Condiciones y requisitos básicos para la desobediencia civil en masa

Artículo en El Fusil Roto No 69, febrero 2006, en la edición especial para la 2006 conferencia internacional Globalizando la Noviolencia.

Jochen Stay

Jochen Stay participó durante los años 80 en campañas de desobediencia civil contra la presencia de mísiles Pershing II en Alemania y después, en los años 90 y hasta el día de hoy, en campañas contra el transporte de residuos nucleares a Gorleben. Reflexiona aquí sobre sus experiencias con la desobediencia civil en masa. Dada la situación política mundial, es del todo evidente que también hoy se precisa con urgencia de una intervención osada, pero él se pregunta: ¿Siguen siendo las acciones noviolentas de desobediencia civil, con la participación de miles de personas, un instrumento eficaz para el movimiento por la paz actual?

Los numerosos intentos fallidos han puesto de manifiesto que no todas las cuestiones, ni todas las situaciones políticas o iniciativas de acciones consiguen incitar a miles de personas a la desobediencia civil. Para que funcione, se deben cumplir una serie de condiciones básicas. Voy a enumerar diez puntos que se han podido observar tanto en la campaña de Mutlangen como en la de "X-tausendmal quer", sin pretender en absoluto ofrecer una receta para el éxito.

  1. Se trata de una cuestión que es percibida como una amenaza concreta por mucha gente. Un factor esencial es que las personas se sientan directamente afectadas por ella.
  2. Se trata de una cuestión que mucha gente percibe como sometida a intereses partidistas y no a la voluntad de la población.
  3. De una cuestión conflictiva de gran complejidad se puede extraer una parte que es de rabiosa actualidad, llamativa y cargada de simbología, con la que se puede estructurar un conflicto que representa al todo, pars pro toto, la parte por el todo.
  4. Se puede vincular el conflicto a un lugar concreto ?Mutlangen, Gorleben?, con lo que el propio lugar cobra un significado altamente simbólico y la gente se identifica con él.
  5. La campaña cobra impulso a través de una visión social que trasciende el objetivo político inmediato y que se refleja en el trato con los demás, en la vida interna de la campaña. Menciono aquí tan sólo los principios democráticos básicos: modelo de consenso, grupos de apoyo y consejo portavoz interno.
  6. La campaña de desobediencia civil es gestionada por un núcleo de activistas que dedican todo su empeño y prácticamente todo su tiempo a lo largo de años a la realización de su visión.
  7. Se opta por una forma de desobediencia civil cuyas consecuencias no traigan repercusiones excesivas ni insuficientes. La disposición a infringir moderadamente las reglas y a asumir las consecuencias de la atención pública hace que muchos se atrevan a correr este riesgo, pues las consecuencias jurídicas y físicas son calculables.
  8. Las acciones se basan en una combinación de obstaculización efectiva y ritual. Los rituales no me parecen nada negativo siempre que estén llenos de vida.
  9. La movilización de cara a las acciones presenta un alto grado de compromiso e implicación personal.
  10. Los y las activistas tienen la posibilidad de prepararse a fondo. Se dedica mucho esfuerzo a conseguir unas condiciones de organización óptimas, con el fin de que la o las personas que van a llevar a cabo la acción de obstaculización puedan concentrarse exclusivamente en ello.

Hasta aquí algunas generalidades. Sin embargo, existen también diferencias, factores que han cambiado desde entonces. Voy a mencionar también algunos de ellos:

  • El uso de la desobediencia civil se ha hecho más funcional, a mi modo de ver. En Mutlangen se debatieron largo y tendido los argumentos que legitiman la negativa a obedecer en el marco de la carrera armamentística nuclear, por lo que la desobediencia civil es percibida por muchos como la forma de acción más obvia para atraer la atención pública en un grado muy superior al de las manifestaciones habituales. La desobediencia civil resulta también muy atractiva porque le permite a uno convertirse físicamente en el grano de arena que atasca el mecanismo.
  • "X-tausendmal quer" no suele trabajar con grupos ya existentes que se desplacen juntos. Aún existen algunos y constituyen un núcleo importante de la acción. Sin embargo, la mayoría de ?bloqueadores? se desplazan solos o en pequeños grupos y forman los grupos de apoyo in situ. Por ello hacen falta uno o días de preparación justo antes de la acción, para poder coordinar bien a todos los que se acaban de encontrar. Pero incluso así, este grupo mayor no deja de ser un núcleo ampliado. La mayoría de activistas se unen a la acción de un modo espontáneo y sin ningún tipo de preparación previa, por lo que la acción se debe organizar de un modo que permita esto.
  • Las acciones se han vuelto un poco más "militares". Dado que la policía intenta impedir las grandes concentraciones con enormes despliegues de seguridad, con el fin de anticiparse a la acción, llegar hasta el lugar de la misma se ha convertido en la parte más difícil. Quien haya participado en una acción de "X-tausendmal quer", en la que miles de personas, casi en formación de marcha, avanzan por los campos y prados a lo largo del trayecto de transporte y hacia la barrera policial de seguridad, no puede sino evocar las imágenes de las guerras napoleónicas. La diferencia sólo se hace aparente cuando poco antes de la barrera policial nos abrimos en abanico y la cruzamos con calma pero con resolución.
  • Lo que también ha cambiado es la percepción del éxito de las acciones. Si bien en los años 80 los objetivos también se situaban muy alto, los "bloqueadores" tenían claro que mediante su acción no iban a conseguir el desarme inmediato. Hoy muchos son más exigentes y buscan los resultados a corto plazo.

El presente es un extracto de una ponencia más extensa que Jochen Stay presentó en el congreso "Con energía renovada por la paz", el 7 de diciembre de 2002 en Schwäbisch Gmünd. La ponencia se publicó en la revista "gewaltfreie aktion", nº 138/139, 1º/2º Trimestre 2004.

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