Negociando la situación de ser uno más o ser un intruso como educador de solidaridad en el movimiento de la libertad de Papúa Occidental

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Alex Rayfield

En un artículo reciente (Rayfield y Morello 2012) un colega, Rennie Morello, y yo luchamos contra nuestras identidades de ser un intruso/o ser uno más cuando moderábamos un entrenamiento de noviolencia y educación con y para activistas de Papúa Occidental que anhelan la libertad. Escribimos lo siguiente:

En cierto sentido puede ser que nos hayamos identificado una vez como intrusos al movimiento ofreciendo apoyo “en solidaridad”. Pero con el tiempo el movimiento nos ha causado problemas y a nuestras identidades de intruso/uno más. Trabajamos en solidaridad con activistas de Papúa en su lucha por la autodeterminación, pero no somos de Papúa. Por ello somos intrusos culturales. Lo que es más importante, mientras que intentamos compartir los riesgos y los costes de trabajar por la paz y la justicia en Papúa Occidental, nunca pagaremos el mismo precio que los activistas de Papúa. Por esto somos intrusos políticos. En relación a esto está nuestro compromiso con la no-intervención – son los activistas papúes los que deben determinar por sí mismos la dirección estratégica y las decisiones tácticas del movimiento. En este aspecto somos intrusos en el movimiento.

Pero ésta no es la historia al completo. Tenemos una responsabilidad moral y política de apoyar las aspiraciones papúes por la autodeterminación. El gobierno, las empresas y los ciudadanos de nuestro propio país ayudan a mantener la ocupación y se benefician política y económicamente de ella. Por ello tenemos la responsabilidad de cambiar esta situación. En este caso somos uno más en el movimiento.

Rennie es medio siciliano medio australiano con ascendencia de Conualles y maorí, mientras que yo (Alex) soy australiano blanco-caucásico descendiente de ingleses, escoceses y polacos. Nacimos en el mundo privilegiado y vivimos en el norte desarrollado. En 2011 se nos unió otro “intruso”, un educador activista y académico de los EEUU. El equipo de moderadores incluye a varios educadores de Papúa Occidental – papúes viviendo en la diáspora, en Papúa Occidental o en Indonesia así como papúes de Papúa Nueva Guinea. Nuestro deseo es maximizar la eficacia de los activistas papúes mediante el fomento del crecimiento de una red de moderadores del movimiento autosuficiente y liderada por papúes. Conseguimos esto proporcionando un entrenamiento y educación a petición de los activistas papúes sobre los temas de resistencia civil, estrategia, creación de movimientos, resistencia ante la represión, comunicación de campañas y la formación de educadores. Estamos comprometidos con el objetivo de la libertad (en su sentido más amplio) para Papúa Occidental – una nación melanesia en espera, ocupada por el ejército indonesio.

Existen tensiones inherentes al proporcionar solidaridad a una lucha por la autodeterminación liderada por indígenas a veces/siempre como un “intruso” que no es indígena. Digo “a veces/siempre” porque aunque a veces se me considera “uno más” nunca puedo negar por completo mi estatus de “intruso”. Cuando hablo de educación activista quiero decir “educación impartida por y con activistas, que está interesada en el proceso de introducir cambios y utiliza la educación para crear un cambio social orientado hacia la justicia” (La Rocca y Whelan 2005). Hay cuatro cosas que han transformado nuestra educación activista en “educación de solidaridad”:

