Ser realista, ¿pedir lo imposible?
Howard Clark
Vuelve la vista hacia una experiencia de fortalecimiento y me pregunto si ahora te parece que fue simplemente una sensación que tuviste hace tiempo. En esa situación, tú o tu grupo, de alguna manera, reunísteis la fuerza necesaria para hacer un cambio o al menos para sentir que habíais realizado un cambio. Puede que hayais modificado algo permanentemente, pero el sentimiento fue efímero. Desapareció. Un sentimiento de fortalecimiento es algo que necesita ser recreado continuamente.
Formas de fortalecimiento - un tipo de actividad, una actitud, un estilo - se difunden por contagio. Después de un tiempo, sin embargo, empezamos a buscar un perfeccionamiento, algún punto de referencia a superar - un elemento adicional, una innovación, resultados mejores - y a menudo se confunde la forma (actividad/actitud/estilo) con la sustancia. Por eso una acción de calle que resulta fortalecedora la primera vez que tomas parte en ella, necesita pronto algo nuevo - más gente, una gama de grupos más amplia, más impacto. Cuando se pone difícil extender el rango social de la movilización, una tendencia habitual es confundir militancia con fortalecimiento. Por eso la gente intensifica la militancia mientras busca resultados similares en términos de, digamos, qué «pupa» podemas hacer al sistema o que cobertura de prensa conseguimos. Sin embargo, tal militancia tiene su precio. A menudo incrementa el grado de marginación social de los activistas y es probable que se vuelva en nuestra contra estrechando la base social para las acciones. Todo esto nos puede llevar a una espiral decaída hacia el debilitamiento, reduciendo la esperanza para el cambio, bien de la cuestión a debatir o bien en el cómo es estructurado el poder social.
En este artículo, quiero examinar la necesidad de estrategia, particularmente el poder contra ciertas fuerzas sociales y el poder de alcanzar nuestras propias metas. Voy a comenzar con un breve resumen de los debates previos de la IRG (WRI) sobre noviolencia y fortalecimiento social.
El fortalecimiento social noviolento no pretende establecer poder-sobre (dominio) sino intensificar el poder-ser y poder-hacer de la gente. Encara un proceso -o quizás una palabra mejor sería práctica- de reestructuración del poder social desde la base. Opera a tres niveles: poder-dentro (el poder personal que tiene cada uno de nosotros cuando nos sentimos centrados en el tema), poder-con (el poder cuando conectamos y cooperamos con otr@s), y poder-en-relación-a (el poder de alcanzar nuestras metas, de defender nuestros valores, de parar las fuerzas de muerte y destrucción). Este tercer nivel es el menos desarrollado en nuestro discurso.
Poder para
Un movimiento necesita algo de cálculo previo - ya sea intiutivo, quizás analítico pero sin duda explícito - sobre lo que se quiere conseguir en un determinado periodo de tiempo. Desde luego esto necesitará evaluación continua. Algunas veces el éxito le llega por sorpresa a un movimiento y les lleva a transcender más allá de sus demandas iniciales - el ejemplo más reciente en Europa es quizás el crecimiento de la campaña contra los alimentos modificados genéticamente. Con la acción directa especialmente, hay una confusión entre su poder simbólico y el objetivo marcado. Esto puede ocurrir en el nivel de lo que en su momento llamamos «liberar espacios" (ahora lo denominamos «reclamar espacios») - ¿es el espacio/tierra lo verdaderamente importante o lo es la afirmación que se persigue con la acción? También ocurre esto en el plano de la "defensa medioambiental" y en el llamado «desarme directo".
En las grandes revueltas antitecnócratas del 68 el eslogan «Sé realist@, pide lo imposible» fue un llamamiento contra el espíritu directivo de esos tiempos. Al escribir esto me enternece oir los informes sobre el «anticapitalismo» de las manifestaciones en Washinton DC. Un eslogan, no obstante, nunca puede ser una estrategia para el cambio.
Con las manifestaciones de Seattle y Washington hemos visto alentadoras movilizaciones que representan la fuerza de una coalición de la opinión dentro de la sociedad. ¿Quién usará ahora de esa fuerza? ¿Quién ofrece canales para la opinión movilizada para que tome formas concretas? En el nivel local hay probablemente proyectos de solidaridad y comercio justo que ya están haciendo su trabajo pero, ¿qué hay más allá de esto? ¿Hay algo más que un cierto número de grupos de presión con perspectivas absolutamente reformistas? (Pregunto porque no lo sé.) Cuanto más importantes son los resultados, según parece, menos visionarias son las demandas. El punto es, sin embargo, no abandonar la búsqueda de la visión sino buscar pasos concretos, formas posibles de acción que amplien nuestras capacidades, nuestro poder-dentro de, nuestro poder-con. Pero también se trata de buscar objetivos prácticos y alcanzables en consonacia con nuestras fuerzas que al cabo se conviertan en pasos hacia la realización de la visión con la actitud de «lo imposible lleva algo más de tiempo». Redefinir lo que es posible conlleva un estrategia en fases; con cada una de ellas se establecen las bases para seguir creciendo.
