Editorial

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¿Paz en Kosov@?

El pasado 9 de junio, el general de la OTAN Sir Michael Jackson y representantes de la República Federal de Yugoslavia y de la República de Serbia firmaron el Acuerdo Militar Técnico que ponía final a 78 días de bombardeo del país. Al día siguiente, la resolución 1244 del Consejo de Seguridad daba al acuerdo recién firmado el respaldo de las Naciones Unidas. Los medios de comunicación de todo el mundo han presentado esos dos documentos como los fundamentos de un proceso de "paz". Sin embargo, sería más apropiado hablar del analfabetismo de sus firmantes en lo que tiene que ver con la construcción de una situación real de paz.

Se nos ha dicho que el bombardeo de Yugoslavia desde el aire era el último recurso que quedaba para resolver el conflicto de Kosov@. Hacía falta "hacer algo" para garantizar los derechos humanos de los albano-kosovares. Pero lo cierto es que los gobiernos de los países de la OTAN han ignorado sistemáticamente, a lo largo de la última década, todas las oportunidades previas de apoyar una solución pacífica del conflicto. Cuando el Parlamento kosovar fue rodeado por los tanques serbios en marzo de 1989, cuando miles de trabajadores albaneses fueron despedidos y sustituidos por serbios desde 1989, cuando los movimientos noviolentos de la sociedad civil albano-kosovar y la resistencia pasiva de la LDK de Ibrahim Rugova adquirieron más y más influencia (llegando a gestionar un sistema de educación paralelo, con 20.000 maestros y 352.000 estudiantes), en los momentos en que las ONG serbias mantenían una actividad constante y buscaban soluciones pacíficas para los conflictos de la zona (con 700.000 trabajadores en huelga en 1991 y manifestaciones masivas entre noviembre de 1996 y febrero de 1997), los gobiernos de los países de la OTAN permanecían ausentes, silenciosos y pasivos. Kosov@ fue olvidado incluso en 1995, al final de la guerra de Bosnia; los acuerdos de Dayton no tuvieron sitio para un conflicto que entonces llevaba ya seis años abierto.

La ausencia de interés de los gobiernos de la OTAN por encontrar una solución pacífica para el conflicto de Kosov@ ha sido evidente hasta el día anterior a los bombardeos. El 23 de marzo, la respuesta serbia al ultimátum de Rambouillet no fue una mera negativa, sino una resolución de la Asamblea Nacional de Serbia apelando a la OSCE y a la ONU para que apoyaran un acuerdo diplomático pacífico en Kosov@. Lo que la Asamblea serbia rechazó, en realidad, fue la ocupación militar de Yugoslavia por la OTAN, rechazo que todo el mundo podía prever. Pero la OTAN decidió ignorar las nuevas posibilidades abiertas por la Asamblea serbia e iniciar los bombardeos de Yugoslavia. Unos bombardeos cuyas consecuencias eran "totalmente predecibles", en palabras de Comandante General de la OTAN Wesley Clark.

Esas consecuencias nos han sido detalladamente descritas durante los últimos tres meses. A partir del inicio de los bombardeos, el número de refugiados y desplazados ha pasado de alrededor de 50.000 a 800.000; el número de muertos y heridos ha aumentado de unos 2.000 a una cantidad estimada de 15.000. La OTAN ha utilizado bombas con uranio empobrecido, que emiten radiaciones indiscriminadas y de efectos permanentes. Kosov@ está arrasado. El resto de Yugoslavia ha sufrido daños que han hecho retroceder la economía de 30 a 50 años. Los países vecinos han sufrido también las consecuencias de la guerra, desde Macedonia y Albania, que se encuentran al borde de una crisis global, hasta países como Bulgaria y Rumanía, gravemente afectados por el hundimiento de la actividad comercial en la zona y por la destrucción de las infraestructuras yugoslavas.

Los bombardeos aéreos de la OTAN han dejado las manos libres a los extremistas de todas las comunidades afectadas para cometer atrocidades sobre el terreno. Y los países miembros de la OTAN, por su parte, han encontrado justificación para sus propias atrocidades en la demonización de los serbios y de su líder, un hombre a quien, por cierto, no habían dejado de apoyar desde 1989. Las potencias occidentales han convertido a Slobodan Milosevic en un nuevo Hitler, y le han otorgado, de esa manera, un poder renovado. Es imposible dejar de recordar aquí a Sadam Hussein, el último "Hitler de moda", cuyo poder, fortalecido a través de las campañas occidentales contra Irak, todavía ha de ser sufrido por el pueblo iraquí. No está claro si el proceso por crímenes de guerra contra Milosevic servirá para restarle legitimidad. Lo que sí es evidente es que los ataques de la OTAN han incrementado su capacidad de acción y han aumentado la fuerza de su liderazgo en el interior de Serbia.

