Las Fuerzas Armadas son máquinas de hacer guerras

Declaración de objeción de conciencia

¿Ser puesto en libertad o ser encarcelado? Esa es la crítica e inevitable cuestión. El mundo en el que vivimos, a nivel global, está permanentemente en guerra. No es sorprendente que a primeros de enero de 2009 estemos viendo como continua la guerra actualmente en Gaza.. El siglo XX es recordado como una era de guerras y presumiblemente así será también el XXI. El gobierno de EEUU inició la “guerra contra el terror” en Iraq tras los ataques del 11-S. La guerra de Iraq no fue más que otra guerra mortífera. No solamente fueron declarados los terroristas y el estado-nación de Iraq como enemigos de EEUU, sino que EEUU claramente declaró que esta era una guerra contra el Mal. Aclarar quién es el Mal exige mucho cuidado.

El gobierno de Corea del Sur ha estado tomando parte en la guerra de Iraq. En 2003 decidió enviar tropas allí a pesar de la falta de pruebas de que Iraq poseyera armas de destrucción masiva. A pesar de las manifestaciones diarias en contra de esta decisión, y del secuestro y decapitación de un surcoreano, Kim Sun-il, por militantes iraquíes, el gobierno no canceló el plan de despliegue.

La democracia es poder constituyente

La democracia en Corea fue de nuevo entorpecida en julio y en agosto de 2004. El Tribunal Supremo coreano, el 15 de julio de 2004, declaró culpables a los objetores de conciencia, mientras que el Tribunal Constitucional de Corea del Sur, el 26 de agosto de 2004, rechazó un recurso de inconstitucionalidad contra el artículo 88 de la Ley del Servicio Militar. Estoy contra estas decisiones nacionalistas que afirman que el “deber de la defensa nacional” es más importante que la “libertad de conciencia individual”. Mientras tales decisiones se sigan tomando, el derecho a la libertad seguirá siendo infringido por el razonamiento nacionalista. La práctica de un pueblo subyace a una constitución escrita.

Esta es la razón para mi objeción de conciencia al servicio militar. Me siento culpable ante mis padres. Este dolor puede que sea el mismo que otros objetores de conciencia, sus familias, parejas, y las personas que les apoyan han sufrido hasta hoy. Me gustaría de verdad pedir perdón a mis padres por mi decisión de objetar al servicio militar aunque también me gustaría consolar a otros objetores de conciencia. Espero que el paso que damos hoy llevará a otro placentero paso en nuestro camino a la democracia.

Jungmin Oh
Martes, 6 de enero de 2009,
uGonG

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