  • Nuestras relaciones incrustadas en el movimiento. De algún modo nos hemos convertido en parte del movimiento con el que trabajamos. Al igual que los activistas papúes con los que colaboramos, estamos extremadamente interesados en la descolonización y la autodeterminación, al igual que los colegas indígenas con los que trabajamos.
  • La compleja y cambiante relación entre ser uno más/ser intruso invoca la calidad de la solidaridad para el proyecto de educación activista que llevamos a cabo. Como moderadores no papúes, nunca perdemos nuestro estatus de intrusos o el rango y el privilegio que nos protege y nos permite hacer la labor que realizamos. Al mismo tiempo nos comprometemos a compartir los riesgos y los costes de este trabajo en solidaridad con nuestros colegas papúes.
  • El deseo de asegurarnos de que nuestra labor de educación y nuestra formación ayuda a los activistas papúes a conseguir cambios sociales como ellos los definen, y tomar acción en nuestros propios países para cambiar la manera en que nuestros países ayudan a mantener la ocupación.
  • Un enfoque en la construcción de capacidades estratégicas del movimiento de libertad de Papúa Occidental fortaleciendo la habilidad de los diversos grupos políticos y culturales del país para trabajar conjunta y eficazmente, aumentando el acceso a los conocimientos relevantes y cultivando un compromiso con el aprendizaje permanente y la reflexión.

La negociación de la situación de ser uno más o ser un intruso es complicada. En este viaje de la educación solidaria cuento con la ayuda de cinco principios clave: la autodeterminación, la responsabilidad, la acción noviolenta, la imparcialidad y la no-intervención. Dichos principios ayudan en la navegación para negociar la difícil situación de ser uno más o ser un intruso dentro del movimiento de libertad de Papúa Occidental.

La autodeterminación:En el caso específico de la lucha de Papúa Occidental por la libertad, es importante que los “intrusos” como yo reconozcamos continuamente que los papúes ya están tomando la iniciativa con respecto a introducir un cambio. En la labor de educación de solidaridad mis colegas y yo consideramos que la autodeterminación existe como un ideal, un proceso y un resultado. Es la raíz de todos los demás derechos y que debe animar nuestra formación y el trabajo educativo. Como ideal, la autodeterminación se refiere a la realización de las aspiraciones colectivas de los pueblos indígenas que viven dentro de unos territorios culturales, lingüísticos y geográficos bien definidos así como la capacidad de dichos pueblos y grupos para participar plenamente en las decisiones que afectan a sus vidas. Esto incluye dirigir el proyecto de la educación de solidaridad. Como proceso, la autodeterminación se refiere a la práctica difícil, controvertida y continua de obtener, mantener y cumplir los deseos por los derechos políticos, económicos, sociales y culturales que afectan a la capacidad de la gente y de los grupos de determinar su propio futuro. La educación de solidaridad ayuda proporcionando el lugar, las habilidades y el conocimiento para que los papúes puedan explorar cómo comprender los múltiples significados de la autodeterminación. Como resultado, la autodeterminación se refiere a la reivindicación del derecho al autogobierno dentro de los límites de un territorio determinado. Muchos papúes argumentan que esto requiere un referéndum sobre el estatus político de Papúa Occidental. Sin embargo, las peticiones localizadas para la autodeterminación también se pueden traducir en peticiones por un mayor dominio administrativo y legislativo, el control local de los indígenas sobre las tierras y los recursos, la capacidad de definir y dirigir las acciones de desarrollo, incluido el derecho a decir “no al desarrollo” (así como el derecho a decir “sí”), y la libertad para expresar las distintas identidades culturales y religiosas y las formas de gobierno. En el contexto de la educación de solidaridad, el apoyo a la autodeterminación como ideal, proceso y resultado trata de alinear el contenido y los procesos educativos con las visiones y estrategias lideradas por papúes en busca de beneficios reales y tangibles para los papúes. En ocasiones esto puede ser difícil cuando un individuo, un grupo o incluso un movimiento quiere seguir una dirección, un objetivo o una visión que desafía mi propio análisis político y mis inclinaciones ideológicas. Por supuesto, en el contexto de relaciones duraderas y de confianza, siempre hay lugar para el diálogo respetuoso, pero a fin de cuentas son los papúes los que deben tomar sus propias decisiones y definir su propio futuro.