Poder-contra
No es suficiente con el fortalecimiento de un movimiento.Hay que analizar también las fuerzas y debilidades de las estructuras del poder, buscando puntos de presión y sensibilidades particulares sobre un asunto determinado. Por lo general, una actitud noviolenta de alguna manera trata de incluir al adversario en el resultado de una lucha, reconociendo las preocupaciones legitimas de cualquier adversario. Sin embargo, los intereses creados tienen que ser combatidos en la lucha y en alguna medida derrotados.
Por lo tanto, el fortalecimiento para lucha social incluye preparación para un cierto tipo de contienda, calcular tácticamente dónde enfocar, ser conscientes del completo repertorio de medias disponibles y la gama de grupos que podemos movilizar. Desafortunadamente muchos movimientos tienden a repetirse, a quedarse con métodos familiares y a recurrir a las redes de siempre. En cambio, hay que probar otra metodología e implicar otra gente.
¿Hay alguna manera de maximizar nuestra unidad mientras creamos división entre el adversario? Con el boicot a Nestlé se encontró una fórmula. Nestlé no era el único fabricante que engañaba a las madres del tercer mundo diciendo que era mejor amamantar con leche en polvo que con su propia leche. Si hubiese habido un boicot a todas las empresas, estas se habrían unido. Con el ataque únicamente a la más grande las otras cambiaron sus prácticas en un intento por probar que eran mejores que Nestlé. Al final la propia Nestlé introdujo un nuevo codigo de práctica.
¿Hay algún punto débil donde una acción pequeña puede inhibir o restringir al adversario? En Brigadas Internacionales de Paz encontraron que, a veces, la presencia de un@s poc@s voluntari@s internacionales darían a dictadores y escuadrones de la muerte una pausa en sus amenazas a activistas en favor de los Derechos Humanos.
Así mismo descubrieron que esto podía no ser siempre así. En otras ocasiones la presencia internacional podía atraer una indeseada atención y tener efectos adversos (ver el excelente relato en Unarmed Bodyguard por Liam Mahoney y Enrique Eguren, Kumarian Press 1997)
Muchos movimentos centran su acción en lugares simbólicos - a menudo los lugares fisicos donde algo va a será destruido o construido a menos que podamos pararlo. En este nivel simbólico deberíamos preguntarnos: ¿No podríamos ofrecer símbolos que movilizasen más cerca casa, que pudieran inspirar y engendrar conexiones con una más amplia gama de gente?
A menudo hay acciones contra las que el poder simplemente no puede ganar - si las reprimen se genera una simpatía reactiva; si las permiten dan campo abierto al movimiento. ¿Qué dilema podemos presentar a nuestros adversarios?
¿Hay algo que queremos y que no les importa conceder a nuestros adversarios? ¿Hay algo que podemos ofrecer a nuestro adversario para ayudarle a conceder lo que queremos? Hace 30 años la decisión de un@s «okupas» en Londres ofreciéndose a gestionar casas que habían salvado de la demolición fue muy controvertida dentro del movimiento, pero ofreció la opción de ganar a ambos bandos, tanto a los ayuntamientos como a l@s okupas.
Gene Sharp sugiere cuatro "mecanismos" mediante los cuales una estructura de poder cambia ante un movimiento noviolento. Conversión: el movimiento le convierte a aceptar sus peticiones; Coerción: el movimiento le fuerza a conceder sus reivindicaciones; Acomodación: la estructura de poder acomoda al movimiento garantizándole parte de sus peticiones; o Disgregación. La mayoría de nosotr@s habrá experimentado la "acomodación" y el subsiguiente problema al tratar entonces de presionar por lo que realmente queríamos. Algun@s de nosotr@s posiblemente también habremos experimentado el éxito, bien en convertir o en forzar una estructura de poder y después encararse a la reacción de aquell@s que no han sido convertidos - aquell@s que se sentían de alguna manera "dejados fuera" de alguna solución. Ciertos grupos que han visto sus regímenes desintegrados tenían razón al temer lo que venía dentro del vacío.
La lucha noviolenta es más que una contienda. Poder-contra es sólo un parte de este nivel tercero - poder-en-relacion-a. Detrás de cada movimiento noviolento en un asunto en particular, está una agenda más profunda, acerca de crear sociedades donde la gente pueda moldear sus vidas y acerca del fortalecimiento de un sentimiento de conexión social. Por lo tanto, el fortalecimiento social por la noviolencia no es sólo un proceso/práctica, sino también una meta -reemplazando jerarquías remotas e impenetrables por estructuras transparentes y humanizadas.
Howard Clark es el autor del libro Civil Resistance in Kosovo (Pluto Press). Vive en el Estado Español.
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