Manifiesto mi rechazo al militarismo

en
es

Como es lógico, desde que me he definido como antimilitarista y feminista, me considero objetora. Con la presente declaración, pretendo formalizar esta situación.

La lucha del movimiento de objeción de conciencia no es únicamente contra el servicio militar obligatorio. El nombre mismo alude una enfoque mucho más amplio. Y nosotras, las mujeres, tenemos una voz y ocupamos un lugar que es mayor que el de apoyo solidario al movimiento. La objeción de conciencia implica oponerse abiertamente al militarismo y a todo aquello con lo que éste se relaciona. El militarismo no está sólo en el Ejército: la vida cotidiana de la población está influida por una concepción del mundo militar, una concepción donde las mujeres ocupan una posición inferior e invisible, pues son consideradas personas de segunda clase (incluso aunque en ocasiones asciendan a alguna mujer de posición). Los conceptos que rigen este mundo son autoritarismo, jerarquía y obediencia. Nosotras las mujeres conocemos bien el significado y el impacto de estas palabras: aluden a las fronteras de un mundo que siempre nos fuerza a ocupar el segundo plano. Para las mujeres de esta región, el militarismo es siempre un invitado no anunciado que impone su presencia sin pudor en todos los aspectos de la vida: lo encontramos en las calles, en casa, en el trabajo, en nuestras relaciones, en nuestros campos de lucha, en todos lados.

Así pues, declaro que hoy, igual que ayer, desafiaré toda forma secreta o evidente de militarismo y que me solidarizaré con toda persona que le haga frente al militarismo. Mientras el militarismo siga resuelto a influir en mi vida, yo seguiré resuelta a continuar con mi lucha.

¡No al militarismo!

Country