Responsabilidad:En una reciente publicación en facebook en la lista de la Asociación Australiana de Papúa Occidental, Leonie Tanggahama, una líder papú que vive en los Países Bajos, recordó a los “intrusos” de esa lista que nuestro papel no es el de “ayudar” u “ofrecer apoyo”. La Sra. Tanggahama escribió:

Los papúes occidentales no están pidiendo ayuda. Están otorgando a la comunidad internacional la oportunidad de redimirse haciendo de nuevo bien las cosas en esa parte del mundo en la que cometió un gran error. Aprovecha la oportunidad, Comunidad Internacional. Te ahorrará el tener que explicar a tus hijos y nietos el por qué permitiste que se cometiese un genocidio a cámara lenta con esta gente melanesia, la gente de Papúa Occidental. Acepta esta oferta, no os creáis los donantes de ayuda. Somos nosotros los que os estamos ayudando a limpiar vuestras almas.

La Sra. Tanggahama se hace eco de las palabras de Lila Watson, una anciana aborigen australiana: “Si has venido a ayudarme, estás perdiendo el tiempo, pero si tu liberación está ligada a la mía, podemos trabajar juntos.” Como intruso australiano trabajando con papúes occidentales tengo que asegurarme de que también estoy abordando las prácticas actuales de la colonización de mi propio país y de reflexionar constantemente y trabajar para cambiar las formas en que el gobierno australiano y las empresas explotan los recursos de Papúa, exportan la violencia a través del entrenamiento y arman al ejército indonesio y buscan silenciar las voces de los papúes que piden cambios.

Acción noviolenta:Sólo trabajamos con personas y grupos que utilizan o quieren utilizar medios noviolentos para atender las quejas y conseguir sus aspiraciones por la paz. En ocasiones también trabajamos con miembros de la lucha armada que quieren explorar tácticas y estrategias noviolentas. Animamos a que se mantenga un riguroso debate entre los participantes sobre el modo en que se debe librar la lucha y sobre las consecuencias que puede tener cada enfoque del cambio social: acción violenta, acción noviolenta, una mezcla de la acción violenta y la noviolenta así como procesos políticos convencionales. Somos honestos respecto a nuestros propios compromisos con una aplicación estratégica de la acción noviolenta. Estos compromisos se basan en un conocimiento detallado y una investigación empírica de la mayor eficacia de la acción noviolenta frente a la acción violenta o una mezcla de ambas.

Imparcialidad: Aunque somos parciales con respecto a los objetivos de paz, justicia y sostenibilidad medioambiental, somos imparciales en el sentido de que no tomamos partido con ninguna facción papú en particular dentro del movimiento por la autodeterminación. Nos guiamos por la creencia de que, como no papúes, nuestro papel es el de no apoyar a ningún grupo sobre otro. Intentamos apoyar a todos los grupos que trabajan de manera noviolenta por una paz justa y que crean espacio de manera deliberada para que los grupos establezcan relaciones de complicidad a través de las fracturas políticas, culturales, geográficas, económicas y sociales.

No-intervención: Como educador de solidaridad “intruso” no proporciono consejos sobre las estrategias y las tácticas. En cambio intento crear espacio para que los activistas desarrollen sus propias soluciones a sus problemas, como los definan.

Conclusión

Este trabajo es complicado y difícil. También es limitado. Nuestro objetivo a largo plazo es desarrollar una red autónoma de educadores activistas papúes. Por último, como australiano, necesito participar más plenamente en cómo cambiar la manera por la cual mi país apoya la permanente ocupación militar, política y económica de Papúa Occidental. Deseo hacerlo en colaboración con activistas papúes porque las campañas y los movimientos trasnacionales son imprescindibles para generar el cambio. Esto nos obliga a reflexionar y renegociar constantemente nuestra relación con los colegas papúes así como con el movimiento más amplio dentro de Papúa. Los principios de autodeterminación, acción noviolenta, no-intervención, imparcialidad y responsabilidad ayudan a guiar el trabajo. Con regularidad se dan momentos de tensión y conflicto. Sin embargo las recompensas son muchas. Si la libertad es una de las más altas aspiraciones del ser humano, acompañar a alguien en la búsqueda de la libertad y enfrentarse a la manera en que el colonialismo nos daña a todos, significa adentrarse en relaciones llenas de significado y sentimiento. En un buen día significa llegar a la transformación. Y eso es un verdadero privilegio.

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