La demonización del enemigo es esencial para sacar adelante una guerra. Y, en este sentido, los procedimientos de la OTAN han tenido un perfecto reflejo en el régimen yugoslavo, que se ha referido constantemente a los "asesinos fascistas de la OTAN". Lamentablemente, la violencia y la demonización del otro abren espacio adicional para venganzas y futuros nuevos conflictos, e impiden la paz. En un contexto de ese tipo, es imposible expresar opiniones contra la guerra o sugerir maneras pacíficas e imaginativas de superar los conflictos. A raíz de la guerra, los movimientos pacíficos progresistas de Serbia y Kosov@ han quedado en la sombra y han sido desacreditados. En Serbia, la prensa independiente y los miembros destacados de los partidos de oposición han sido sistemáticamente amenazados y silenciados. En Kosov@, las fuerzas políticas que dirigieron la resistencia pacífica contra el dominio serbio han sido marginadas. Y, por el contrario, los grupos que promueven la violencia, independientemente de su procedencia, han resultado increíblemente fortalecidos por la retórica de la demonización.

La resolución del Consejo de Seguridad tiene poco que ver con la mejora de la situación en Kosov@. En el texto de la resolución no es posible encontrar referencias a los derechos humanos y a una auténtica construcción de la paz. No hay una sola palabra sobre la sociedad civil y la coexistencia de distintos grupos en Kosov@. De hecho, no hay ninguna indicación de que los firmantes consideren la paz como un problema de las personas que viven en la región. En resumen, lo que ha sido llamado paz es poco más que un alto el fuego.

Kosov@ es otra prueba de que la guerra es siempre un problema y nunca una solución. O, usando las palabras de Ghandi, de que "los medios son fines en gestación". De hecho, cuanto más se acelera el círculo de la violencia, más difícil resulta romperlo. Las perspectivas de paz en la zona fueron desapareciendo conforme la opción de la guerra iba ganando fuerza. Responder a la violencia con violencia ha devastado la región, ha hecho enmudecer las iniciativas sociales y ha dado alas a la más degradante política nacionalista. Hace algunos meses, todavía había espacio para buscar una solución noviolenta del conflicto. Hoy es dudoso que serbios y albaneses puedan volver a vivir juntos alguna vez en Kosov@. En todo este proceso se ha hecho gala de "demasiado músculo, demasiado poca inteligencia y ningún corazón. Debería ser humanamente posible imaginar una mejor combinación de esos tres elementos y, de hecho, sólo esa mejor combinación merecería el nombre de paz" (Jan Oberg, TFF Pressinfo #69).

Por fin, es preciso que volvamos la vista hacia nosotros mismos, resistentes a la guerra en la región y en el mundo, luchando por imaginar y hacer real algo que pueda ser legítimamente llamado paz, y no meramente el alto el fuego de los guerreros? ¿Cuáles son las preguntas que tenemos que plantearnos, a nosotros y a los demás, sobre este y tantos otros conflictos que nuestras comunidades engendran y alimentan? ¿Qué papel hemos desempeñado, deberíamos haber asumido y debemos continuar asumiendo mientras la paz siga siendo un mito? ¿Cuáles son los desafíos que se alzan ante nosotros? En otras palabras, ¿cuál es hoy el significado real que tiene ser un resistente a la guerra?

Por los editores de El Fusil Roto. 24 de junio de 1999

Comunicado del Comité Ejecutivo de la Internacional de Resistentes a la Guerra sobre la Guerra en Kosov@

NOTA; Este comunicado fue escrito antes de la firma de los Acuerdos de "Paz".

El Comité Ejecutivo de la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG), reunido en Londres entre el 22 y el 24 de Mayo de 1999, se planteó el tema de la guerra en Kosov@ y la República Federal de Yugoslavia. Los miembros del Comité procedentes de países de la OTAN comentaron la situación en sus países de origen. Se habló, por ejemplo, de las dificultades que encuentran los grupos contra la guerra ante aquellas organizaciones pacifistas que apoyan los bombardeos de la OTAN, o ante colectivos autodenominados "contra la guerra" que reproducen la propaganda serbia y se niegan a condenar el proceso de limpieza étnica llevado a cabo por los serbios. Desde el punto de vista del comité, el autor fundamental de la situación presente es Slobodan Milosevic.

No está claro como finalizará esta guerra. Lo que sí está claro es el peligro de que el conflicto de Kosov@, siendo el más reciente de una serie de guerras en la región, puede no ser el último de esa serie: la guerra es un riesgo real en Albania, Macedonia o Montenegro.

Llamamiento a resistir a la guerra

El Ejecutivo de la IRG está elaborando un llamamiento a la deserción, con el objetivo de que sea firmado por personalidades destacadas, especialmente de los países de la OTAN y de la República Federal de Yugoslavia.

Refugiados

Además de las actividades desarrolladas por las organizaciones pertenecientes a la IRG, rechazando tanto la limpieza étnica serbia como los bombardeos de la OTAN, llamamos la atención sobre la necesidad de prestar apoyo a los refugiados, incluidos los desertores y aquellos que resisten el llamamiento a filas.

Los refugiados son más que víctimas: son personas cuyos derechos y cuya capacidad para decidir sobre su futuro deben ser respetados. Consideramos deplorable la política de ciertos gobiernos de países "receptores", que restringen el acceso a los refugiados o a las asociaciones de refugiados que cuentan con grupos de apoyo o compatriotas en esos países.

