradante.

Ayer, 1.° de marzo, tres mujeres pintaron los vidrios de la oficina de reclutamiento del Ejército en Glasgow en protesta contra la propaganda deshonesta que se usa para convencer a los jóvenes de unirse a él.

A las 8 de la mañana, Barbara Dowling y Leonna O’Neill pintaron en letras grandes y coloridas “NO SE UNAN. NO CREAN LOS FALSOS ANUNCIOS”, ¿ARMAS, BOMBAS, TANQUES? NO, GRACIAS” y “NO A LA GUERRA” en los vidrios de la oficina de Queen Street. Mary Millington repartió folletos donde se c

ontaba la historia de un joven que se unió al ejército para enorgullecer a su mamá y que terminó seriamente herido en Afganistán.

Editada por Ellen Elster y Majken Jul Sørensen
Prefacio de Cynthia Enloe
Traducción de michelle renyé

Publicada por la Internacional de Resistentes a la Guerra (WRI-IRG)
Julio de 2011
ISBN 978-0-903517-24-9

CONTENIDO Nota de la traductora Prefacio del Editor Cynthia Enloe: Prefacio
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