Venezuela y los especuladores de la guerra

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Rafael Uzcátegui

Según cifras del Instituto Internacional de Investigaciones de Paz de Estocolmo (SIPRI), entre los años 2000 y 2010 Venezuela ha gastado la cantidad de 2.929 millones de dólares en importaciones de armamentos. De ese monto, el 72.5% proviene de Rusia, lo cual ha incluido la adquisición de más de 100.000 fusiles de asalto Kalashnikof, aviones de combate Sukhoi, Tanques T-72M1 y misiles antiaéreos Igla-S/SA-24, entre otras cosas. Venezuela ha justificado la compra con dos razones: 1) La renovación de su equipo bélico y 2) la posibilidad de una confrontación con los Estados Unidos o con alguno de sus países aliados en la región, como Colombia. Grandes avisos publicitarios han legitimado, en varias ocasiones, la importación de armas de la Federación Rusa con el único argumento que no son de USA. Este intercambio comercial, negociado por intermedio del Primer Ministro Vladimir Putin, es una compra “antiimperialista” y “soberana”, como se ha sugerido.

Según los reportes del SIPRI, Venezuela ocupó en el año 2008 el puesto número 8 a nivel mundial en compra de armamentos. Un año después descendió al lugar 32. Según la nota de prensa de la organización pacifista acerca de su reporte 2010, a pesar que Venezuela no ocupaba de nuevo la lista de los 10 países que más dinero gastaron en armas, la región latinoamericana aumentaba en conjunto un 5.8%, mientras en el resto del mundo se mantenía estable en promedio. Al respecto Carina Solmirano, experta en América Latina del proyecto de Gasto Militar de SIPRI expresó “El continuo incremento en Sudamérica es sorpresivo dada la falta de amenazas militares reales a la mayoría de los Estados, y la existencia de necesidades sociales más urgentes”.

El descenso del gasto venezolano es explicable, entre otras razones, por el retroceso general de su erogación presupuestaria como consecuencia de los vaivenes del precio petrolero en el mercado internacional. Como lo registró el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), una organización no gubernamental que desde el año 1989 realiza un informe sobre la situación de los derechos humanos en el país, en los últimos dos años la cantidad de dinero que se invierte en las diferentes instancias de gobierno se ha mantenido estable o ha descendido tras la bonanza económica experimentada por Venezuela entre los años 2006 y 2009 cuando los precios del barril de petróleo -principal fuente de ingresos-, triplicó el precio calculado para la estimación de su presupuesto. Tras esta situación coyuntural, el precio del petróleo disminuyó de 160 dólares por barril a casi 60 dólares, lo cual afectó, especialmente, a los programas sociales en salud, trabajo, alimentación y vivienda, entre otros, implementados por el gobierno del presidente Hugo Chávez. Provea, quien había saludado la aparición de las misiones de atención a los sectores más vulnerables, alertó acerca de su poca sostenibilidad sin los extraordinarios ingresos por concepto de renta petrolera. Desde el 2009, el gobierno bolivariano ha reducido sus gastos y aportes en casi todo, incluyendo la importación de armamento.

Una mejor idea de la jerarquización interna otorgada a las Fuerzas Armadas Venezolanas proviene de la comparación del dinero gastado en presupuesto militar con relación a lo destinado a las propias políticas sociales. Según la información oficial proveniente de la Ley de Presupuesto 2011, la inclusión de un nuevo ministerio originó el descenso, del séptimo al octavo lugar, del Ministerio de Defensa como el ente que más recibirá dinero durante este año del total de 37 instituciones gubernamentales. Para el año 2011, el presupuesto destinado a las Fuerzas Armadas locales será de 10.228,5 millones de bolívares, alrededor de 2.400 millones de dólares a cambio oficial. Las instituciones que recibirán más dinero que los militares son las mismas que las del año pasado, salvo el novedoso e inconstitucional Consejo Federal de Gobierno. Las únicas otras dependencias oficiales, encargadas de políticas sociales, a las que se destinará más presupuesto que la institución castrense son apenas 4: Educación, Salud, Seguridad Social y Educación Superior. El resto de las instituciones que coordinan programas de asistencia a los sectores populares recibirán menos ingresos que la institución castrense. Algunas distancias dan material para la reflexión. El Ministerio Defensa recibirá 3.2 veces el presupuesto del Ministerio de Alimentación; 4 veces el del Ministerio de Tierras, 4.9 veces más que Vivienda y 5.4 veces más que el Ministerio de Ambiente. Los abismos más escandalosos no paran aquí. Las y los militares venezolanos recibirán 10.7 veces el presupuesto del Ministerio de Cultura; 33.2 veces el del Ministerio de la Mujer y 70 veces el del Ministerio de Pueblos Indígenas.

En Venezuela, se desconoce la realidad de la actual política exterior Rusa, y debido a las referencias y la propaganda difundida por el gobierno venezolano, el ciudadano común puede creer que el gobierno de Vladimir Putin es un heredero directo de los días de mandato de Lenin y Stalin. La difusión de la implicación del armamento ruso contemporáneo en diferentes crímenes de guerra, como los ocurridos en Chechenia, es un trabajo que debemos abordar las y los antimilitaristas venezolanos para compartir con nuestros pares el hecho que no hay comerciantes de guerra malos y buenos e ir al fondo del problema: El flujo globalizado de capitales, sin barreras y obstáculos, por quienes se enriquecen a costa de la muerte y sufrimiento de los seres humanos.

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