Desertores y objetores deben ser reconocidos como colectivos que interrumpen el círculo de la violencia. Se les debe garantizar el derecho de asilo, y se les deben ofrecer facilidades para adquirir una formación que les permita colaborar en la construcción de la paz cuando regresen a sus países de origen. La oficina central de la IRG continuará suministrando información sobre la situación legal de los desertores que solicitan asilo, y pide a los afiliados que le envíen información relevante relacionada con el tema. Reafirmamos nuestra solidaridad con los grupos que ofrecen protección a los desertores, sea por vías legales o ilegales.

En la reunión del Ejecutivo se analizaron informes resultado de una serie de visitas exploratorias a Macedonia, que dan testimonio de las malas condiciones en los campos de refugiados y de la tensión existente en el interior de la sociedad macedonia. Dada la buena disposición de la OTAN para invertir una enorme cantidad de recursos en los bombardeos, resulta escandaloso que no contribuya más a asegurar mejores condiciones a los desplazados, o a apoyar a los comunidades receptoras de Macedonia y Albania.. Los grupos locales desempeñan un papel esencial en el trabajo con los refugiados y, por ello, desde el Ejecutivo animamos a los posibles voluntarios internacionales a que apoyen y se unan a proyectos multiétnicos de base local, como los llevados a cabo conjuntamente por las mujeres macedonias y albano-kosovares en Macedonia.

Reconstrucción de la sociedad civil

Incluso cuando la gente ha sido expulsada a la fuerza de sus hogares, todavía es posible trabajar para comenzar a reconstruir la sociedad civil. Especialmente en Macedonia, ciertos grupos de la sociedad civil albano-kosovar han comenzado a reorganizarse, a pesar de las dificultades impuestas por la situación, incluyendo los problemas de registro que plantean las autoridades macedonias. La sociedad civil serbia también ha sufrido las consecuencias de la guerra, la censura, la intimidación e incluso el asesinato a cargo de escuadrones de la muerte.

En el Ejecutivo se analizó el informe preliminar de una visita exploratoria que el Equipo por la Paz en los Balcanes ha realizado a Budapest y Macedonia, y se espera que este proyecto pueda reiniciar su trabajo en apoyo de la sociedad civil.

Diálogo

En el Ejecutivo se reconoció que los albano-kosovares preparados para el diálogo con los serbios son ahora menos que nunca, y se llamó la atención en este sentido sobre una serie de individuos excepcionales, que incluyen los miembros del grupo de Nansen. No es probable que esta situación cambie a menos que más serbios reconozcan la culpabilidad de Serbia por lo que ha ocurrido. Al mismo tiempo, las iniciativas de base para el diálogo son esenciales si se quiere que exista alguna posibilidad de establecer una coexistencia pacífica entre serbios y albaneses en Kosov@. Por otro lado, el diálogo promete ser mucho más productivo si se plantea en el contexto de todo el Sudeste de Europa, y no sólo a escala Serbo-Albanesa.

Crímenes de Guerra

La IRG considera la guerra en sí como un crimen contra la humanidad. No obstante, hay que plantear la necesidad específica de investigar aquellas acciones o políticas que violan incluso los códigos de la guerra, empezando por identificar la responsabilidad de Slobodan Milosevic y de los que actúan en connivencia con él. La deslegitimación de Milosevic es una tarea esencial para los grupos de la sociedad civil y las instituciones internacionales, y seguiremos haciendo público el trabajo de los ciudadanos y grupos dentro de Serbia que se están distanciando del régimen.

El bombardeo de la OTAN está en la línea de otras campañas diseñadas para quebrar la voluntad de un régimen a través del bombardeo de su población civil. Al llevar adelante la opción de la guerra, la OTAN ha pasado por encima de otras instituciones internacionales (la ONU, la OSCE y el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra de La Haya). Conforme la campaña de bombardeos se intensifica, la selección de objetivos se vuelve más y más indiscriminada (extendiéndose ahora hasta incluir toda la infraestructura económica del país). Estas políticas confirman la incapacidad de la OTAN para aparecer como defensora de las leyes internacionales y salvaguarda de la seguridad y de los derechos humanos.

Información y educación

La IRG continuará desempeñando un papel activo de difusión del material de nuestros afiliados en la región, como Mujeres de Negro, y intentará suministrar análisis continuados sobre el desarrollo de la situación y sobre lo que los activistas de fuera de la zona pueden hacer para contribuir a la paz.

Además del material incluido en el número de mayo-agosto de Peace News, recomendamos una serie de documentos más recientes, como el informe de la visita exploratoria a Hungría y Macedonia del Equipo por la Paz en los Balcanes, y un documento de 25 páginas sobre el tema: "Kosov@: después de la guerra", escrito por Howard Clark para el Kosovo Working Group del Committee on Conflict Transformation Support. Estos documentos serán incluidos en breve en la página web de la IRG: http://wri-irg.org

Ejecutivo de la IRG. 24 de mayo de 1999

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